El Tráfico de Drogas, su Origen y Evolución en el Estamento Armado Venezolano
Resulta difícil identificar cuáles fueron los orígenes del tráfico de drogas en Venezuela y cuándo comenzó nuestras fuerza armada a involucrarse en el “negocio” de las drogas. Sin embargo, al inicio del desarrollo de las grandes organizaciones criminales dedicadas al negocio del cultivo, producción y comercialización de la cocaína, en Venezuela operaban solo traficantes.
Nuestras fuerzas armadas tenían entre sus funciones enfrentar a estos grupos delincuenciales y repeler a los grupos insurgentes que se desplazan por nuestras fronteras tratando de huir de la agresión de las fuerzas armadas colombianas.
Muy baja era la participación de militares en el negocio de las drogas y pocas eran sus relaciones con los grupos armados en conflicto, o por lo menos no eran conocidos.
En 1987 se crea en la Guardia Nacional la Jefatura de Servicios contra el Tráfico Ilícito de Drogas, denominación que posteriormente fue cambiada por Comando Antidrogas. Estos fueron los inicios del contacto de grupos militares venezolanos con organizaciones dedicadas al tráfico de drogas. Comenzaron a circular rumores de que algunos oficiales recibían dinero por dejar pasar cargamentos por el territorio venezolano para ser trasladados a los Estados Unidos y a Europa. De allí en adelante lo que fue solo un rumor sobre las actividades delictivas de los oficiales al servicio de este comando se convirtió en un verdadero conflicto, ya que cada día se les involucraba de manera activa en operaciones de tráfico de drogas.
Y apareció el “cartel de los soles”, denominado así por ser liderados por generales de la Guardia Nacional y en alusión a los soles que estos portan en sus uniformes. Esta red de oficiales generales ya no solo se dedicaba a lucrarse de esta actividad ilícita, sino buscaban alianzas con grupos u organizaciones traficantes, como en el caso del denominado “Cartel del Norte del Valle” que opera en el eje Arauca-Bolívar y Delta Amacuro, desplazando otros carteles como el de la Guajira y la Costa.
En 1999, Hugo Chávez asume la Presidencia de la República, hecho que coincide con la entrada en vigencia del Plan Colombia, y el conflicto interno colombiano llega a Venezuela, pero nuestro país no tiene la institucionalidad para combatirlo.
Ninguno de los dos gobiernos, pero sobre todo el de Venezuela, podía controlar lo que sucedía en la frontera; por el contrario, el aparato estatal venezolano apoya y garantiza la actividad de los traficantes, teniendo como vínculos grupos civiles, policiales y militares.
Asimismo, la red de militares involucrados en actividades de tráfico de drogas establece lazos con altos mandos de las guerrilla colombiana, que se peleaban por el control de las rutas del tráfico en Venezuela, rutas incluso no operativas, y el plan de las FARC era involucrar más a todas las fuerzas armadas venezolanas en el “negocio”.
Hay que recordar que la guerrilla colombiana asume por razones económicas y no por ideales el negocio de producción y procesamiento de las drogas ilícitas, por lo que desplazó a las organizaciones y grupos civiles, quienes a su vez terminaron aliándose a movimientos paramilitares y contraguerrillas.
Poco a poco comienza a participar en él, además de la Guardia Nacional y los cuerpos policiales, el Ejército venezolano y surgen los llamados “tumbes”, que no es más que quitarse entre grupos los cargamentos de drogas. Se debilitan los grupos civiles, como es el caso del grupo liderado por Walid Makled (Cartel de Beirut), y se fortalece el llamado “Cartel del Ejército”, que presiona para que sea incluido en la reforma de la Ley de Drogas redactada en 2005, para de esta manera legalizar su actuación y participación en investigaciones por drogas en el país.
A partir de este momento se desata una verdadera guerra entre los grupos civiles y militares, y entre el Ejército y la Guardia Nacional para apoderase no solo de las rutas, sino de la distribución y comercialización en todo el territorio nacional, y básicamente de la cocaína, del desvío de químicos y de solventes como la gasolina y la urea.
La aparición del llamado “Cartel del Ejército”, también llamado “Cartel Bolivariano”, ya que parte de sus integrantes formaron parte del golpe de Estado del 4 de febrero, en sus inicios se les identificaba con la droga proveniente del Norte de Santander (bandas de las Águilas Negras); sin embargo, hoy en día, por su vinculación política con el actual régimen y su alianza con las FARC, sus actividades delincuenciales se han multiplicado, lo que ha desplazado de alguna manera a la Guardia Nacional y a la Armada, que también muy tímidamente ha participado en el negocio del tráfico de drogas.
Pero lo más importante, constitucionalmente nuestras fuerzas armadas nacionales se constituyeron para “garantizar la independencia y soberanía de la nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional”.
La democracia es la única forma de regresar la institucionalidad a nuestras FAN, de allí la importancia de un gobierno democrático que asuma la atención de las fronteras como prioritaria en el cumplimiento y aplicación de los principios de seguridad de la nación.-
*Doctora en Derecho en la Universidad de Roma
Etiquetas: Cartel de los Soles
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