¿Por qué no cae Maduro?: Tres Claves
Una élite económica que se ha beneficiado de la "revolución bolivariana", el tráfico de drogas y una cúpula militar corrupta son tres elementos que han permitido al dictador permanecer en el poder a pesar del masivo rechazo de su pueblo.
Por: Diego Hernández
Fuente: Actuall
Nicolás Maduro continúa en pie. Venezuela enfrenta la peor crisis económica y política de su historia y un multitudinario movimiento popular de rechazo al régimen llena cotidianamente las calles del país. Y el dictador no cae.
Maduro ha dado un duro golpe al pueblo venezolano imponiendo, de forma fraudulenta, una “Constituyente Comunal” para destruir por completo cualquier resquicio del orden democrático y subyugar a los últimos órganos del Estado que no están bajo su control: la Asamblea Nacional y la Procuraduría.
La comunidad internacional ha repudiado esta maniobra: es un golpe al Estado de derecho. El dictador da oídos sordos y sigue adelante, incólume. No cae.
Ya lo ha dicho claramente: “lo que no consigamos con los votos lo haremos con las armas”. Este es su programa y lo esta aplicando al más puro estilo de Joseph Stalin, Pol Pot o Kim Jong-un.
Recientemente el historiador Carlos Malamud se preguntaba si Venezuela habría llegado al fondo del pozo. En su opinión es posible esperar que la situación del país se deteriore más.
¿Por qué delante de un cuadro tan grave y sin respaldo popular Maduro aún continúa en el poder?
Presentamos tres claves que pueden ayudar a comprender las razones de la supervivencia del déspota frente a un movimiento tan amplio y consistente en su contra. La ‘plata’ es el común denominador de las tres:
1. La élite económica que se ha beneficiado del chavismo
El chavismo asegura que gobierna para el “pueblo” y que la oposición “fascista” es financiada por la “élite” económica del país. Nada está más distante de la realidad. Quien hoy es rico en Venezuela lo es porque colabora con el régimen.
Hugo Chávez se propuso durante sus doce años de gobierno expropiar a los ricos venezolanos para “repartir su riqueza entre los pobres”. Expropió, pero no repartió.
Algunas de las familias más ricas perdieron sus negocios y salieron del país. Otras, decidieron acomodarse a las condiciones del chavismo y aprovechar las circunstancias. Tres de las familias más acaudaladas se quedaron en Caracas y se “adaptaron”.
Los hombres más ricos de Venezuela son aliados de Maduro: Gustavo Cisneros, Juan Carlos Escotet y Lorenzo Mendoza
Es un hecho. Los hombres más ricos de Venezuela son aliados de Maduro: Gustavo Cisneros, Juan Carlos Escotet y Lorenzo Mendoza. Aparecen desde hace algunos años en la lista de la revista Forbes de los hombres más acaudalados del mundo.
Gustavo Cisneros Rendiles, que posee la segunda mayor fortuna en Sudamérica, es un magnate de los medios de comunicación del país, dueño de Venevisión, una cadena de televisión domesticada y servil al régimen. También tiene la franquicia de Pepsi Cola.
Lorenzo Mendoza y Nicolás Maduro |
Lorenzo Mendoza Giménez, amasa la tercera mayor riqueza sudamericana, es el responsable de Empresas Polar, un gigante de alimentos y bebidas. Uno de sus productos más comercializado es la “Harina P.A.N.”, que es el permanente salvavidas del gobierno ante el desabastecimiento.
Cuando las plantas estatales no logran mantener los niveles de producción requeridos para “alimentar” al país, y eso acontece todos los meses, Polar entra para suplir las necesidades del gobierno. Y gana mucho con ello.
Banesco prestó dinero al gobierno durante años y su filial en Panamá fue acusada en 2015 de ser uno de los vehículos a través de los que el régimen lava dinero del narcotráfico.
Por su parte, Juan Carlos Escotet Rodríguez está al frente de Banesco. La institución financiera fue fundada en 1992, se benefició con la grave crisis económica de 1994 y se desarrolló consistentemente durante los años de “revolución bolivariana”.
