El peligro de definirte progresista
Por: Javier Santiago Vélez
Fuente: Liberalismo Español
Fuente: Liberalismo Español
Parece ser que el término progresismo lo haya inventado un experto en marketing, que ha buscado un nombre bonito al tan defenestrado socialismo. Es una manera de romper con el pasado, de olvidar los problemas generados en la historia más reciente por el socialismo.
Señores, “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”.
En América Latina la corriente progresista se acerca a las posturas marxistas. Hablan de un Estado benefactor, de un Estado que iguale fuerzas entre las clases, de un Estado que subvencione y derroche sin importarle lo que ocurrirá en un futuro por un gasto público desmesurado. Este movimiento, se aleja del liberalismo, de la libertad del individuo, de la libertad de la sociedad, ya que el ciudadano vuelve a ser un esclavo del Estado. ¿A qué os suena esto? Venezuela, Bolivia, Nicaragua…
En Europa, el progresismo se vuelve más tibio, lejano de la izquierda más rancia, adopta posturas liberales en el aspecto social, y toma como suyas las ideas socialistas en lo que se refiere al tema económico.
Defiende la libertad del individuo, incorporando los nuevos tipos de libertades:
- Identidad sexual: feminismo y derechos de los homosexuales
- El aborto
- Ecologismo y defensa de la tierra y de los animales.
- Laicismo y tolerancia con la diversidad religiosa y la inmigración.
Cualquier liberalismo-social podría estar de acuerdo, con mayores o menores reticencias, con la gran mayoría de las premisas mencionadas anteriormente.
El problema del progresismo no radica en el aspecto social, sino en el tema económico. El despilfarro, el endeudamiento, la sobreprotección siguen siendo también características del nuevo socialismo, el progresismo.
Ni me gustaban antes las posturas socialistas en economía ni me gustan ahora las ideas progresistas en aspectos económicos, DISTINTO NOMBRE, MISMO ENGAÑO.
Como la historia reciente ha demostrado, endeudar y gastar irracionalmente, no es la política económica que ningún país debería acometer si no quiere, más pronto que tarde, convertirse en un Estado rescatado, subsidiado y dependiente de decisiones ajenas.
Etiquetas: Liberalismo, Progresismo
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