Militarismo y falsificación histórica
Por: José Rafael López Padrino
Venezuela constituye un caso paradigmático y ejemplarizante en cuanto al proceso de militarización que ocurre en el seno de su sociedad. Celebramos nuestros 200 años del inicio de la Independencia en medio de una aborrecible distorsión de la historia, así como de una atmosfera guerrerista en todos los actos conmemorativos. Tanques de guerra, aviones y helicópteros militares, fusiles, soldados, y milicianos, fueron los elementos usados para la conmemoración oficial del bicentenario de la Independencia de Venezuela, aunque históricamente el 5 de julio de 1811 fue un acto totalmente civilista, bastó la voluntad de los diputados representantes de las provincias de la Capitanía General de Venezuela. Recordemos, que la declaración de Independencia es la culminación de un proceso de luchas políticas y económicas que encabezan los hijos o descendientes de los blancos peninsulares y de algunos pardos caraqueños y no un acto de rebelión popular como falazmente señalan los plumíferos del régimen facho-bolivariano.
Lo vivido este 5 Julio es parte de una política perversa impuesta por el régimen, destinada a distorsionar la historia y seguir militarizando a la sociedad venezolana. La adulteración de la historia ha sido una de las herramientas más utilizadas por los autócratas para legitimar sus depravados proyectos, y justificar sus atrocidades. Nuestra historia, lamentablemente ha sido constantemente abusada, alterada y tergiversada por los gobiernos de turno, pero en forma superlativa por parte del iletrado de Miraflores. La pandilla cívico-militar que nos desgobierna ha trastocado nuestra historia, de manera tal, que la ha convertido en algo totalmente irreconocible, divorciada de nuestras raíces. Han abusado de nuestros ancestros que nos independizaron del imperio español a fin de justificar su fanatismo e intolerancia, esgrimiendo factores totalmente ajenos a nuestros orígenes históricos.
Esta execrable manipulación de la historia se ha dado gracias al esfuerzo del aparato propagandístico Goebbeliano del régimen y de la nómina de historiadores-simulados, como Roberto Hernández Montoya, encargados de reescribir la historia a fin de satisfacer las aspiraciones imperiales del tte coronel. Esa sarta de adulantes han forzado o simplificado los hechos del pasado hasta convertirlos en caricaturas, con interpretaciones irreconocibles que no aguantarían un simple análisis historiográfico.
Sin ignorar que la militarización de la sociedad no es fenómeno nuevo en nuestro país, las dimensiones de la misma en estos últimos doce años no tiene parangón en el contexto de la democracia burguesa en Venezuela. Hoy por hoy el protagonismo de la Fuerza Armada en distintos ámbitos de la vida nacional es evidente, desde el “asalto no-armado” a la administración pública hasta la represión de las protestas sociales. El régimen a través de su mayoría parlamentaria ha impuesto reformas legales que han cercenado derechos ciudadanos, a fin de darle piso legal a esta despreciable militarización y así ampliar el control del Estado sobre el ciudadano común.
Producto de ese militarismo, se nos pretende imponer la visión distorsionada de que el 5 de julio fue un movimiento castrense. Recordemos que en los acontecimientos de 1811 no hay Ejército, es un acto civil, lo cual lo diferencia de los eventos de 1821 donde ya el Ejército tiene un papel protagónico. Ello forma parte de la militarización de la sociedad, que busca entre otras cosas, afianzar el control social ejercido por el Estado, tarea fundamental de todo fascismo. Se pretende "tutelar con las armas" el descontento y conflictividad social producto del fracaso de la ortodoxia neoliberal del régimen. De esta manera, la violencia de Estado ejercida por el componente armado -e incluso el terrorismo de Estado- es parte de la gobernabilidad actual. Es por ello que la militarización del país es una pieza esencial como parte del control social que necesita el socialfascismo bolivariano.
El país ha visto con tristeza la celebración de nuestros 200 años de Independencia en medio de una exaltación al militarismo, a un culto de la personalidad del tte coronel, a la promoción de la violencia e intolerancia, así como la implementación del atropello y la arbitrariedad. La tiranía militarizada que nos gobierna sigue empeñada en afianzar en el poder al comandante minoritario y su grupete de asaltantes, proyecto que sólo ha traído más hambre, miseria y explotación a los venezolanos. Basta ya de falsedades, el régimen autocrático del tte coronel no representa ninguna continuación de la Independencia de la República declarada el 5 de Julio de 1811.
Etiquetas: El Fascismo Tropicalizado
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