Irán y sus planes encubiertos en América Latina
Por Sergio Paz
Fuente: generaccion.com
Los atentados que sufrieron días atrás diplomáticos israelíes en la
India y Georgia y la desactivación en Tailandia de una célula islamista
que planeaba ataques también contra funcionarios judíos deja clara una
cosa: Que Teherán inició una contraofensiva terrorista cuando crecen
las posibilidades de que haya un ataque militar de Occidente contra sus
instalaciones nucleares.
El régimen iraní quiere vengar también la reciente muerte de
científicos vinculados a su programa nuclear que tanto EEUU, Israel y
varios países europeos sospechan que tiene como objetivo crear armamento
atómico.
Hasta ahora los golpes más certeros han sido en regiones alejadas de
Asia, pero hay informes de los servicios de inteligencia occidentales
que alertan que el régimen iraní ya comenzó a preparar a sus fuerzas en
América Latina.
Nuestro continente es una histórica área de influencia de EEUU –el
mayor aliado de Israel–, además que es el hogar de cientos de miles de
judíos que tienen grandes comunidades en países como Argentina y Brasil.
Desde su llegada al poder en el 2005, el presidente Mahmud
Ahmadinejad ordenó el aumento de la presencia de agentes iraníes en la
región, así como de sus socios de grupos integristas islámicos.
Los servicios secretos israelíes han advertido que una de esas zonas
vulnerables es la triple frontera que comparte Brasil, Paraguay y
Argentina. Un lugar en el que, bajo la fachada de organizaciones
caritativas, miembros del grupo Hezbollah recaudan dinero para sus
actividades terroristas.
Personajes de dudosa reputación e historial están llegando a
Sudamérica, vía Venezuela, que es uno de los principales aliados del
régimen teocrático.
EEUU ya mostró su preocupación por la apertura de vuelos directos
entre Caracas y Teherán, una ruta que no es rentable económicamente y
cuyos aviones viajan casi vacíos por la falta de turistas.
Lo más grave es que se está detectando la presencia en varias
embajadas iraníes en la región de agentes de la Fuerza Quds, una élite
de la unidad de operaciones especiales de la Guardia Revolucionaria
Islámica.
Washington acusa a este grupo de apoyar a los insurgentes que lanzan
ataques contra soldados estadounidenses en Irak y Afganistán.
En abril del 2010, un reporte del Pentágono denunció al régimen iraní
de usar a la Fuerza Quds para “ejercer clandestinamente un poder
militar, político y económico para hacer avanzar los intereses
nacionales en el extranjero”.
La herida de la AMIA
La presencia de agentes de Fuerza Quds supone una grave amenaza para
la región que ya ha sufrido en carne propia lo que significa el
terrorismo iraní. Basta nombrar el atentado contra la Asociación Mutual
Israelita Argentina (AMIA) que dejó 85 muertos y 300 heridos en 1994.
Se trata del ataque terrorista más grave de la historia de América
Latina y cuya responsabilidad recae en las autoridades iraníes que se
niegan a entregar a los responsables de la matanza, uno de ellos el
actual ministro de Defensa iraní Ahmad Vahidi.
La herida de la AMIA, que continúa abierta, es una de las razones por
la que el presidente Ahmadinejad evitó ir a la Argentina en su
reciente gira que realizó por la región.
Una gira en la que se profundizaron acuerdos de cooperación
económica, política y militar con Ecuador, Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Todos, países muy críticos de la administración norteamericana y que
parecen no preocuparles las evidencias de que Irán intenta hacerse de
armamento nuclear.
Pero las preocupaciones de EEUU e Israel van incluso más lejos que
solo el envío de agentes de Fuerza Quds. Una reciente investigación
periodística de la cadena hispana Univisión reveló que Irán y su socio
Hezbollah han aumentado sus vínculos con los cárteles de la droga
mexicanos y colombianos.
El pasado mes de octubre el FBI y la DEA desbarataron un plan iraní
para asesinar al embajador de Arabia Saudita en EEUU, Adel Al-Jubeir,
con la ayuda de narcotraficantes mexicanos a los que se les ofreció un
pago US$ 1.5 millones.
Mientras, dos casas de cambio libanesas con nexos iraníes y que
operan en América Latina –Hassan Ayash Exchange y Elissa Exchange
Company– estarían implicadas en el lavado de dinero del narcotráfico de
grupos como Los Zetas.
Según el reporte de Univisión, que se basó en informes de
inteligencia elaborados por agentes encubiertos, diplomáticos de Teherán
y Caracas estarían preparando ataques cibernéticos contra la Casa
Blanca, el FBI, el Pentágono y hasta plantas nucleares.
Univisión presentó imágenes inéditas de una operación encubierta del
FBI que permitió desmantelar una red que pretendía volar el aeropuerto
JFK de Nueva York. La red tenía conexiones en Venezuela y Guyana.
Todas señales preocupantes que debían tomarse en cuenta para evitar
que sea repita una nueva AMIA en la región. Aun estamos a tiempo, es
hora de salir del letargo.
Etiquetas: terrorismo
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home