Generación del 28
Por: Alejo García S.
ing_garcia6@hotmail.com
Fuente: Diario La Nación
Para la finalización de la tercera década del siglo XX, la dictadura atroz de Juan Vicente Gómez estaba prácticamente en su mejor esplendor. Sin embargo, diferentes sectores de la sociedad venezolana venían solapadamente reuniéndose con la finalidad de formar un movimiento para derrocar al dictador que gobernaba al país con mano de hierro. Durante su periplo dictatorial hubo varios intentos de sublevación para quitarse esa ignominiosa satrapía. Todas ellas fueron controladas y desbaratadas por los sanguinarios esbirros del régimen. Uno de esos movimientos revolucionarios fue la sublevación del 7 de abril de 1928. Originalmente el intento lo propició el capitán Rafael Alvarado, quien con otros involucrados fueron dominados, detenidos y luego torturados. El militar derrotado murió en el castillo de Puerto Cabello, el 12 de diciembre de 1933.
Aunado a esa intentona, el movimiento estudiantil de entonces estaba tramando desde hacía tiempo una asonada para deshacerse del tirano. Ese propósito despertó en los adversarios de la tiranía una forma de lucha frontal y una mejor manera coherente para afrontar los retos revolucionarios. Algunos de los estudiantes estuvieron antes presos en las temibles cárceles del Castillo de Puerto Cabello, La Rotunda y otras mazmorras inhumanas. Esa experiencia los forzó a una madurez política y le facilitó un acercamiento con destacados sectores opositores. Muchos de esos estudiantes habían tenido contacto con los militares alzados. Ambos grupos luchaban por un objetivo común: derrotar la tiranía.
Los jóvenes estudiantes del 28 estaban preparados en el estudio de las teorías políticas más avanzadas y conocidas de la época. Su norte era avanzar por una vía expedita que los llevara a la democracia sin atajos. Dicha insurrección estudiantil-militar ha sido denominada la generación del 28. Ese grupo de venezolanos estudiantes protagonizaron en la celebración del carnaval caraqueño de 1928, un acto de carácter académico y estudiantil, que devino en un desafío al régimen de Juan Vicente Gómez. Entre los actos programados estaban desfiles desde la Universidad Central de Venezuela hasta el Panteón Nacional, recital de la juventud en un teatro, coronación de la reina de los estudiantes, Beatriz Peña Arreaza, y concentración juvenil masiva en La Pastora. Como era de esperar de todo gobierno autoritario y déspota, esos actos crearon en las autoridades del alto gobierno malestar y represión desmedida. Unos cuantos fueron a parar a las mazmorras donde sufrieron en carne propia los desmanes de los verdugos.
Entre los estudiantes de la generación del 28 se encontraban: Jóvito Villalba, Agustín Valdivieso Otaola, Rómulo Betancourt, Juan Oropeza, Raúl Leoni, Andrés Eloy Blanco, Humberto Tejera, Elías Toro, Rafael Vegas, Miguel Otero Silva, Juan Bautista Fuenmayor, Edmundo Fernández, Germán Suárez Flamerich, Miguel Acosta Saignes, Juan Oropeza, Rodolfo Quintero, Elías Toro, Kotepa Delgado, Fernando Salvador Key Sánchez, entre muchos otros. Determinados historiadores y personalidades del país consideran y catalogan que fue el primer movimiento político-social exitoso en la historia política de Venezuela. A partir de esa maniobra revolucionaria aparecieron líderes que posteriormente tuvieron una figuración trascendental en el ámbito político, intelectual y social del país.
Como secuela de la sublevación del 7 de abril de 1928, un grupo de estudiantes redacta un documento en octubre de ese año, dirigido al tirano para solicitar la liberación de sus compañeros detenidos. En su lugar, desatiende sus demandas, los manda a capturar y son conducidos a las colonias de Ararira, donde en esos momentos se construía una carretera. Así los jóvenes fueron obligados a realizar trabajos forzados y sufrir innumerables penalidades.
El movimiento estudiantil tuvo su incentivo para la lucha en el ingreso de los jóvenes que entraban a la UCV en el lapso de 1923 y 1925. Lo primero que hicieron fue reconstruir los centros de estudiantes de las facultades de Derecho, Medicina e Ingeniería. Luego organizaron de nuevo la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV), hasta esa fecha suspendida por orden del gobierno de Cipriano Castro. Los promotores y más destacados fueron: Jacinto Fombona Pachano, primer presidente; Raúl Leoni, segundo presidente; Elías Benarroch, Miguel Otero Silva, Isaac Pardo, José Tomás Jiménez Arráiz, Juan José Palacios y Rafael Echenique Chirinos. Desde esta forma, en el proceso de activación de la universidad como centro gestor de conocimiento y del debate político, tuvo un rol determinante en la orientación de las nuevas generaciones y en el devenir de Venezuela. Al recordarse el 7 de abril la heroica actuación de esa generación frente a una de las más crueles dictaduras del siglo XX, los venezolanos debemos rendir tributo y reconocimiento a esa gesta heroica de los preclaros compatriotas, impulsores de la osadía atrevida para desterrar la oscuridad de ese tiempo y buscar nuevos horizontes democráticos después de sufrir un sinnúmero de vejaciones. Loas a la generación del 28.
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