Banesco prestó dinero al gobierno durante años y su filial en Panamá fue acusada en 2015 de ser uno de los vehículos a través de los que el régimen lava dinero proveniente del narcotráfico. Escotet lo niega.
Las relaciones de estos tres empresarios con Maduro no son tersas. Hay una relación de conveniencia con presiones y cuidadosos juegos de fuerza por ambos lados.
En Venezuela, en los círculos políticos y económicos, algunos los ven como “sobrevivientes” al comunismo bolivariano. Otros, les consideran cómplices que han sacado provecho de la dramática situación dando, además, sustento a la dictadura.
Junto a los tres hombres más ricos del país hay un grupo de “nuevos” ricos, que crearon sus fortunas durante el régimen comunista bolivariano, y que son parte integral del sistema. Son llamados de “boliburgueses” o “burgueses bolivarianos”.
Wilmer Ruperti, reconocido hombre de negocios, paga los honorarios de los abogados de dos parientes de la esposa de Maduro, acusados en Estados Unidos de tráfico de drogas
Los “boligurgueses” son los “capitalistas de la revolución”. La lista no es pequeña: Wilmer Ruperti, dueño de Global Ship Management; Víctor Vargas, del Banco Occidental de Descuento; Diego Salazar Carreño, titular de una aseguradora con contratos millonarios con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), de la cual su primo Rafael Ramírez dirigió por una década.
También Ricardo Fernández Barrueco, dueño de un diversificado holding de 270 empresas; Baldo Sansó, abogado y asesor financiero de PDVSA; Samark José López Bello, presidente de Profit Corporation que ofrece servicios a PDVSA y es testaferro del vicepresidente Tareck El Aissami.
Y la lista continúa. Esta casta de millonarios voraces y pragmáticos ofrece un robusto sustento al régimen del que se han beneficiado.
Un ejemplo muy gráfico viene de Wilmer Ruperti. Este reconocido hombre de negocios paga los honorarios de los abogados de dos parientes de Cilia Flores, esposa de Maduro, acusados en Estados Unidos de tráfico de drogas.
Su justificación: “Debemos darle paz al presidente, para que se enfoque a gobernar el país sin distracciones”.
2. Es una narcodictadura
Un elemento que agrava la complejidad de la situación Venezolana es el hecho de que, hasta donde apuntan diversas investigaciones periodísticas y judiciales, desde el gobierno de Nicolás Maduro se opera el tráfico de drogas.
Las denuncias que vinculan a la “revolución bolivariana” con el narcotráfico no son nuevas, iniciaron dos años después de que Hugo Chávez inauguró su gobierno.
El Departamento de Justicia estadounidense afirma actualmente que Venezuela es un centro global de tráfico de cocaína y de blanqueo de capitales desde donde se envía la droga para México por dos vías: Centroamérica y El Caribe.
El “Cartel de los Soles” es la organización criminal responsable por las operaciones. El grupo no inició con el chavismo, pues la Administración para el Control de Drogas (DEA) lo investigaba por lo menos desde 1993, pero sí se fortaleció con “la revolución bolivariana”.
Cuando el ahijado y el sobrino de la esposa de Maduro fueron arrestados al intentar entrar con 800 kilos de cocaína a EEUU, declararon haber actuado bajo las órdenes de Diosdado Cabello
Aún más, según el conocido periodista venezolano Manuel Malaver, el Cártel de los Soles tomó el Estado durante los años del chavismo y hoy “es el Estado”.
Uno de sus jefes, de acuerdo con las autoridades estadounidenses, es el diputado Diosdado Cabello, quien fuera brazo derecho de Hugo Chávez y uno de los hombres fuertes de Maduro.
En noviembre de 2015, Efraín Antonio Campo Flores y Francisco Flores de Freitas, respectivamente ahijado y sobrino de Cilia Flores, esposa de Maduro, fueron arrestados al intentar entrar con 800 kilos de cocaína a Estados Unidos. Al ser interrogados, los dos declararon haber actuado bajo las órdenes de Diosdado Cabello.
