El Calabozo de la Libertad/ ¿Chávez promotor de la paz?
Editorial Fuente: El Informe.com.ve
Puede un Presidente que durante 12 años ha estado hablando de guerra, batalla, conflicto, enfrentamientos y de una “revolución pacífica, pero armada” convertirse ahora, de la noche a la mañana, en el promotor de la paz? Puede un jefe de estado que se proclama amigo y hermano de las FARC y del ELN, los dos grupos terroristas que han azotado durante años a la hermana y muy querida república de Colombia, secuestrando y matando gente, transformarse ahora en el gran pacificador del mundo?.
Puede un jefe de estado que amenaza a los adecos con “freirlos en aceite”, que ordena mover 10 batallones de guerra a la frontera porque se molestó con el Presidente Uribe, que militariza empresas, haciendas, conjuntos residenciales, que amenaza a los empresarios con desaparecerlos de la faz de la tierra, y que ha gastado más dinero que cualquier otro Jefe de Estado en armas, tanques, municiones y pertrechos militares, convencer al mundo de que él es el hombre que hará posible la paz en Libia?
Puede un Presidente que le envía cartas de amistad a Carlos El Chacal, que permite que la guerrilla colombiana se pasee por su propio país como perro por su casa, secuestrando y asesinando gente a diestra y siniestra, y que protege en su territorio a extremistas del grupo terrorista ETA, a quienes incluso ofrece puestos relevantes de trabajo en su gobierno, convertirse en el mensajero de la paz que tanto necesita el mundo?
El presidente Chávez debe estar delirando. Debe tener la fiebre en 40. Su megalomanía y su ego no lo dejan pensar bien. El presidente se ha propuesto, nada más y nada menos, ser la bisagra que abra las compuertas de la paz en Libia, donde su hermano del alma, Muhamar Ghadafi, se las está viendo muy mal después de más de 40 años de mantener sometido y en las tinieblas al pueblo libio.
Chávez declara a los medios que no condenará a Ghadafi por el bombardeo que éste ordenó contra centenares de personas indefensas que lo único que hacían era protestar exigiendo su salida del gobierno. El Presidente denuncia que lo que hay contra Libia es una campaña mediática internacional. El embajador venezolano en Libia dice que allá no está pasando absolutamente nada. Telesur informa que todo está en calma y que las imágenes que se transmiten a través de medios como CNN son un montaje. Vale decir, que el gobierno de Chávez ya tiene una posición fijada en torno al conflicto, cual no es otra que la de ayudar al líder libio a salir del tremendo paquete en el que está metido. Pregunta: puede este Presidente que se candidatea como árbtiro de la paz, ser imparcial, neutral? Por Dios!!
En realidad, nosotros sabemos que a Chávez le importa un pepino la paz en Libia. A Chávez lo que le preocupa es que a su hermano Ghadafi lo saquen del poder. Chávez ha desarrollado en estos últimos años una extraordinaria capacidad para enamorarse (en el buen sentido de la palabra, por favor no malinterpreten) de líderes que tienen más de 40 años oprimiendo a su pueblo. Primero lo hizo con Fidel Castro, a quien se entregó en cuerpo y alma durante los primeros diez años de su gobierno, convirtiéndole en mentor, protector, y principal acreedor de
todos los proyectos que pudieran proporcionarle grandes cantidades de dinero a la revolución cubana.
Después empezó a retratarse con Sadam Hussein. Desafiando a los EEUU, Chávez llegó a Irak, se abrazó con su otro “hermano del alma”, y hasta se dio el lujo de convertir a Hussein en su chofer particular por las calles de Bagdad. Increiblemente, Chávez no defendió a su hermano Hussein como lo está haciendo ahora con Ghadafi. Yo no recuerdo que Chávez se hubiese propuesto como “mediador” y “promotor de la paz” para encontrar una solución negociada entre Hussein y el presidente George Bush. Al contrario, cuando las fuerzas opositores de Irak decidieron colgar a Husseim, por todos los crímenes que había cometido, Chávez hizo mutis y aplicó aquel refrán según el cual “a los amigos se les acompaña hasta el cementerio, pero uno no se entierra con ellos”.
Por qué Hugo Chávez no se ofreció como promotor de la paz entre Irak y EEUU? Por qué no le pidió a George Bush que lo dejara hablar con Hussein para buscar una salida concertada a la crisis y a la guerra del Golfo? Por qué no se ofreció para ir a hablar con Osama Bin Laden y evitar los sucesos del 11 de septiembre?
Chávez aprovecha el conflicto con Libia no porque sienta alguna preocupación por el pueblo Libio, sino porque meterse allí, con una propuesta inviable como la que hizo, lo coloca una vez más en el ojo del huracán, donde a él le encanta estar. A Chávez solo le preocupa llamar la atención, estar en las primeras páginas de los periódicos, salir por Televisión, que los columnistas escriban de él, que lo tomen en cuenta, que sepan que él existe. Para Chávez todo se reduce a un problema mediático y nada más.
