El socialismo como coartada

Por: José Rafael López Padrino

La afirmación del carácter socialista de la "revolución bolivariana", no representa más que un vulgar slogan publicitario del tte coronel, el cual es repetido incansablemente por la poderosa maquinaria propagandística del régimen (medios escritos, televisivos y radiofónicos), y promocionado irresponsablemente por amplios sectores de la oposición venezolana.

En nuestro país estamos lejos de impulsar un modelo económico-político-social basado en los postulados de Marx y Engels. Padecemos las consecuencias de un proyecto que promueve la homogeneidad del pensamiento, la militarización de la sociedad, un nacionalismo nauseabundo, un sincretismo político-religioso contradictorio, un caudillismo retrógrado, asi como un capitalismo de Estado explotador. Un régimen que afirma falazmente interpretar la voz del pueblo, la cual eleva al rango de verdad oficial, y la decreta como verdad única.

Un proyecto "socialista sui generis" que reprime a los trabajadores, que se niega a discutir las convenciones colectivas ya vencidas, desconoce cláusulas de aquellas contrataciones ya firmadas, y promueve una perversa tercerización laboral. Que impulsa una agenda neoliberal caracterizada por impuestos regresivos (IVA), entrega de los recursos naturales a las transnacionales y endeuda al pais en forma irresponsable.

Un "socialismo sui generis" que manosea perversamente con fines electorales las necesidades de los más humildes. Aún esta fresca en nuestras memorias la coreografía ruín escenificada por el tte coronel con los damnificados a raíz de las lluvias del pasado año, a fin de justificar sus doce años de fracaso habitacional, y de negligencia en la construcción de las obras de infraestructura dirigidas a reducir los riesgos de tragedias. Más que socialismo, vivimos las consecuencias de un modelo socialfascista que busca aumentar el control social, domesticar y conculcar la independencia de los trabajadores y de los movimientos sociales.

No hay mayor absurdo y equivocación política que calificar a este gobierno como socialista o peor aún de comunista. Amplios sectores de la oposición distorsionando la realidad histórica y dando muestras de un profundo analfabetismo ideológico siguen empeñados en desconceptualizar las acciones del regimen al calificarlas como socialistas (estatizaciones, programas asistencialistas, etc). Fundamentan su accionar político en un anticomunismo conservador y tradicionalista del siglo XX, reivindicando un pasado preñado de un macartismo tropical que demonizó a la izquierda anticapitalista.