PDVSA no está generando, ni generará, renta petrolera alguna
Por: Elias Buchszer
FUENTE: TERCER FACTOR
No queda duda alguna, que el régimen imperante en estos quince últimos años, desvió la misión medular para la cual fue creada la empresa de todos los venezolanos, Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), cual era efectuar las actividades de exploración, explotación, transporte, almacenamiento, refinación y comercialización de los hidrocarburos y sus derivados, con miras a generar la mayor cantidad de ingreso de divisas que le permitiera al Fisco Nacional su aplicación para el desarrollo del pueblo y de la nación, y le impuso como obligaciones prioritarias, el suministro de petróleo crudo y sus productos en condiciones muy ventajosas a los países necesitados del continente bajo la figura de “acuerdos energéticos” y con ello la compra de voluntades políticas; el pago de la abusiva intromisión de Cuba en los asuntos internos; la cuantiosa deuda por préstamos y créditos recibida por la República, que conjuntamente con la atención subsidiada del mercado doméstico, comprometen un volumen de 2.238.000 barriles de petróleo crudo y derivados, equivalente al 80% de la producción que reporta el ministerio del poder popular para el Petróleo y la Minería a la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) de 2.794.000 barriles diarios.
Este volumen de recursos entregados por PDVSA, por cuenta de la República, no generan divisas a la Caja de PDVSA, y en algunos casos representa erogaciones de su Caja al tener que compensar, además de la entrega de 110.000 barriles diarios de petróleo y derivados a Cuba, con un monto de más de $ 1.000 millones al Banco Central de Cuba por la abusiva intromisión en el país.
El saldo resultante de 556.000 barriles diarios de petróleo, equivalentes al 20% de lo que afirma Ramírez produce PDVSA, una vez colocados en los mercados internacionales y al precio estimado de 100$/b, le proveerán los ingresos reales a la Caja de PDVSA por un monto de $ 20.294 millones. Por lo que una vez deducidos los costos tanto de las funciones medulares como los asociados a las obligaciones impuestas por el régimen, que para el ejercicio económico de 2012, resultaron en $ 24.122 millones, y que a falta de información veraz y oportuna, resultan en un déficit de $ -3.828 millones. La conclusión es obvia: “No existe renta petrolera alguna, lo que existe es un tremendo déficit en la Caja de PDVSA”, que le imposibilita cumplir con sus obligaciones fiscales, operacionales, y de deuda. Visto de otra manera, la incidencia del costo en cada barril producido es de 23,65$/b, este costo referido al 20% de la producción que vende PDVSA con ingreso a su Caja sería de 118,27$/b, y como lo vende al precio estimado de la cesta petrolera de 100$/b, es lógico concluir que tiene una pérdida neta de 18,27$/b que exporta e ingresa a Caja de PDVSA.
La situación pudiera ser peor si la realidad de las cifras de producción del país se corresponden con lo reportado por la OPEP como originada de Fuentes Secundarias, cual es de 2.325.000 millones de barriles diarios, ya que la disponibilidad de PDVSA se reduce a 87.000 barriles diarios, que pudieran estar generando un ingreso de divisas a su Caja de $ 3.184 millones, y un déficit de $ -20.063 millones.
La situación para PDVSA se complica aún más, al tener que destinar con prioridad sus menguados ingresos de divisas a alimentar mensualmente de recursos ordinarios al Presupuesto Nacional por $ 18.190 millones, y al Presupuesto Paralelo que significa el FONDEN por estimado en $4.059 millones, sin control ni reporte alguno por parte de los organismo contralores del Estado, la Contraloría General de la República y la Asamblea Nacional. Por otra parte, debido a las continuas paradas por accidentes y prolongación de las mismas, PDVSA se ha visto obligada a importar combustibles líquidos, componentes para los mismos, y aditivos como el MetilTerButilEter (MTBE), en volumen cercano a los 100.000 barriles diarios a precio internacional (130$/b cargado en los buques en la costa del Golfo de los Estados Unidos) con un
costo de $ 3.561 millones, que deben ser pagados de inmediato. Una vez mezclados e entregan a las estaciones de servicio del país sin costo alguno para que compensen sus costos.
Esta situación no es nueva, ni es producto de la tan cacareada “guerra económica”, es la resultante de la acción intencionada de un régimen que buscó hacerse con la conducción de PDVSA y de la renta petrolera, no solo la actual, sino la de nuestra descendencia, al comprometer entregas futuras de petróleo y sus productos, para honrar préstamos que ya consumió, dilapidados sin control y a su libre albedrio, en su afán de perpetuarse en el poder e instaurar un régimen negador de libertades, sin medir las consecuencias sobre la empresa de todos los venezolanos, que hoy ve impedido su desarrollo por la carencia de recursos monetarios para invertir y la inseguridad que con hechos ha demostrado el régimen de incumplir sus obligaciones contractuales.
Tal situación de desastre que ha condenado el régimen a PDVSA, la hemos querido denunciar a ese pueblo que creyó, y aún sigue creyendo, en las promesas de un “vendedor de ilusiones”, que se apoyó en las esperanzas de redención un pueblo huérfano de afecto, que depositó en él todas sus esperanzas, y hoy ve con dolor el engaño de que fue objeto y el destino que les depara de entronizarse un régimen carente de legitimidad de origen y de desempeño, y de un gobernante que no ha podido demostrar su verdadera nacionalidad y se presenta como el “elegido” por el falso mesías, y hoy pretende aferrarse en la amenaza y el terror, para continuar alimentando al régimen oprobioso de los hermanos Castro en Cuba, que por más de media centuria ha mantenido sojuzgado a un pueblo hermano como lo es el cubano.
Es por ello que el régimen en su afán de destrucción del país, degradó al Banco Central de Venezuela para convertirlo en generador de dinero sin respaldo de reservas internacionales, que se encarga de imprimir dinero que PDVSA, y las restantes Empresas del Estado, desparraman en el país para dar la ilusoria sensación de bonanza y amarrar los votos que le permiten un tenue velo de legitimidad al régimen, pero que está elevando vertiginosamente el nivel de inflación, que el inepto régimen no sabe cómo manejar.
No puede, ni debe continuar gobernando al país, ésta camarilla de ineptos, que han manejado recursos petroleros y fiscales por más de un millón y medio de millones de dólares de los Estados Unidos ($ 1.500.000 millones). Cifra que sobrepasa con creces todos los ingresos percibidos por los gobiernos anteriores a éste, desde que se instauró la república en el país, y que no puede mostrar obra física alguna, salvo edificaciones derruidas, inconclusas, abandonadas, inservibles, y una casta de “boliburgueses”, con fortunas levantadas a la sombra y con la complicidad de personeros del régimen, que exhiben sus riquezas con desparpajo, pero que el tan cacareado “combate a la corrupción” no los tocará, porque de hacerlo, será la muerte del régimen que los alimenta. Ya las ratas, hoy convertidos en canarios de excelente trino, están abandonando el barco, que naufraga bajo la desacertada conducción del, por ahora colombiano, hasta que demuestre lo contrario.
Solo queda la esperanza en el bravo pueblo que logre entender que la Constitución Nacional, aunque violada por quienes tiene el deber de hacerla cumplir, le impone además de derechos, el deber ineludible de defenderla y desconocer todo régimen que pretenda imponerle una dictadura, como la que va avanzando inexorablemente.
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