Izquierda Bananera
Por: José Rafael López Padrino
El batiburrillo ideológico del socialfascismo
bolivariano no es más que una
mescolanza perversa de un culto a
la personalidad al líder del
proceso con una intolerancia a la disidencia, de un populismo execrable con un criminal apartheid político, de un militarismo nauseabundo con un régimen
de terror.
Es un "extraño socialismo" que promueve la entrega de nuestros
recursos naturales a las
transnacionales, una corrupción
galopante, un autoritarismo
desenfrenado, un atropello a los trabajadores, una violación sistemática de los
derechos humanos, así como la
militarización estructural del Estado.
Este "socialismo sui generis"
se ha transformado en estos años en el peor enemigo ideológico de la izquierda
militante y de cuanto movimiento
social o sindical del país que
no hipoteque sus principios al
iletrado de Miraflores.
A diferencia del fascismo europeo,
el social-fascismo bolivariano
emerge como producto de un
evento electoral y al posterior pacto político-económico entre una
logia militar en el poder y
una nueva fracción de la burguesía paraestatal ambiciosa de poderío
(boliburguesía). Todo ello
maquillado demagógicamente con una falsa retórica socialista.
Sin sorpresa alguna este proyecto
facho-militarista ha sido
respaldado por sectores de una izquierda acomodaticia y corrupta que ha hipotecado su derecho de pensar. Una izquierda cerril que aplaude los insultos como fórmula
de razonamiento. Una izquierda que
se ha vuelto intolerante pretendiendo eliminar de la escena política a los que no piensan como ellos. Una izquierda autoritaria e histriónica, que se
dedica apostólicamente a apoyar
una revolución fantasmal, inexistente. Una izquierda miserable que se hace la víctima cuando los agredidos se defienden.
Una izquierda cómplice y celestina
de las políticas reaccionarias de Juan Manuel Santos, quien se ha transformado
en su mejor aliado.
Es vergonzante el vuelco ideológico
que han dado estos izquierdosos
traficantes de esperanzas. De incendiarios
sociales se transformaron en
"domesticados mininos"; de subversivos en confidentes del SEBIN, de la DIM o de cualquier otro cuerpo
represivo. De rebeldes con causa, en serviles sin causa del gorilato
de Miraflores. De cuestionadores
del abuso del poder en
practicantes del mismo. De
anti-militaristas vehementes en militaristas sumisos. De defensores de las
conquistas de los trabajadores
en partidarios de la pauperización y explotación de los asalariados.
Representan a una falsa izquierda
acrítica, desideologizada practicante de una doble moral que hipotecó sus principios. Una izquierda bananera que se arrodilló frente al proyecto militarista-reaccionario del tte coronel, el cual no ha promovido ningún socialismo, ni poder popular
autónomo, ni democracia protagónica, ni soberanía alguna. En fin, una izquierda
que solo ha logrado que la mención de la palabra socialismo provoque cada vez un mayor rechazo entre los venezolanos.
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