Santos “Empeñé mi palabra a Chávez”
Fuente: Venezuela Analítica
“Voy a cumplirla. Somos un país serio”. Con esta excusa Juan Manuel Santos, el presidente colombiano, se apresta a entregar al venezolano Walid Makled García, uno de los más grandes narcotraficantes del mundo a “su nuevo y mejor amigo Hugo Chávez”.
Cumplir con un régimen que puede estar comprometido con una de las redes criminales más poderosas del narcotráfico -que en adición-suministraba armas a las FARC- es inexcusable. Como lo es alegar la necesidad de “pragmatismo” en la relación de Colombia con el régimen venezolano, que tiene una agenda hacia Colombia muy lejos de ser pragmática. Y mucho menos, imaginarse que la entrega de Makled a Venezuela sería impuesta por una malentendida “razón de Estado”.
El presidente colombiano no puede aducir ignorancia de las graves implicaciones de este caso y de la conveniencia para la paz y la seguridad de ambos países que sea extraditado a una jurisdicción con garantías procesales confiables como sería la de los Estados Unidos. El sabe que la de Venezuela, no lo es.
En efecto, Makled desde la cárcel en Colombia, viene denunciado que sin la cooperación de un sin numero de altos oficiales militares y de jerarcas del régimen no podría haber enviado 10 toneladas mensuales de cocaína desde Venezuela. Extraditarlo al país, donde el poder judicial está al servicio de Hugo Chávez, equivaldría a enterrar un caso que anticipa tener características más graves que las del propio General Manuel Noriega.
El gobierno colombiano conoce también la asociación que Makled tenía con las FARC para proveerlas de armamento. Igualmente, que tres generales venezolanos están indiciados por el gobierno norteamericano por cooperar con las FARC en el trafico de drogas y de armas. Nada menos que el jefe de la inteligencia militar y el jefe del Comando Unificado de la Fuerza Armada venezolana.
No existe una excusa válida para no entregar a Makled a los Estados Unidos donde un tribunal federal le tiene un juicio abierto desde hace dos años. Allí podrá ser juzgado de manera imparcial y conoceremos los alcances de sus gravísimas denuncias, que de ser confirmadas, harían del régimen de Hugo Chávez un protector de redes internacionales vinculadas a organizaciones terroristas, como Hezbolá y las FARC.
¿Qué lleva a Hugo Chávez a insistir pública y personalmente al Presidente colombiano que se le entregue a Makled? Simplemente que no puede correr el riesgo que sea juzgado públicamente en los Estados Unidos. Por eso se ve obligado a inventar que se quiere utilizar a Makled para incluir a su gobierno en la lista de países que cooperan con terroristas para llevarlo a la Corte Penal Internacional.
Hugo Chávez no puede explicar como Makled logró convertirse bajo su gobierno en propietario de Aeropostal, la aerolínea más importante de Venezuela; concesionario de almacenes de carga resguardadas en Puerto Cabello, el más importante del país; y beneficiario de casi el monopolio de urea, un precursor para el procesamiento de la cocaína otorgado por una empresa estatal?
Pero Makled lo explica de la siguiente manera: “Logré todo gracias a la cooperación recibida de altos oficiales de las Fuerza Armada venezolana y de autoridades civiles. Vamos a estar claros. De estas empresas comía mucha gente; así tan sencillito, del alto gobierno. Claro recibían dinero mío. Como un millón de dólares mensuales, y poseo pruebas suficientes para demostrar mi relación con el gobierno. Los generales fueron los que me reclutaron a mi-y hasta me vendían la droga que incautaban a otros”.
El presidente colombiano no debe desentenderse de las implicaciones que conlleva su decisión porque tiene en sus manos la oportunidad de salvar a mi país del mismo flagelo que tanto daño le ha hecho al suyo. Y esto solo será posible extraditando a Walid Makled a los Estados Unidos, tal como le aconseja el propio Procurador de Colombia.
Tampoco debe olvidar que su palabra la tiene empeñada desde años atrás-pero con su pueblo, al cual viene sirviendo con dedicación en su combate contra los narco terroristas. Gracias a ello llegó a la presidencia, pero no para enterrar pruebas que parecen comprometer seriamente a un régimen con organizaciones que tanto han hecho sufrir a su gente. Y ese régimen Presidente Santos no es para nada el mejor amigo de los colombianos.
Etiquetas: narcoestado
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