Base iraní en Venezuela preocupa a Israel

El aspecto financiero es sólo parte del mosaico general, asegura.

Fuente: El Universal

Uno de los puntos más conocidos y polémicos de la política exterior del presidente venezolano Hugo Chávez en la arena internacional, ha sido su estrecha alianza con la República Islámica de Irán. El tema es seguido con preocupación por la Cancillería israelí, que ha advertido en diferentes momentos a gobiernos amigos en América Latina sobre el peligro que supone la inserción iraní en el continente, cuyo punto principal es sin duda el territorio venezolano.

“Si Irán o Hezbolá deciden volver a atacar en el continente como lo han hecho ya en dos oportunidades en Buenos Aires, las víctimas serán latinoamericanas”, advirtió el embajador Roger Noriega, ex asistente del secretario de Estado norteamericano para el Hemisferio Occidental y hoy director de un proyecto especial de investigación del tema Irán y Hezbolá en Latinoamérica, en el marco del “think tank” American Enterprise Institute for Public Policy Research, con sede en Washington.

En una reciente visita a Israel para encabezar un panel sobre el tema en el marco del congreso anual del Instituto de Política Anti terrorista del Interdisciplinario de Hertzlia, Noriega aclaró a este diario que “los países latinoamericanos deben tomar plena conciencia de lo que está sucediendo, antes de que sea tarde”.

Uno de sus más estrechos colaboradores en dicho centro de investigación, es el venezolano Martín Rodil, que abandonó su país poco después del ascenso de Chávez al poder, sintiendo que Venezuela lo llevaría por una dirección peligrosa. Hoy, en el marco del mencionado “think tank”, se ha especializado en la presencia iraní en Venezuela, y sus descripciones hacen pensar en una relación que va mucho más allá de una alianza común.

Irán ha logrado construir en Venezuela un sistema bancario propio, paralelo al venezolano, con el aval, autorización plena y hasta aliento absoluto de Chávez, que inclusive, según Rodil, ha advertido a algunos bancos que rehusaron en ciertas oportunidades aceptar transacciones iraníes que les parecían ilegales, que les harían quebrar quitando de sus arcas los depósitos del Estado, en un evidente intento de coacción.

Los bancos son legalmente venezolanos y por ende no están bajo el régimen de sanciones que afectan a Irán, pero en la práctica, son manejados totalmente por Teherán y ayudan directamente al gobierno de los Ayatolas.

“Descubrimos lo que estaba pasando, casi por casualidad”, nos dice Rodil . “A raíz de la investigación de la consultoría privada por un problema que un cliente tenía con alguien del sistema financiero venezolano, se descubrió la presencia iraní, operaciones financieras iraníes. A partir de allí se generó una investigación formal, que se convirtió hoy en el proyecto de investigación del American Enterprise Institute”.

Fue como comenzar a sacar un hilo pensando que se lo corta de inmediato, y ver que era parte de una enorme madeja que incluye transacciones millonarias, transferencias de dinero cuya contraparte -proyectos supuestamente construidos por Irán en Venezuela- generalmente no existen. O sea: el dinero pasa, pero ¿a cambio de qué?

El aspecto financiero es sólo parte del mosaico general.

Otra pieza evidente es la presencia militar iraní en Venezuela, varias de cuyas expresiones despiertan sospechas a los investigadores.

- Instalaciones y depósitos iraníes en bases del ejército venezolano

- Una planta presentada como fábrica de pólvora, aunque no ha producido ni un gramo desde que fue terminada hace un año, funciona en la ciudad de Morón, a cargo de la misma empresa iraní que en Irán produce más que nada combustible para los misiles de Irán.

- Esa planta fue visitada ya varias veces por el director del programa misilístico de Irán, acompañado de toda la plana mayor, incluyendo el ministro de Defensa. Cabe preguntar qué están supervisando

- Un trayecto de tren que está en desarrollo, que une cuatro puntos en los que hay presencia iraní., relacionadaa instalaciones militares venezolanas. El último punto del trayecto, es un astillero confiscado años atrás por Chávez y entregado a Irán, donde de hecho los iraníes manejan solos el puerto, con sus propias grúas y su propio muelle, sin que nadie controle lo que sale de o entra al lugar. Y es el punto más cercano en Venezuela a Estados Unidos.

A esto, presentado aquí en forma sumamente resumida, se suma por cierto la infraestructura de apoyo iraní a Hezbola, con su red terrorista de células dormidas en diferentes partes del continente.Esa misma infraestructura es la que ya en 1992 y 1994 lanzó atentados en Buenos Aires. “Pero hoy es mucho más estrecha y está más integrada”, advierte Martin Rodil. “El peligro, es cada vez mayor”.