Entre los jefes del cártel está también el vicepresidente de la República, Tareck El Aissami, a quien se le han señalado vínculos con tráfico de armas y el terrorismo islámico.
La Oficina para el Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (OFAC), sostiene que El Aissami está vinculado con el cartel mexicano de Los Zetas y el capo colombiano Daniel Barrera Barrera.
También es señalado como líder, Néstor Reverol, Ministro para Relaciones Interiores y Justicia y Comandante General de la Guardia Nacional de Venezuela, ex titular de la Oficina Nacional Antidrogas.
Los lazos del chavismo con el narcotráfico están presentes desde 1994, año en que Hugo Chávez salió de la carcel, luego de que el movimiento revolucionario que encabezó fuera derrotado dos años antes.
Chávez, que no contaba con recursos ni con respaldo internacional, fue colocado en contacto con el gobierno cubano por su mentor político, Luis Miquilena. A través de Cuba Chávez fue introducido en el Foro de São Paulo, del que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hacían parte.
Sin embargo, de acuerdo con Manuel Malaver, fue el comunista venezolano Paulo Medina quien consolidó el lazo de Chávez con las FARC. A través de él se concretó un encuentro del militar con Raúl Reyes e Iván Márquez, comandantes del grupo terrorista.
El resultado de esa reunión fue un acuerdo de apoyo financiero para que el chavismo llegara al poder, a cambio de que al gobernar el país se convirtiera en un punto seguro para la recepción de la cocaína desde Colombia y de reenvío para el norte del continente.
Con frecuencia se cuestiona de dónde Maduro obtiene recursos para el régimen si prácticamente han acabado con la principal petrolera del país. La respuesta está aquí, en el narcotráfico
Al llegar al poder en 1999, Chávez trancó la frontera para que sólo las FARC pudieran pasar la droga y dejó el control operativo a algunos hombres de confianza y a las fuerzas armadas.
Hoy muchos de estos hombres están en la mira de la Justicia estadounidense: Hugo Armando Carvajal, jefe de Dirección de Inteligencia Militar y ex titular de la Oficina Nacional Contra el Crimen Organizado; Ramón Rodríguez Chacín, exministro del Interior; Henry Rangel Silva, exministro de Defensa y cabeza del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB); entre otros.
Con frecuencia se cuestiona de dónde Maduro obtiene recursos para el régimen si prácticamente han acabado con la principal petrolera del país. La respuesta está aquí, en el narcotráfico, un emprendiendo ilegal que no pasa por control alguno.
3. Una cúpula militar, corrupta y comprometida
En diciembre del año pasado, el jesuita Luis Ugalde, director del Centro de reflexión y Planificación Educativa (CERPE), declaró en un foro de debates que sin los militares difícilmente podría haber una transición democrática en el país que colocara fin a la dictadura impuesta por el chavismo.
En su opinión, el país necesita de un nuevo Wolfgang Larrazábal, en alusión al almirante que encabezó la sublevación que derrocó en 1958 al dictador Marcos Pérez Jiménez y encabezó un gobierno de transición.
Aunque Maduro cayera sólo por vía de la presión ciudadana, sin el respaldo de los militares, dijo Ugalde, ningún gobierno podría sostenerse por más de dos o tres meses.
Opositores al régimen, han declarado reiteradamente que Maduro aún esta gobernando sólo porque la cúpula castrense así lo quiere y ha advertido que si “ese nudo no es desatado” podrán pasar décadas de chavismo.
Ahora hay más militares que nunca, incluso que en la época de Chávez: Venezuela tiene 165.000 efectivos y 25.000 en reserva, además en junio incorporará a 20.000 personas más
Maduro lo sabe. Por eso, los militares son más y ocupan incluso más cargos que en los años de su antecesor, Hugo Chávez.
Venezuela tiene 165 mil efectivos militares y 25 mil en reserva. Recién anunció en junio pasado que incorporará a 20 mil personas más para la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
De acuerdo con el mayor general Clíver Alcalá, quien ayudó a restituir a Chávez durante un fugaz golpe de Estado en 2002, la Fuerza Armada tiene mil generales, cuando solo requeriría 200.
