Narcoterrorismo: Archivos de las FARC

Fuente: Editorial - El País (España)

Tenemos que pasar la página y mirar hacia adelante, dijo la Canciller de Colombia, María Ángela Holguín, tras conocerse el resultado de las investigaciones llevadas a cabo por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), con sede en Londres. Ello a pesar de que el material del líder terrorista Raúl Reyes, incautado en la llamada operación Fénix, cuando las fuerzas armadas colombianas desbarataron un campamento de las FARC que se hallaba emplazado del otro lado de la frontera, en la selva ecuatoriana, revela claramente lo que ya se había adelantado. No solo la connivencia de un gobierno que mira para otro lado, como ocurrió con los de Ecuador, (con el que han reanudado las relaciones diplomáticas) durante mucho tiempo, sino una asociación activa con el presidente Chávez. Pero según lo desentrañado de los discos duros de las computadoras, Correa les pidió dinero y las FARC se comprometieron a entregarle US$ 400.000, para la campaña electo- ral. US$ 100.000 aportados directamente por ellos y US$ 300.000 provenientes de aliados.

El entendimiento del presidente Chávez con el grupo terrorista que tantas muertes, secuestros y daños ha causado en Colombia desde hace decenas de años, tuvo alzas y bajas, pero siempre contaron con el suelo venezolano como refugio, algo que les fue muy conveniente; para entrenarse, para descanso, para lugar de planificación. La sociedad entre Chávez y esta gente también ha ido mucho más allá. Los terroristas contribuyeron, enseñando guerra de guerrillas y urbana a los grupos creados por Chávez para defender la revolución bolivariana y se desprende del informe, que es posible que gente de las FARC haya asesinado a oponentes políticos del Presidente. En la estrategia de Chávez figuraba apoyar financieramente a la guerrilla, de modo tal que afectara el equilibrio de poder en Colombia. De acuerdo a los datos obtenidos, al menos dos veces se reunió con Edgar Devia Silva, alias Raúl Reyes, uno de los 7 miembros de la directiva de las FARC, el Secretariat y desde 1990, cabeza de la red de representantes y amigos, conocido como el Comité Internacional o Cominter.

La actitud de la Ministra colombiana corresponde con la posición adoptada por el nuevo gobierno que desde su comienzo, ha privilegiado el acercamiento con la vecina Venezuela. Luego de que el Presidente Uribe librara una tenaz y bastante exitosa batalla contra los insurgentes, inmersos a su vez, en un letal maridaje con el narcotráfico, Juan Manuel Santos, ex Ministro de Defensa del anterior gobierno, tanto por motivos políticos como económicos, se ha mostrado desde el comienzo de su mandato, mucho más amistoso hacia su colega y vecino, que su antecesor. No hay que olvidar que Venezuela, por ser un país muy atrasado industrialmente, era un importante cliente de los productos "made in Colombia" hasta que Chávez prohibiera su importación, al hacer crisis sus relaciones.

Sin embargo, no es poca cosa lo que acaba de dar a luz el IISS, ni tampoco es muy común descubrir los archivos de un grupo terrorista que continúa activo. Porque si bien el combate del último gobierno ha sido mucho más efectivo que el de otras administraciones, al capitalizar el apoyo obtenido de Estados Unidos, en equipamiento moderno y capacitación, a la vez de avanzar con la presencia del Estado en las alejadas comarcas que carecían de cualquier tipo de institución y por otra parte, las deserciones en las filas terroristas continúan, las FARC siguen haciendo lo único que sabe hacer el terrorismo: matar, destruir y sembrar pánico. Es una guerra que ya lleva más de 50 años de existencia, desde que nacieran en los sesenta, las autobautizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, el grupo mayor de los varios que aparecieron en esas épocas. Aun cuando han sufrido toda clase de reveses, no demuestran ningún interés en establecer verdaderas negociaciones de paz La seguridad ha mejorado notoriamente en los últimos años en Colombia, pero las Fuerzas Armadas continúan teniendo enfrentamientos y bajas, casi a diario.