Puede un Presidente que durante 12 años ha estado hablando de guerra, batalla, conflicto, enfrentamientos y de una “revolución pacífica, pero armada” convertirse ahora, de la noche a la mañana, en el promotor de la paz? Puede un jefe de estado que se proclama amigo y hermano de las FARC y del ELN, los dos grupos terroristas que han azotado durante años a la hermana y muy querida república de Colombia, secuestrando y matando gente, transformarse ahora en el gran pacificador del mundo?.
Puede un jefe de estado que amenaza a los adecos con “freirlos en aceite”, que ordena mover 10 batallones de guerra a la frontera porque se molestó con el Presidente Uribe, que militariza empresas, haciendas, conjuntos residenciales, que amenaza a los empresarios con desaparecerlos de la faz de la tierra, y que ha gastado más dinero que cualquier otro Jefe de Estado en armas, tanques, municiones y pertrechos militares, convencer al mundo de que él es el hombre que hará posible la paz en Libia?
Puede un Presidente que le envía cartas de amistad a Carlos El Chacal, que permite que la guerrilla colombiana se pasee por su propio país como perro por su casa, secuestrando y asesinando gente a diestra y siniestra, y que protege en su territorio a extremistas del grupo terrorista ETA, a quienes incluso ofrece puestos relevantes de trabajo en su gobierno, convertirse en el mensajero de la paz que tanto necesita el mundo?
El presidente Chávez debe estar delirando. Debe tener la fiebre en 40. Su megalomanía y su ego no lo dejan pensar bien. El presidente se ha propuesto, nada más y nada menos, ser la bisagra que abra las compuertas de la paz en Libia, donde su hermano del alma, Muhamar Ghadafi, se las está viendo muy mal después de más de 40 años de mantener sometido y en las tinieblas al pueblo libio.
Chávez declara a los medios que no condenará a Ghadafi por el bombardeo que éste ordenó contra centenares de personas indefensas que lo único que hacían era protestar exigiendo su salida del gobierno. El Presidente denuncia que lo que hay contra Libia es una campaña mediática internacional. El embajador venezolano en Libia dice que allá no está pasando absolutamente nada. Telesur informa que todo está en calma y que las imágenes que se transmiten a través de medios como CNN son un montaje. Vale decir, que el gobierno de Chávez ya tiene una posición fijada en torno al conflicto, cual no es otra que la de ayudar al líder libio a salir del tremendo paquete en el que está metido. Pregunta: puede este Presidente que se candidatea como árbtiro de la paz, ser imparcial, neutral? Por Dios!!
En realidad, nosotros sabemos que a Chávez le importa un pepino la paz en Libia. A Chávez lo que le preocupa es que a su hermano Ghadafi lo saquen del poder. Chávez ha desarrollado en estos últimos años una extraordinaria capacidad para enamorarse (en el buen sentido de la palabra, por favor no malinterpreten) de líderes que tienen más de 40 años oprimiendo a su pueblo. Primero lo hizo con Fidel Castro, a quien se entregó en cuerpo y alma durante los primeros diez años de su gobierno, convirtiéndole en mentor, protector, y principal acreedor de
todos los proyectos que pudieran proporcionarle grandes cantidades de dinero a la revolución cubana.
Después empezó a retratarse con Sadam Hussein. Desafiando a los EEUU, Chávez llegó a Irak, se abrazó con su otro “hermano del alma”, y hasta se dio el lujo de convertir a Hussein en su chofer particular por las calles de Bagdad. Increiblemente, Chávez no defendió a su hermano Hussein como lo está haciendo ahora con Ghadafi. Yo no recuerdo que Chávez se hubiese propuesto como “mediador” y “promotor de la paz” para encontrar una solución negociada entre Hussein y el presidente George Bush. Al contrario, cuando las fuerzas opositores de Irak decidieron colgar a Husseim, por todos los crímenes que había cometido, Chávez hizo mutis y aplicó aquel refrán según el cual “a los amigos se les acompaña hasta el cementerio, pero uno no se entierra con ellos”.
Por qué Hugo Chávez no se ofreció como promotor de la paz entre Irak y EEUU? Por qué no le pidió a George Bush que lo dejara hablar con Hussein para buscar una salida concertada a la crisis y a la guerra del Golfo? Por qué no se ofreció para ir a hablar con Osama Bin Laden y evitar los sucesos del 11 de septiembre?
Chávez aprovecha el conflicto con Libia no porque sienta alguna preocupación por el pueblo Libio, sino porque meterse allí, con una propuesta inviable como la que hizo, lo coloca una vez más en el ojo del huracán, donde a él le encanta estar. A Chávez solo le preocupa llamar la atención, estar en las primeras páginas de los periódicos, salir por Televisión, que los columnistas escriban de él, que lo tomen en cuenta, que sepan que él existe. Para Chávez todo se reduce a un problema mediático y nada más.
Etiquetas: narcoterrorista
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