Venezuela: Invasión Militar Cubana: La hora de los hornos
Por Juan Reynaldo Sánchez*
Gral Andollo |
La injerencia cubana en Venezuela es un hecho cada vez más flagrante en la medida que el proceso boliviariano de Hugo Chávez se radicaliza a imagen y semejanza del régimen instaurado por Fidel y Raúl Castro hace 53 años.
El General de División Leonardo R. Andollo Valdés es uno de los oficiales cubanos de más alto rango en Venezuela, pero no es el único jerarca militar designado para inmiscuirse en los asuntos internos del pais suramericano. Se ha especulado sobre su permanencia en tierras venezolanas, pero en relidad el General cumple su "misión bolivariana" a través de viajes para estancias de supervisión y orientación de tareas sobre el terreno operativo.
Andollo, de 67 años, es una pieza clave en esta cooperación. Elegido miembro del Comité Central en el VI Congreso del Partido Comunista, el General es segundo jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas (FAR), especialista en construcciones militares, y en la Asamblea Nacional del Poder Popular tiene la responsabilidad de organización y funcionamiento de los gobiernos provinciales y municipales.
Estrategia contra la oposición interna
Entre sus principales tareas como jefe del Estado Mayor, Andollo tiene a su cargo la organización de los ejercicios Bastión, inicialmente enfocados en el enfrentamiento de una supuesta invasión militar y reorientados desde hace algunos años a la manera de sofocar una hipotética sublevación de sectores de la oposición interna. En esta estratégica misión su aporte a la situación venezolana tendría una importancia sustancial en caso de un agravamiento de la polarización política que podría conducir a desórdenes y revueltas sociales contra el chavismo.
El nombre de Andollo ha salido a la palestra recientemente en referencia a dos hijos y nietos suyos que viven fuera de Cuba. Pero en realidad, estos datos de su vida familiar no resulta ya novedoso entre la élite de poder -incluyendo la casta militar cubana. Muchos hijos de militares, altos dirigentes y funcionarios gubernamentales están residiendo en el extranjero desde hace años, e incluso algunos de ellos cuentan con negocios en España, Panamá, México, Chile y otros países donde incluso han adquirido una segunda nacionalidad.
Hay referencias verídicas de que otro general nombrado Erminio Hernández Rodríguez también está encargado de asesorar al gobierno y las fuerzas armadas de Hugo Chávez. Como si fuera poco, el General (r) Alejandro Ronda Marrero, mano derecha del Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, está también cumpliendo misiones en ese país.
Ronda Marrero está junto a Ramiro desde que la creación de la empresa COPEXTEL. De ahí, el Comandante se lo llevó con él al Ministerio de la Informática y las Comunicaciones (MIC) y hasta el dia de hoy sigue bajo sus órdenes.
Especialista en control de la internet
Alejandro, a quien también se le conoce como "el general de los pinchos largos", fue jefe de las Tropas Especiales del Ministerio del Interior, que pasaron a control de las FAR en 1989. Después se convirtió en un especialista en control de la poblacion respecto al uso del internet y las intervenciones telefónicas.
Cuando a Ramiro Valdés comenzó a ser criticado por sus reiteradas visitas a Venezuela, el gobierno cubano optó por enviar a la misión cubana a otros oficiales que no fueran tan conocidos, y que tuvieran experiencia suficiente para asesorar a Chávez.
Hay otros oficiales asesorando internamente las Fuerzas Armadas Venezolanas desde el punto de vista de la Contrainteligencia Militar (CIM), pues Chávez necesita -tanto como lo necesitan Fidel y Raúl Castro- un mecanismo que le garantice la investigación y el control exhaustivo de todas sus fuerzas militares, ya sean de alto, mediano o bajo rango.
La estructura de la CIM tiene una formación de mando totalmente diferente a la del mando militar, o sea, no se subordina al jefe de una división o formación determinada, sino que responde al jefe inmediato de la propia CIM, y el personal solo rinde cuentas ante este, sucesivamente, desde los niveles de pelotón hasta los del alto mando.
Crear estas estructuras y sus redes de agentes dentro de los propios militares, con el propósito de que brinden información de sus compañeros exclusivamente al oficial que lo atiende, ya sea motivados por la ambición personal o de cualquier otra índole, no es una tarea que se pueda hacer en corto tiempo. Sin embargo, la permanencia de ambos regímenes, el cubano y el venezolano, depende de la efectividad de estas labores de inteligencia.
Asesores de seguridad personal
Asesores militares subordinados al General Julio César Gandarilla, jefe de la CIM cubana, están prestando sus servicios a fin de construir las estructuras de contrainteligencia dentro del Ejército venezolano.
Otra asesoría que desde los primeros días del chavismo está presente en Venezuela es la seguridad personal cubana. Oficiales subordinados al General de División Humberto Francis Pardo, jefe de Seguridad Personal del MININT, se encuentran en ese pais con tareas asignadas; incluso varios oficiales de la guardia personal de Chávez han realizado seminarios y cursos en Cuba. Algunos de estos militares venezolanos han repetido en más de una ocasión sus visitas a la isla y se les ha visto recibiendo entrenamiento en la Escuela de Instrucción de la Seguridad Personal en el poblado de Baracoa, al oeste de La Habana.
Esta unidad cuenta con salones para impartir clases, salón de protocolo, campo de tiro para diferentes armas y una ciudadela, que permite realizar el entrenamiento de desplazamientos en autos y a pie con el sistema de seguridad de un protegido, y efectuar disparos a edificios y habitaciones en condiciones similares a las que se presentarían en un atentado en la vida real.
Los tentáculos militares cubanos en Venezuela no son pocos y definitivamente tendrán un rol fundamental en los acontecimientos que se avecinan, sea cual sea el rumbo que tome el país suramericano tras las elecciones del próximo 7 de octubre. Para el régimen de los Castro es también un asunto de sobrevivencia.
*Juan Reynaldo Sánchez fue escolta personal de Fidel Castro entre 1968 y 1994, con grados de teniente coronel. Fue destituido y cumplió prisión en Cuba. Logró abandonar la isla en el 2008 y actualmente reside en Miami. Tiene en preparación un libro sobre su experiencia en la seguridad personal del gobernante cubano.
Etiquetas: golpe de Estado
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