La estafa del caso Bandagro: La conspiración continúa
Caracas,
21 de diciembre de 2011- Una estafa financiera que comenzó hace 30
años pudiera ser la historia perfecta para cualquier película de
intriga y acción en el mejor estilo hollywoodense. Los elementos: unos
bonos del tesoro emitidos por un banco en quiebra. Los involucrados:
funcionarios bancarios, gubernamentales, abogados, y estafadores
internacionales que supuestamente han puesto a nuestro país bajo
posibilidad de enfrentar varias demandas internacionales que podrían
llegar de los seis mil millones de dólares, al tratar de cobrar una
serie de papeles de oscuro nacimiento. Los sospechosos: ocho personas de
las cuáles cuatro han cumplido poco tiempo en prisión. El caso: las
Notas Promisorias emitidas por el desaparecido Banco de Desarrollo
Agropecuario, Bandagro.
La historia
Corría
el año 1981 y la mencionada institución financiera llevaba un año
intervenida, no obstante esto no impidió la emisión de 55 Notas
Promisorias como aval para un préstamo que la institución pensaba
gestionar ante el National Bank de Miami.
Al
frente de la intervención se incorporó a Waldemar Cordero Vale, alto
dirigente de Bandagro, y la gestión para el mencionado préstamo recayó
sobre Albano Fontana, quien comprobó que esos bonos jamás llegaron al
banco de la ciudad estadounidense, pero sí pasaron a manos poco
escrupulosas que pensaban sacarle un mayor provecho: las notas sin
firmar comenzaron a circular por el mercado negro internacional.
Al
respecto, en su momento se pronunciaron Fogade y hasta el mismo Banco
Central de Venezuela para alertar sobre su invalidez. En ese mismo
tono, en el año 1992 la Contraloría General de la República determinó
la inexistencia de compromisos por parte de Bandagro.
No
obstante, la estafa continuaba al igual que los intentos masivos de
cobros de esos papeles. Ante esta situación la Ministra de Hacienda de
entonces, Maritza Izaguirre publicó un comunicado de prensa para
informar sobre las investigaciones practicadas por la Dirección de
Crimen Organizado de la PTJ.
Éstas
condujeron a los primeros detenidos: Alfredo Aggard, Román Delgado y
Jazmín Angulo de Fusco, quienes portaban las notas sin firmar, sellos
de la institución e instructivos sobre cómo llenarlas. Los dos primeros
fueron aprehendidos en el aeropuerto de Maiquetía, mientras que la
mujer en de la ciudad de Nueva York.
El
caso de los dos hombres fue pasado al Tribunal de Salvaguarda del
Patrimonio Público donde fue sobreseído. Aquí culmina el primer
capítulo de esta historia. El segundo comienza con la entrada en el
juego de James Paolo Pavinelli, empresario de muy dudosa reputación.
Durante
los años 80, el “caballero” en cuestión se dedicó a estafar a cuanta
empresa y persona se le cruzara por el camino a cuenta de las NP
Bandagro, incluso hasta su compañía, Triad FFC las poseía y pronto
sabremos porqué.
Inexplicablemente
Pavanelli continuaba vendiendo sus bonos, a pesar de que ya había
sido sentenciado el 6 de noviembre de 1989 a cuatro años de prisión
por un tribunal en Londres por “conspiración para utilizar documentos
falsos”, entre ellos las notas Bandagro. (Posteriormente, en 2003, fue
condenado en un tribunal de Turín a siete años por los mismos delitos).
Más
inexplicable aún es que en 2002, y a pesar de los avisos de las
instituciones nacionales sobre la ilegalidad de la NP Bandagro, un
apoderado de Pavanelli en Venezuela, el abogado Miguel Yacir, trata de
cobrarlas nada más y nada menos que al propio presidente Hugo Chávez.
Según
las informaciones de la época, el jefe de Estado manda a realizar una
investigación al Ministerio de Finanzas sobre la validez de esos
papeles. Jugando en dos frentes, Yacir también se dirige a la Asamblea
Nacional para también gestionar por esta vía el pago de los bonos.
Según reportes de la época, el representante de Pavinelli acudió a los
diputados Luis Velásquez Alvaray y Pedro Carreño, en calidad de
integrantes de la Comisión de Contraloría.
Éstos
exhortarían al ministro de Finanzas, Tobías Nóbrega, a agilizar esas
pesquisas. Un primer informe de este despacho declara legales las notas
promisorias, tanto las que pretendía cobrar Pavinelli a través de su
empresa y otras que esperaba cobrar la compañía estadounidense Skye
Venture (que le habían comprado notas a Pavinelli) en Estados Unidos.
El informe pasa a la Procuraduría General de la República y ésta
también le da el visto bueno.
Sobre
este punto hay que resaltar que el documento no tenía carácter legal y
sólo era para consumo interno de ambas instancias. No obstante, de este
escrito se hizo una copia certificada y se filtró a las empresas
interesadas en cobrar las Notas Promisorias. Este desliz sirvió para
que Triad FFC y Skye Ventures entablaran demandas contra Venezuela.
Triad,
junto a otras empresas, abrió el proceso en un tribunal de Suiza por
mil 57 millones de dólares y Skye Venture en uno de la ciudad de Ohio en
Estados Unidos por 100 millones.
A
pesar de que tanto el Ministerio de Finanzas y la Procuraduría de la
República emitieron a esos tribunales un documento para revertir la
supuesta legalidad del primer informe, argumentando que el estudio era
de carácter interno, una de las demandas (Skye Venture) continúa.
