Venezuela: Dependencia Petrolera
Por: Orlando Ochoa P.
Fuente: El Universal
Desde que Arturo Uslar Pietri publicó en el Diario Ahora su escrito “Sembrar el petróleo” son 75 años de discusión sobre la inconveniencia para Venezuela de su dependencia económica y fiscal del petróleo. En tres cuartos de siglo un país petrolero debería haber comprendido bien las causas y los mecanismos de trasmisión de efectos adversos de la dependencia petrolera; ya debería tener un cuadro de soluciones políticas y económicas para enfrentar este problema medular.
Un aspecto central de este problema de la dependencia petrolera es que al no haberse desarrollado en el país otros patrones de especialización productivos exitosos y competitivos a escala mundial (fracasos en empresas básicas de metales, minería, petroquímica, gas, maquinaria y equipo petrolero, ingeniería especializada, agricultora, ganadería, etc.), no hay el efecto de propagación en la economía del avance de sectores económicos y de servicios conexos en expansión; y por lo tanto no es posible ofrecer los millones de empleos productivos bien remunerados que son necesarios para elevar el nivel de vida de los trabajadores y la clase media, ni para reducir drásticamente la pobreza extrema. Otro aspecto importante es que al mantener el subdesarrollo económico del sector privado, es difícil ampliar la recaudación tributaria para efectivamente reducir la gran dependencia fiscal del petróleo; esta situación, unida con mala política macroeconómica generó alta inflación por décadas desde 1975, lo cual empobreció aún más a los venezolanos.
Un tercer efecto de la dependencia petrolera es político y sociológico. La existencia de una riqueza petrolera en manos de los gobernantes, con pocos mecanismos de control real, junto a un poder judicial débil y subordinado, tiende a crear una clase política ávida de beneficios personales y desmotivada a promover los cambios económicos de fondo y las reformas administrativas, para mayor orden y transparencia en la gestión pública. Quizás una crisis nacional de grandes proporciones, como a la que nos lleva Hugo Chávez, pueda sacudir la consciencia del electorado y de muchos aspirantes a gobernantes que solo tienen una cartilla de generalidades para pretender ser los administradores petroleros del país. A los 200 años de la firma del Acta de Independencia, Venezuela necesita otro rumbo.
Etiquetas: Análisis Económico
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