Venezuela sí es una amenaza
Por: Jorge Antonio Galindo
Fuente: ND
Para hallar una solución efectiva primero se debe identificar el verdadero problema. Parece obvio, pero al leer y escuchar los análisis de los mercaderes de la opinión pública es notable la omisión de ese precepto, esos que alguien un día les llamó “expertos” y que no se han cansado de emitir proyecciones y escenarios con explicaciones tan rebuscadas y desaciertos garrafales, pero que los diecinueve años de chavismo les han proporcionado un negocio rentable con sus encuestas que sirven para lo mismo que un peine a un calvo.
Inicio con este comentario porque me resulta repugnante que a estas alturas, con todo lo que hemos visto y vivido los venezolanos, existan quienes pretendan una vez más imponer la matriz de opinión sobre una salida electoral o política a la situación del país, ya no es ingenuidad creer eso, sino una enajenación de la realidad que sencillamente es imperdonable. Para el ciudadano común es compresible su poco conocimiento de la amenaza que tenemos, su tiempo es invertido en sobrevivir como sea en medio de la angustiante situación económica de la que no escapa ningún estrato social, pero que la dirigencia política siga con el lente desenfocado frente al enemigo que nos gobierna no es algo que deba ser tolerado ni justificado.
Recientemente la administración Trump ratificó el decreto de su antecesor de calificar a nuestro país como una amenaza a la seguridad estadounidense, para cualquier sensato con los pies bien puestos sobre la tierra, tal resolución debería resultarle alarmante y en consecuencia abocarse sobre el asunto, sin embargo no es así, han sido contadas con los dedos de una mano mocha las personalidades que han emitido alguna posición al respecto y con tendencias a rechazar la medida sin detenerse a indagar en el contexto y su causa.
Venezuela hoy en día está invadida y su soberanía severamente violentada, esto es verdad, pero no por los países que se han manifestado en repudio a la dictadura de Nicolás Maduro, el ejército invasor tiene años infiltrado en el suelo patrio desangrando a la nación y comprometiendo nuestra seguridad nacional, lo conforman cuatro países: Cuba, China, Rusia e Irán con la protección y operatividad de nuestra propia fuerza armada, quienes han permitido que nuestra nación sea saqueada por los intereses foráneos. La participación de los iraníes se manifestó desde el propio gobierno de Hugo Chávez cuando se inauguró una supuesta fábrica de bicicletas en el estado Bolívar y que en realidad es un campo de extracción de uranio a enriquecer que se suministra al perverso y polémico programa nuclear del país islámico, usted podrá recordar que esto se denunció al saberse que un gran número de pobladores aledaños se habían enfermado repentinamente a consecuencia de gases extraños que se emitían desde ese centro, de igual manera tendrá presente que justamente Irán es una nación que ha financiado, protegido y promovido el terrorismo internacional. ¿No se habrán creído el cuento de que esos árabes iraníes que llegan constantemente a Maiquetía sin ser registrados por migración venían a un intercambio universitario, verdad?. Si se lo creyó, muéstrenos esa universidad donde vienen a escuchar clases, lo reto a hacerlo.
Por otro lado los chinos, esos que hicieron el negocio redondo al otorgar créditos impagables por medio de ese oscuro fondo que le permitió a Hugo Chávez y después a Nicolás Maduro financiar sus regímenes totalitarios. Ahora son los dueños de una parte de nuestro territorio nacional con una porción compartida con los rusos, para ello fue creado el “Arco Minero” donde simplemente se llevan nuestro oro y otros minerales por toneladas, estableciendo una colonia en nuestro propio suelo, dicho más claramente, se les otorgó el territorio como pago de las enormes deudas contraídas. Sí, este gobierno de malandrines que se dicen los defensores de la independencia y que exaltan a Chávez como libertador del siglo XXI, entregaron nuestro territorio en las narices y la ignorancia de todos nosotros.
De los cubanos ya es secreto a voces, un país que controla nuestros registros principales y que tiene acceso a nuestros más íntimos asuntos de Estado, al tiempo que colocan a oficiales a dar órdenes en nuestros cuarteles y que el ministro de defensa va a su capital a arrodillarse al mentor del comunismo latinoamericano (sí, ese mismo General a quien sorpresivamente el señor Semtei considera viable mantener en el cargo en su desvarío de gobierno sucesor), esa Cuba que hemos mantenido a costa del hambre de nuestra propia gente durante diecinueve años y que nos impuso su régimen totalitario controlando a dos farsantes títeres como fueron Chávez y Maduro.
Y ni hablemos del narcotráfico, cargas de toneladas de droga que se capturan a lo largo y ancho del globo terráqueo y que salen nada más y nada menos que desde el propio aeropuerto de Maiquetía, pasaportes diplomáticos en manos de traficantes y de miembros de grupos extremistas islámicos, acusaciones muy serias sobre los vínculos de altos funcionarios con grupos terroristas, toda una lista de denuncias graves que hacen obligatorio entender que Venezuela es una amenaza no solo a la seguridad norteamericana, sino a la región entera.
Permítame entonces hacer una pregunta que le puede sonar chocante y repetitiva pero necesaria: ¿De verdad cree usted que estos bandidos que están hundidos en esta mafia peligrosa con tentáculos oscuros y que comienzan a ser cercados internacionalmente, van a entregar el poder de manera pacífica e institucional?. Otra: ¿Usted cree que de verdad los venezolanos podremos liberarnos solos de estos cabecillas del Estado forajido?. Una más: ¿Seguirá creyendo que todo se reduce a un mero problema político que podrá resolverse electoralmente?
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