Se
dice pero no se afirma, que estos procesos le costaron el cargo a la ex
procuradora de la República Marisol Plaza y a Oscar Guzmán Cova,
Director General de Consultoría Jurídica del Ministerio de Finanzas,
cuyo nombre aparecería en la portada de la copia certificada que
obtuvieron las empresas.
El último acusado se defiende
Siete
años han pasado y de vez en cuando los medios reseñan los intríngulis
del proceso, que se encuentra en etapa de apelaciones. No obstante, en
diciembre pasado el caso Bandagro volvió a sonar. Esta vez por la
acusación que hizo el Ministerio Público a Alejandro Tineo Salas, José
Nicolás Tovar Jiménez y a Ramón Heraldo Paredes, por su presunta
vinculación en la emisión de las Notas Promisorias.
Desde
su detención domiciliaria el abogado Alejandro Tineo rechaza las
actuaciones del Ministerio Público y advierte que cuando fue
investigado por el mismo caso en 1994 fue absuelto de toda
culpabilidad.
En
esa fecha su expediente subió al Tribunal Superior de Salvaguarda de
Patrimonio Público y esta instancia terminó la averiguación. “Ese es el
único expediente en mi contra y sobre la base de ese expediente es que
se está construyendo esta nueva averiguación penal (2007) que es
totalmente inconstitucional”.
Tineo
recuerda que se le citó para darle un sobreseimiento de la Fiscalía
General de la República y que el acto se transformó en una nueva
imputación por el mismo caso que ya se había cerrado.
“Esto es una
aberración porque la Fiscalía es un organismo único y sus dictámenes son
únicos, no puede ser que sobre un mismo caso y una misma persona haya
criterios diferentes”.
No
sabe por qué luego de tantos años se le vuelve a involucrar en el caso y
asegura que no conoce a las otras dos personas acusadas.
Sin
embargo advierte que la irregularidad de la emisión de las Notas
Promisorias están en sus orígenes y que no se explica cómo desde
entonces haya habido tantos desatinos legales al respecto.
Con
papeles en mano, Alejandro Tineo Salas explica que tras su primera
detención se dedicó a estudiar el caso Bandagro y uno a uno señala
todos los detalles desde la emisión de las NP.
En
este sentido aseguró que se sorprendió al leer el informe de la
Procuraduría de la República, porque no se pronuncia sobre la médula
central del problema, que radica en la imposibilidad de que Bandagro o
banco alguno emitiera este tipo de certificados sin la aprobación del
Poder Legislativo.
“El
artículo 126 de la Constitución de 1961 (válida en 1981) señala que
ninguna deuda de la nación se puede contraer sin la aprobación del
Congreso de la República que promulgará una ley para ello. Y estas
notas son papeles de deudas”, por ello no podían ni siquiera emitirse.
Por
otro lado, indica que la misma Constitución en su artículo 127 preveía
que cualquier litigio por la emisión de este tipo de bonos debería
dirimirse en tribunales venezolanos.
También
hace mención de que los mismos estatutos de Bandagro no permitían la
emisión de las Notas Promisorias, sino bonos de ahorro, “cosa también
imposible por la situación financiera en la que se encontraba”.
En
este sentido Tineo Salas señala que “la Procuradora no debió haber
emitido este dictamen porque va contra la Constitución de 1961, que rige
todas las operaciones de crédito que hizo la República para la fecha de
las notas”.
Argumenta
además que el dictamen sólo sirvió para favorecer a los tenedores de
los papeles en el exterior, para demandar a la República, al punto que
la Corte de Ohio dice textualmente: “Los organismos del Gobierno
venezolano que intervinieron en el procedimiento hasta que la
procuraduría General de la República emitió dictamen el 3 de octubre de
2003”.
“Es
decir, que el juez estadounidense entró a conocer de este caso como
consecuencia del dictamen de la Procuraduría. Yo no puedo afirmar que el
entramado estaba montado, pero esto coincide con esas aseveraciones”,
expresa Salas.
Finalmente alertó
al Presidente de la República sobre una confabulación de funcionarios
públicos actuales y pasados tratando de perjudicar los intereses del
país a través de la validación de estas notas “para que la Nación sea
demandada en el exterior y todos los que participan en esas demandas van
a percibir alguna prebenda”.
Etiquetas: bandagro
1 Comments:
NADA MÁS CUANDO YA APARECIO EL NOMBRE DE ALEJANDRO TINEO CÓMO INDICIADO YA SE HACE EVIDENTE QUE FUE UNA ESTAFA YA QUE ESTE DELINCUENTE YA HA ESTAFA A OTRA.
PEESONAS Y EMPRESAS ..ENTRE ELLOS ESTAFO Y ASÍ QUEDAN EN SENTENCIA A CONSTRUCTORA EINNA LE ROBO 7 APARTAMENTOS UBICADOS EN BELLOMONTE CON SU TESTAFERRO NEGAL CILIBERTO GRUOOEMPRESARl TAMANCO ASÍ TAMBIEN EN COMPLICIDAD DE SU AMANTE UNA ABOGADA DE APELLIDO GÓMEZ OTRA ESTAFADORA PURAS LACRAS. . ES POR ESTO QUE ES OBVIO LA ESTAFA YA QUE ESTA JOYAS NO APARECEN SÍ NO ES POR QUE VAN A GANAR DINERO FACIL.. LA JUSTICIA LLEGA .
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