Narcotráfico entre nosotros
Por: Pedro García Otero
Fuente: Diario La Hora
No debe ser usted el único que se pregunta cómo un apartamento en Caracas puede costar 30 millones de bolívares, o una camioneta 2,5 millones (miles de millones de los de antes, para que no nos engañemos), y aun así, estar vendido antes de que salga al mercado. Tampoco debe ser usted el único que se pregunta cómo florecen edificios de lujo en los que todos los apartamentos parecen estar vacíos, en construcciones a las que jamás les falta el cemento ni las cabillas.
Es de temer que en la Venezuela de este tiempo está operando un fenómeno como en la Colombia de los 70, una inflación de todos los bienes que sirven para la legitimación de capitales. El incidente de las narcomaletas en Maiquetía es solo la punta del iceberg de manifestaciones mucho más cotidianas del efecto del narcotráfico en nuestras vidas: Los "pranes" en las cárceles y la violencia desatada y sin sentido en las barriadas caraqueñas tienen en común el fenómeno de la droga, que ha penetrado el país. Que la encuesta de las ONG Paz Activa y Observatorio de la Violencia muestre que casi dos tercios de los ciudadanos creen que el narcotráfico ha infiltrado a la Fuerza Armada es una señal de lo claros que están los venezolanos sobre el tema.
En estos años, el dinero fácil de la droga ha permeado amplios sectores de la sociedad. Enriquecimientos inexplicables solo pueden tener como origen la corrupción o el narcotráfico. El control de cambios, que exacerba el apetito por el dólar; y el sálvese quien pueda general en que se ha convertido este país, facilitan el fenómeno. Si no hemos reventado, como Colombia en los 80, es porque la sociedad aún no ha reclamado un cambio como el que encarnó en la nación vecina Rodrigo Lara Bonilla, que costó miles de muertos y 20 años de violencia.
Etiquetas: corrupción, narcoestado
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