75 Aniversario de la "Noche de los cristales rotos"
Por: ELENA GARCÍA
Fuente: La Gaceta
Progromo: Se cumple el 75 Aniversario de la "Noche de los cristales rotos"
Es una de las noches más trágicas de la historia de Alemania y muchos expertos consideran que fue el preámbulo del Holocausto nazi
Hoy se cumplen 75 años de la llamada “Noche de los cristales rotos”. Entre el 9 y el 10 de noviembre de 1938, en Alemania y Austria tuvieron lugar una serie de pogromos (matanzas y robos a gente indefensa) contra personas de confesión judía, sus establecimientos, sus hogares y sus lugares de culto: sinagogas. Varias decenas de judíos perdieron la vida esa trágica madrugada y unos treinta mil fueron arrestados y enviados a campos de concentración. Los ataques fueron perpetrados por las fuerzas de asalto nazis (SA) y por las SS (organización militar del régimen nazi).
Se la conoce como la “Noche de los cristales rotos” por los numerosos escaparates que fueron destruidos. Fueron los propios nazis quienes la bautizaron con este nombre, y muchos consideran que fue el primer acontecimiento que marcó el inicio del Holocausto o genocidio judío.
Adolf Hitler ascendió al poder como canciller de Alemania el 30 de enero de 1933. Un año después se autoproclamó Führer tras haber conseguido el apoyo de la mayoría de los alemanes. Llegó a convencerles de que él era el único salvador de la economía frente a la Gran Depresión, del comunismo y del “judeo-bolchevismo”.
El 15 de septiembre 1935, en el séptimo Congreso anual de Núremberg (congresos nacionales realizados por miembros del partido nazi), se adoptaron una serie de leyes del mismo nombre e ideología antisemita cuyo objetivo principal era la aceleración de la salida de los judíos del país y el expolio. Graciela Kohan, licenciada en Filología Moderna por la Universidad de Córdoba (Argentina) e investigadora de la II Guerra Mundial y el Holocausto, informa a LA GACETA: “Los pesimistas huyeron, los más optimistas permanecieron en Alemania. Muchos de los que se quedaron pensaban que el proyecto de Hitler era una locura que nunca conseguiría llevar a cabo”. “Que difícil va a ser, ser judío en Alemania”, fue la frase que dijo Wilhelm Frick, Ministro del Interior del Régimen y encargado de redactar las leyes.
El 12 de enero de 1938 Austria fue anexionada a la Alemania nazi como una provincia del III Reich y el 28 de octubre de ese mismo año unos 17.000 judíos polacos fueron obligados a abandonar las dos naciones unificados y volver a su tierra natal. El gobierno de Polonia no les permitió entrar al país y se quedaron varados frente a la frontera sin apenas comida y pertenencias, las condiciones en las que vivían eran del todo infrahumanas. Unos meses antes, Polonia había promulgado una ley que desposeía de la ciudadanía polaca a todos los ciudadanos que hubieran vivido durante cinco años continuamente en el extranjero. Esta reforma estaba explícitamente diseñada para evitar que los judíos, especialmente los residentes en Alemania y Austria, regresasen a su país natal.
Herschel Grynszpan, un joven judío polaco residía en París cuando su padres fueron deportados a Polonia. Había huido de Alemania por la creciente discriminación hacia los ciudadanos de su misma confesión. Cuando fueron abandonados a su suerte en la frontera de Polonia, Berta y Sendel Grynszpan, los padres del joven, le pidieron que les consiguiera los visados para viajar como emigrantes a Estados Unidos. La tarea que le encomendaron a Herschel era un misión imposible.
El 7 de noviembre de 1938 compró un revolver y se dirigió a la embajada alemana en Francia. Pidió ser recibido por algunos de los funcionarios. Fue atendido por el secretario del embajador, Ernst vom Rath. Herschel le propinó cinco tiros mientras gritaba que actuaba en nombre de todos los judíos deportados. El adolescente fue detenido sin oponer ningún tipo de resistencia y se justificó ante el juez diciendo que el mundo debía oír su protesta. Vom Rath murió dos días más tarde.
El 9 de noviembre, día en el que falleció el diplomático alemán, se cumplía el 15 aniversario del Putsch de Munich de 1923. Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Alemania pronunció uno de sus impetuosos discursos ante los fieles del régimen nazi que se habían congregado para la celebración y les incitó a tomarse la justicia por su mano tras la indignación por el asesinato de un compatriota. Según cuenta Kohan, la “Noche de los Cristales Rotos” fue una excusa del gobierno nazi para medir las reacciones del resto de los alemanes y de la comunidad internacional. Tras 1400 leyes creadas para el aislamiento y la persecución de los judíos residentes en Alemania, los gobiernos de Europa no se habían pronunciado en contra, las únicas protestas fueron las de los judíos que vivían en Francia y Reino Unido. El principal objetivo era saber hasta donde podía llegar el Gobierno nazi dependiendo de las reacciones del pueblo alemán. Muchos alemanes estuvieron en desacuerdo con lo que aquella noche ocurrió pero actuaron como meros observadores. Muchos expertos consideren que estos sucesos fueron el preámbulo del genocidio judío anta la pasividad del resto del mundo.
Las consecuencias de la trágica “Noche de los cristales rotos”, que hoy cumple su 75 aniversario, fueron unos noventa judíos asesinados y treinta mil detenidos y recluidos en los campos de concentración de Alemania y Austria. Entre los confinados, hacían una selección para escoger a los más ricos y después hacerles firmar un papel en los que se comprometían a dejar todas sus pertenencias y huir de Alemania. Solo les prometían la libertad si cumplían con este requisito. Unos mil murieron torturados en los campos. Graciela Kohan cuenta a LA GACETA que la mayoría de los que se marcharon fueron hombres que dejaron a sus esposas e hijos. Durante la I Guerra Mundial, Alemania se mostró caballerosa con las mujeres y los niños y pensaron que en esta ocasión ocurriría lo mismo. Los países del este fueron el destino más común. No solo tuvieron que huir los judíos, los gitanos sufrieron la misma suerte.
Tras el ataque, el gobierno nazi impuso una multa a la comunidad judía que ascendía a los mil millones de reichmarks. Les obligaron a limpiar los destrozos y les prohibieron cobrar los seguros. El estado confiscó el dinero que las aseguradores deberían haberles dado a los judíos.
Tras los múltiples destrozos, los asesinatos y los arrestos, la comunidad judía empezó a ser recluida de la vida pública alemana de manera aun más exhaustiva. Dos años más tarde comenzó la II Guerra Mundial, y en 1941 el Holocausto nazi, uno de los episodios más trágicos de nuestra historia. Se estima que unos seis millones de personas, incluyendo judíos, gitanos, homosexuales, enfermos mentales y presos políticos, perdieron la vida en los campos de concentración.
Etiquetas: antisemitismo, Noche de los Cristales Rotos
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