Falacias y manipulaciones del facho-chavismo

Por: José Rafael López Padrino

Uno de los más grandes mentirosos de la historia contemporánea ha sido Paul Joseph Goebbels, ministro de propaganda del régimen Nacional Socialista de Adolf Hitler, quién afirmaba “Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. Goebbels fue un genio perverso y tenebroso de la comunicación. Logró promover odios, generar persecuciones, inducir asesinatos, desencadenar brutales torturas, y encima de todo, convencer a las masas de la bondad del régimen Nazi. Sin embargo, la realidad se abrió paso sin piedad, y finalmente, contradiciendo el vaticinio de Goebbels y su camarilla, nada quedó de tanta mentira nacionalsocialista y los engañadores nazis fueron derrotados.

Siguiendo los pasos de su mentor Goebbels, el vocinglero de Miraflores ha institucionalizado la mentira y la manipulación, a fin de llenar su gran vacío de verdades. Prueba de ello han sido las intervenciones de los “cumple ordenes” de Miraflores (Jaua, Maduro, El Aissami, Sader, Mata Figueroa, Osorio, etc.) ante la Asamblea Nacional. Todos ellos han justificado, con el mayor cinismo, el Estatismo salvaje y explotador que adelanta el gobierno, la concentración de poder en la figura de un caudillo, la violación de los derechos de los trabajadores al negarse a discutir las convenciones colectivas, la imposición de impuestos regresivos neoliberales como el IVA, la entrega de nuestros recursos energéticos a las transnacionales (empresas mixtas) y un endeudamiento (interno y externo) irresponsable del país. Con sus desvergonzadas y falaces intervenciones han actualizado las políticas goebbelianas perteneciente a ese oscuro pasado del siglo XX.

Los venezolanos padecemos las consecuencias de una perversa andanada de mentiras, de dimensiones más modestas que las vividas en la Alemania de Hitler, pero no por ello carentes de un sentido trágico e indignante. Más allá de las mentiras electorales y las promesas incumplidas por parte del tte coronel, es decir, todo aquello que él prometió hacer y no se hizo (generación de empleos, viviendas y salarios justos, acabar con la corrupción, mayor presupuesto en educación, salud y vivienda), o de todo aquello que se hizo y no se reconoce ninguna responsabilidad (represión, empobrecimiento de los venezolanos, imposición de un pensamiento único, intolerancia a la disidencia, etc.), los voceros del facho-chavismo han utilizado métodos espurios para disfrazar y manipular las cifras de los logros sociales, presentando una realidad estadística acorde a los objetivos políticos del proyecto del inquilino de Miraflores. Ello recuerda la novela de Orwell “1984”, en la cual se acomodaban las cifras estadísticas a una realidad ficticia que solo ocultaba la tragedia de un pueblo explotado, manipulado y reprimido.

De acuerdo a la jauría genuflexa que responde a las ordenes del “comandante minoría”, en el país no ha subido el costo de la vida, la inflación es producto de una conspiración mediática, cada vez hay menos excluidos sociales, los niños de la calle desaparecieron, la economía informal ha disminuido, la industria petrolera es más venezolana que nunca, los servicios médicos son los mejores de Latinoamérica, la desnutrición infantil se redujo, nuestra economía es menos dependiente del petróleo, la crisis eléctrica fue culpa del niño, la inseguridad personal es sola una sensación, el país superó las metas del Milenio establecidas por ONU en materia de pobreza, somos la sociedad más igualitaria de la región y la economía no ha parado de crecer. Es decir, una realidad totalmente distorsionada, totalmente alejada a la que percibe y vive el venezolano común.

Decía Jean-Paul Sartre en El ser y la nada: “La esencia de la mentira implica en efecto, que el mentiroso esté completamente al corriente de la verdad que oculta. No se miente sobre lo que se ignora; no se miente cuando se difunde un error del que uno mismo es víctima; no miente el que se equivoca. El ideal del mentiroso sería, pues, una conciencia cínica que afirma en sí la verdad, negándola en sus palabras y negando para sí misma esta negación”. El régimen es el mayor cínico fabricante de mentiras, de odios, y manipulaciones al mejor estilo de su mentor Goebbels.