Carlos Rangel dialogó con elites sordas

Por: Alejandro Arratia Guillermo 

Publicado originalmente el 18/09/2014

Carlos Rangel analizaba las interpretaciones falsas, las descripciones mentirosas y las excusas complacientes en Latinoamérica. ¿Para que sirvió el valiente esfuerzo intelectual? ¿Qué aprendimos? El tercermundismo, ¿se acuerdan?… el de los petrodólares, no podía escucharlo. Rangel estaría cumpliendo este 17 de septiembre 85 años. ¿Qué diría si hubiese visto hundirse la democracia en varios países?

Carlos Rangel llegó a la conclusión de que Latinoamérica transcurridos casi quinientos años (1492 – 1975) había sido un fracaso. Llamó a superar las causas reales de ese naufragio histórico venciendo los mitos y las ideologías comunistas y tercermundistas. No era un pesimista ni jugaba al oráculo, su trabajo intelectual y de comunicador tenía el propósito de dialogar con las elites dirigentes; hoy constatamos con la contundencia de los hechos que no fue escuchado. Aró en el mar.

A 26 años de su desaparición física (15 de enero 1988) cualquier recuento del subcontinente -aun los balances económicos de estos casi tres lustros del siglo XXI- nos deja insatisfechos por el evidente dominio del Estado sobre la sociedad y la persistencia de las interpretaciones falsas y las excusas complacientes en sectores importante de los estudiantes y la juventud en general; de los productores del campo y los industriales; del clero y los militares; de los comunicadores y los educadores.

En Latinoamérica la democracia le ganó al reto castrista de implantar a través del bolivarianismo el “nuevo modelo” de dictadura desarrollado con éxito en Venezuela. Los analistas políticos se apresuraron anunciando la hora de la izquierda, pero la institucionalidad frenó la aplicación de la experiencia y solo se produjeron versiones socialdemócratas. Hoy el bloque inicial liderado por la Habana/Caracas requiere demasiadas notas al margen para no incurrir en una generalización de poco valor explicativo.

La victoria no es para echar campanas al vuelo, los enemigos internos están vivos. México alberga la violencia de los carteles y el liderazgo redentor conserva cierto grado de aceptación. Colombia padece la narco guerrilla. Brasil, la celebrada economía emergente, ha demostrado fragilidad. Perú, el país del mayor crecimiento de la clase media, tiene un 40% de peruanos vulnerables de volver ser pobres. Comentarios que son advertencias para todos y alertas a cuatro de las naciones más prosperas.

Carlos Rangel, periodista de prensa y TV, director de la revista “Momento”, diplomático y profesor. Presidente del Concejo Municipal de Caracas, estaría cumpliendo este 17 de septiembre 85 años. Con los libros: Del buen salvaje al buen revolucionario (1976), El tercermundismo (1982), Tiempos de conocer la libertad (1987), Marx y los socialismos reales y otros ensayos(1988), mostró la separación que establecen latinoamericanos y caribeños entre sociedad real y la imagen de sí misma.

¿Para que sirvió el valiente esfuerzo intelectual? ¿Qué aprendimos? El tercermundismo ¿se acuerdan?… el de los petrodólares, no podía escucharlo; la bonanza que de alguna forma llegaba a todos los estratos sociales nos hizo ignorantes de las motivaciones para preguntar por la administración de “la riqueza” y mucho menos cuánto duraría. En los países no productores de hidrocarburos la ilusión se disfrutaba a base de préstamos con pocas exigencias y bajos controles.

Leamos a Carlos Rangel.

“Entre 1492 y 1975 han transcurrido casi quinientos años, medio milenio de historia. Si nos proponemos calificar esos casi cinco siglos de historia latinoamericana en la forma más sucinta, pasando por encima de toda anécdota, de toda controversia, de toda distracción, yendo al fondo de la cuestión antes de desmenuzarla, lo más certero, veraz y general que se pueda decir sobre Latinoamérica es que hasta hoy ha sido un fracaso”. (Del Buen salvaje…p.24)

Tajante afirmación en 1976. ¿Qué diría si hubiese visto desmoronarse a finales del siglo la democracia en varios países? Rangel no proponía soluciones, constataba el fracaso de los latinoamericanos como podemos cotejarlo hoy en diversas naciones. Aprendimos muy poco de su reflexión, pero estamos a tiempo. Si abandonamos los mitos será posible reconstruir el subcontinente. En catorce años del siglo XXI la confrontación finisecular entre dictadura y libertad no se ha perdido . Hay esperanzas.

De los libros

<> (p. 16)

Jean-Francois Revel en el Prólogo de Carlos Rangel (1982): Del buen salvaje al buen revolucionario.Monte Ávila Editores C. A. Décima edición. Caracas / Venezuela