EL TRIÁNGULO CON HEZBOLÁ Y LAS FARC

La descarada alianza chavista con el narcoterrorismo sonroja a Venezuela

El entramado urdido por Hugo Chávez y que sigue a pie juntillas Maduro, sirve además para secuestrar a empresarios judíos

Por: JMR Montero

Fuente: Periodista Digital

Es un triángulo que comenzó a gestarse hacia 2008. Se trata del entramado de terrorismo, narcotráfico y territorialidad que fue pactado entre Hugo Chávez, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el grupo terrorista islámico Hezbollah. Ese acuerdo recibió su impulso definitivo aquel año, cuando los regímenes de Venezuela y de Irán estrecharon sus lazos definitivamente. Eran tiempos del caudillo bolivariano y del presidente Mahmoud Ahmadinejad. El pacto, desde luego, fue continuado por Nicolás Maduro al pie de la letra.

Es un triángulo que comenzó a gestarse hacia 2008. 

Se trata del entramado de terrorismo, narcotráfico y territorialidad que fue pactado entre Hugo Chávez, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el grupo terrorista islámico Hezbollah. Ese acuerdo recibió su impulso definitivo aquel año, cuando los regímenes de Venezuela y de Irán estrecharon sus lazos definitivamente. Eran tiempos del caudillo bolivariano y del presidente Mahmoud Ahmadinejad. El pacto, desde luego, fue continuado por Nicolás Maduro al pie de la letra. 

Las FARC, el grupo insurgente más antiguo de América Latina, son catalogadas por la Unión Europea y los Estados Unidos como un grupo terrorista con una amplia actividad narco en la región. Su penetración comienza en México y se extiende hasta el sur, en la Argentina. Los lazos que tejió a lo largo de las últimas décadas les proporcionaron los mejores contactos con los capos de los cárteles de la droga más sangrientos. Entre ellos, figura el de Sinaloa. Estos vínculos no cesan, pese a que desde hace dos años las FARC dicen estar impulsando el diálogo de paz con el gobierno constitucional de Colombia.

Es una especie de descarado triángulo amoroso que se sustenta en una enrevesada trama de intereses de lo más variopinto, donde las drogas y el terrorismo van de la mano rumbo a una pretendida lucha contra una guerra mediática que busca la ruina del imperialismo.

La historia de este 'noviazgo' que se sustenta en un enrevesado tramado de intereses bajo una falsa bandera, viene de lejos. El primer abrazo entre Hugo Chávez, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el grupo terrorista islámico Hezbolá, se remonta a 2008 y perdura hasta nuestros días en Venezuela con la anuencia y reconocimiento oficial.

Con la bendición del entonces del presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad, esta especie de romance se ha consolidado con Nicolás Maduro, cuyos afines no disimulan su simpatía con la citada organización musulmana, que cuenta con un brazo político y otro paramilitar y que fue fundada en el Líbano en 1982, como respuesta a la intervención israelí.

Baste recordar el reciente acto de conmemoración de la victoria del 14 de agosto de 2006 del pueblo del Líbano sobre la agresión israelí-estadounidense, en la llamada Guerra de los 33 días, en un evento que tuvo lugar en el Centro Islámico Venezolano Imam Al Hadi de Caracas, donde la ministra del Poder Popular para la Comunicación y la Información, Desirée Santos Amaral; la presidenta del Consejo Legislativo del estado Miranda, Aurora Morales; la ministra del Poder Popular para Servicios Penitenciarios, Iris Valera, y la primera combatiente, Cilia Flores; portaban sendas bufandas con la imagen del líder Hasan Nasrallah.

Y para lograr que funcione este sucio mecanismo que permite el flujo de narcóticos y dinero, el régimen bolivariano disponía de tres hombres clave: Hugo Carvajal, Henry Rangel Silva y Ramón Rodríguez Chacin.

Lo de Cabello es la misma historia. Aviones cargados de cocaína volaban antaño y quizás ahora por sobre el océano Atlántico con destino a África Occidental -donde los controles son tan permisivos como en Caracas- para tener como destino final Europa, donde lugartenientes de Hezbolá se encargaban de su comercialización.

Y para colmo de malés, amén de los que se queda en el tintero, el diario israelí Arutz Sheva informa ahora de que los trabajadores venezolanos del aeropuerto internacional de Caracas "han sido contratados para proporcionar información sobre los turistas judíos que llegan al país".

Un experto en investigación contra el terrorismo, habló con el diario Los Ángeles Times, y dijo que los agentes del grupo terrorista que busca con ahínco una república islñamica, y la Guardia Revolucionaria de Irán, formaron una fuerza especial destinada a secuestrar a hombres de negocios judíos en América del Sur para enviarlos al Líbano.

La red financiera entre el chavismo y el extremismo islámico tiene muchos tentáculos. Un estudio realizado por el Centro para una Sociedad Libre y Segura (SFS, por sus siglas en inglés), revela que al menos 173 ciudadanos de Medio Oriente fueron detectados portando documentos de identidad venezolana.

Según el informe de una organización de los EEUU, Venezuela se convirtió en un "trampolín" para estas personas -vinculados con los radicales libaneses que buscan entrar en EEUU.

Venezuela e Irán acaban de firmar mientras tanto nuevos los lazos de cooperación bilateral, mediante la firma de acuerdos entre representantes de ambos gobiernos.

Para ello se reunieron en Caracas la canciller de la República, Delcy Rodríguez, el ministro de Industrias, Minas y Comercio de Irán, Reza Nematzaret, además del Ministro de Petróleo y Minería de Venezuela, Asdrúbal Chávez, y representantes de la delegación iraní.

Solo falta ahora, si no cae este diciembre, que Maduro mande a su reluciente ejército rumbo a Siria, para apoyar a Al-Asad junto a Irán y Rusia. Todo sea por la causa...