Autoritarismo facho-madurista
Por: José Rafael López Padrino
"Desgraciado el país que necesita héroes" Bertolt Brecht
El usurpador de Miraflores y su grupete han demostrado ser muy hábiles en el uso de la falacia y la manipulación. Mienten, deforman, calumnian, simulan, reprimen con absoluta ausencia de escrúpulos. Su maquiavelismo refleja la más insólita miseria humana. Es el espíritu fascista que Arthur Miller definió de manera lapidaria: "Es fundamentalmente el espíritu de todas las modalidades de bajeza posible".
Carlos Marx en "El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte" señaló que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal se presentan dos veces: una vez como tragedia y otra como farsa. La historia política venezolana pareciera confirmar de nuevo la aserción de la farsa, en la figura del impostor Maduro, quien desde la llegada al poder ha promovido una despreciable fascistización del país. Amenazas, represión, procesos judiciales amañados, despidos laborales por preferencias políticas, etc., forman parte del menú fascista con el cual nos ha deleitado el nuevo hablador de Miraflores.
El facho-madurismo actúa con la más absoluta ausencia de escrúpulos. Una clara demostración fue la pasada campaña electoral que se caracterizó por un grotesco uso de los recursos del Estado, el chantaje a los empleados públicos, el uso de las hordas armadas del régimen para atemorizar a los votantes, así como por el uso de la Fuerza Armada en forma despreciable. Sin obviar la conducta de la mayoría de los integrantes del Consejo Nacional Electoral quienes han asumido y siguen asumiendo una actitud complaciente para con el régimen. Además, el régimen manipula y deforma la verdad como quedó evidenciado con la propaganda oficial en relación a los sucesos del 15A y 16A. Han incorporado propagandísticamente el principio goebbeliano de la "mentira afirmativa", es decir, falacias revestidas de la más absoluta convicción por parte del narrador, a fin de propiciar matrices inexactas de opinión ("Una mentira mil veces repetida puede convertirse en verdad", Joseph Goebbels).
Vemos como día a día aflora y se profundiza el espíritu fascista del régimen. La violación continúa de la Constitución, la mentira ante el pueblo, la calumnia contra la disidencia, el uso de los recursos del Estado, el lenguaje violento, etc. son señales por demás convincentes del fascio-madurismo, ello al margen del ropaje socialista con que suelen disimular sus acciones.
El facho-madurismo constituye un absurdo collage de contradicciones, que se basa en un perverso endiosamiento de la imagen del fallecido tte coronel. Este culto postmorten obedece a la orfandad ideológica del proyecto y a la ausencia de un verdadero liderazgo en sus filas. El neofascismo del madurismo representan la arquitectura reaccionaria que encontramos en Lagardelle, en Valois, en Ceresole, y en Marinetti. Este último intelectual de la Italia de Mussolini quien llegó aseverar que el fascismo no era más que la "Religión de las circunstancias y de las voluntades fuera del marco de la ley".
Obviamente este proyecto despótico, militarista y totalitario representa una verdadera falsificación ideológica que nada tienen que ver ni con Marx, ni con su concepción originaria socialista. Es la vulgar utilización de la ideología socialista a fin de justificar las atrocidades que en su nombre se cometen.
El facho-madurismo es un nuevo engaño de carácter despótico, disfrazado de lucha por espacios de libertad y de soberanía. Para los facho-bolivarianos no hay límites posibles, y muchos principios éticos que respetar. Representan la barbarie del siglo XXI.
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