Un militar activo y 10 en retiro ocupan 11 de 32 ministerios, incluidos los de Interior y Justicia, Defensa, Agricultura y Alimentación.
Las Fuerzas Armadas controlan la producción y distribución de alimentos básicos, además de una compañía petrolera, una cadena de televisión, un banco, una ensambladora de vehículos y una constructora.
Más que el número de ministerios debe destacarse que están en los cargos donde se manejan los mayores recursos presupuestarios. Maduro les involucró en cuestiones de difícil solución como la escasez, haciéndolos parte del problema.
El ministerio de Alimentación ha sido gerenciado desde hace por lo menos tres años por la élite militar. No solo la titularidad del gabinete ha quedado en manos de las Fuerzas Armadas, también las direcciones y todos los cargos de relevancia en por lo menos nueve empresas públicas subordinadas.
Hablamos de un total de 36 oficiales superiores del Ejército, algunos incluso llegaron a tener cuatro cargos de directivos al mismo tiempo.
Este ministerio es crucial en un país dependiente de las importaciones y con la producción nacional cada vez más a la baja. El presupuesto de los tres últimos años del Ministerio fue de 100 mil millones de dólares.
Maduro decidió conservar el poder por la fuerza y para ello ha comprado la lealtad de la cúpula militar. Lo hace dándoles posiciones desde las cuales se puedan enriquecer.
Muchos militares consideran que su libertad, su vida, su patrimonio dependen de mantener la estabilidad del gobierno y que con la oposición en el poder van a ser perseguidos
Además se ha creado un emporio industrial con 16 empresas propias y mixtas para el desarrollo económico de las Fuerzas Armadas. Maduro también les permitió crear una firma para explotar, buscar y distribuir crudo en 2016.
Además de Néstor Reverol, ministro de Interior, y Vladimir Padrino, ministro de Defensa, hay decenas de militares de alto patente enriqueciéndose con Maduro. Esta es la razón por la que la cúpula de las Fuerzas Armadas parece cerrar filas constantemente en torno al presidente.
Si consideramos que un número significativo de ellos esta también vinculado al narcotráfico, el cuadro empeora.
Muchos militares consideran que su libertad, su vida, su patrimonio dependen de mantener la estabilidad del gobierno. Piensan que con la oposición en el poder van a ser perseguidos.
Sin embargo, de acuerdo con el mayor general Clíver Alcalá y otros militares que actualmente no están en funciones, las Fuerzas Armadas cuentan con una reserva moral que no esta corrompida y que ve con claridad que sirven a un dictador, pero no están en funciones de alto mando y tienen un estrechísimo margen de maniobra.
En éste sentido, el padre Ugalde se pregunta “¿dónde está el nuevo Wolfgang Larrazábal?” El jesuita recuerda que en 1957 el almirante no era parte de cúpula castrense ni contaba con algún mérito especial y, sin embargo, dio un paso al frente y dirigió la transición democrática.
Etiquetas: Grupo Cisneros, Juan Carlos Escotet, Lorenzo Mendoza, narcotrafico, Rafael Ramirez, Samark José López Bello, Tareck Zaidan El Aissami Maddah, Victor Vargas, Wilmer Ruperti
1 Comments:
Esta cruda realidad manifiesta no poder hacer nada pacifico ni a corto ni a mediano plazo.Es justo reclamar a nuestros lideres porque no han sido claros y precisos informando a la gran mayoria lo indicado en este articulo.Esto borra cualquier esperanza y ratifica que sin el Poder Militar honesto estamos perdidos.Para mi la via no es un Larrazabal cualquiera en un escenario totalmente diferente;la ayuda debe ser Mundial porque afecta a todos d todos los colores y al Planeta;estamos hablando de Terrorismo y Narcotrafico instalado en la mejor base Geografica del Hemisferio con petroleo arco minero y agua.Confio en una accion global para salir de esta horrible criminalidad.
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