Venezuela: Democracia o narco-dictadura
Por: El Mio Cid
El próximo siete de octubre el pueblo venezolano tendrá la oportunidad de elegir a su próximo presidente y con ello el futuro de Venezuela para los próximos cincuenta años.
Esta decisión, representa la supervivencia o muerte de la democracia, las instituciones, el imperio de la ley y el futuro económico de Venezuela.
Hugo Chávez ha atentado contra las instituciones democráticas de Venezuela y ha dañado el futuro económico de su país. La empresa estatal petrolera PDVSA ha sido hipotecada para poder costear programas militares y sociales, que más allá de ofrecerle un mejor futuro al pueblo, le dan una idea de progreso artificial e insostenible que depende de el ingreso de petro-dólares.
El imperio de la ley, se ha convertido en una especie de mito en Venezuela. La tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes se ha triplicado y el aerotransporte de drogas hacia países como Honduras, Colombia, México y Estados Unidos ha crecido de manera exponencial con la venia de Chávez y la protección que este ofrece a organizaciones criminales.
Su relación con países como Cuba, Irán, China, Rusia y Siria preocupan por las intenciones que estos países tienen y su interés en poner en riesgo la seguridad de los habitantes del hemisferio occidental.
Chávez como Castro, Ahmadinejad, Putin, Jintao y al-Assad, buscan consolidar regímenes autoritarios donde la permanencia en el poder de un individuo o un ideal no depende de una elección popular, sino de un régimen que busca consolidar su poder por medio de corrupción, autoritarismo y opresión.
Es prácticamente innegable que el narco-dictador perderá la batalla contra el cáncer que lo aqueja. Por desgracia, gran parte del pueblo Venezolano se niega a admitir esta realidad. Esta dispuesto a votar por Chavez cuando es sabido que este régimen ha causado un serio deterioro en este país latinoamericano.
El 7 de octubre abre la posibilidad a un cambio de régimen que quizás pueda restaurar el daño hecho por Chávez y su sequito corrupto y pro-narcotráfico.
Quizás la suerte ya este echada y poco importará el voto popular en los próximos comicios. Es poco probable que Chávez, como buen dictador y opresor que es, esté dispuesto a entregar el poder de manera democrática.
El próximo siete de octubre el pueblo venezolano tendrá la oportunidad de elegir a su próximo presidente y con ello el futuro de Venezuela para los próximos cincuenta años.
Esta decisión, representa la supervivencia o muerte de la democracia, las instituciones, el imperio de la ley y el futuro económico de Venezuela.
Hugo Chávez ha atentado contra las instituciones democráticas de Venezuela y ha dañado el futuro económico de su país. La empresa estatal petrolera PDVSA ha sido hipotecada para poder costear programas militares y sociales, que más allá de ofrecerle un mejor futuro al pueblo, le dan una idea de progreso artificial e insostenible que depende de el ingreso de petro-dólares.
El imperio de la ley, se ha convertido en una especie de mito en Venezuela. La tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes se ha triplicado y el aerotransporte de drogas hacia países como Honduras, Colombia, México y Estados Unidos ha crecido de manera exponencial con la venia de Chávez y la protección que este ofrece a organizaciones criminales.
Su relación con países como Cuba, Irán, China, Rusia y Siria preocupan por las intenciones que estos países tienen y su interés en poner en riesgo la seguridad de los habitantes del hemisferio occidental.
Chávez como Castro, Ahmadinejad, Putin, Jintao y al-Assad, buscan consolidar regímenes autoritarios donde la permanencia en el poder de un individuo o un ideal no depende de una elección popular, sino de un régimen que busca consolidar su poder por medio de corrupción, autoritarismo y opresión.
Es prácticamente innegable que el narco-dictador perderá la batalla contra el cáncer que lo aqueja. Por desgracia, gran parte del pueblo Venezolano se niega a admitir esta realidad. Esta dispuesto a votar por Chavez cuando es sabido que este régimen ha causado un serio deterioro en este país latinoamericano.
El 7 de octubre abre la posibilidad a un cambio de régimen que quizás pueda restaurar el daño hecho por Chávez y su sequito corrupto y pro-narcotráfico.
Quizás la suerte ya este echada y poco importará el voto popular en los próximos comicios. Es poco probable que Chávez, como buen dictador y opresor que es, esté dispuesto a entregar el poder de manera democrática.
De perder seguramente hará uso de sus milicias y fuerzas armadas para permanecer en el poder y asegurar que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) pueda extender su reinado de corrupción.
Venezuela es una bomba de tiempo y pocos están prestando atención.
La comunidad latinoamericana, Estados Unidos, y Europa, debería voltear hacia Sudamérica, y darse cuenta de lo importante que son las próximas elecciones en Venezuela.
No se trata de una batalla entre izquierdas y derechas, sino una batalla entre democracia y autoritarismo que merece nuestra atención empatía con un pueblo que ha sido secuestrado por una ideología corrupta que se esconde bajo el velo de la equidad y las causas sociales.
Venezuela es una bomba de tiempo y pocos están prestando atención.
La comunidad latinoamericana, Estados Unidos, y Europa, debería voltear hacia Sudamérica, y darse cuenta de lo importante que son las próximas elecciones en Venezuela.
No se trata de una batalla entre izquierdas y derechas, sino una batalla entre democracia y autoritarismo que merece nuestra atención empatía con un pueblo que ha sido secuestrado por una ideología corrupta que se esconde bajo el velo de la equidad y las causas sociales.
Etiquetas: narcoestado
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