Alzarse en armas para derrocar a la tiranía venezolana
Por: Juan David Escobar Cubides
Fuente: Las2orillas
“La hermana República está triste, deteriorada, desmotivada pero conserva la sagrada esperanza”
Se ha dicho que la Constitución Venezolana ampara a los ciudadanos para alzarse en armas en contra del régimen dictatorial de Nicolás Maduro. Nada más cierto que ello, más aún cuando se trata de un enfermo mental que no tiene límites ni vacilación para despezar todo aquello que le estorbe.
Los genocidios perpetrados a la ciudadanía durante los últimos meses, el ataque a los diputados opositores, los ríos de sangre que inundan las afueras del palacio Miraflores, las constantes amenazas a la población, y la revolución del hambre perpetrada de manera indolente, son motivos suficientes para que el pueblo enfurecido derroque al maldito régimen. La hermana república está triste, deteriorada, desmotivada pero conserva la sagrada esperanza: el fin de una era desdichada impuesta por narcotraficantes de facha socialista-comunista, marxista-leninista, y revolucionaria.
El cartel de los Soles es el que dirige la revolución bolivariana en complicidad de los totalitaristas de Miraflores, encabezada por el vicepresidente Tareck El Aissami, reconocido narcotraficante a nivel mundial. Del mismo modo, los narco-sobrinos de Nicolás Maduro, llamados Efraín Campos Flores y Franqui Flores de Freitas. Sin olvidar a Diosdado Cabello, criminal encargado de financiar a los grupos que siembran terror en Caracas y Maracaibo.
No es un secreto que los venezolanos de bien están expuestos a la locura de unos mafiosos, no es fácil enfrentarlos, pero es menester atacarlos de manera unida. Para combatirlos es necesaria la resistencia civil interna o la intervención de una mega-potencia como Estados Unidos. Solo el pueblo unido cuenta con la facultad de derrocar a los narco-bandidos que se han perpetrado en el poder, y para ello es indispensable el apoyo de la comunidad internacional. La tiranía venezolana es cobarde toda vez que su proceder ha radicado en atropellar al pueblo, ante ello, la respuesta debe ser a través de la vía armada. Ni el diálogo ni la deliberación encuentran lugar para esta situación.
El régimen Castro-Chavista es el culpable directo de la narco-dictadura organizada, fueron Fidel Castro y Hugo Chávez, los responsables de la consumación de dicho modelo de Estado: Robarle al pueblo bajo la excusa de lograr una supuesta ‘equidad’ con el fin de incrementar sus mezquinos bolsillos. Ese ha sido el ideal del comunismo desde la revolución Cubana. Empobrecer al pueblo y correlativamente enriquecerse ellos. Es por ello que los denominamos los ‘comunistas capitalistas’. Falsos a más no poder porque nunca conocieron a profundidad la ideología que proliferaban. Ni que decir de Nicolás Maduro, un sujeto burdo, bruto y miserable que no es fácilmente manipulable debido a su escasa educación.
El pueblo venezolano es históricamente grande por su patriotismo y entereza. Es este el único legitimado para ponerle fin a una era maldita. Pero es necesario el apoyo internacional. Ya es hora de que Estados Unidos intervenga, en la medida en que no hay una potencia tan legítimamente facultada como esta para obrar de conformidad.
Fuente: Las2orillas
“La hermana República está triste, deteriorada, desmotivada pero conserva la sagrada esperanza”
Se ha dicho que la Constitución Venezolana ampara a los ciudadanos para alzarse en armas en contra del régimen dictatorial de Nicolás Maduro. Nada más cierto que ello, más aún cuando se trata de un enfermo mental que no tiene límites ni vacilación para despezar todo aquello que le estorbe.
Los genocidios perpetrados a la ciudadanía durante los últimos meses, el ataque a los diputados opositores, los ríos de sangre que inundan las afueras del palacio Miraflores, las constantes amenazas a la población, y la revolución del hambre perpetrada de manera indolente, son motivos suficientes para que el pueblo enfurecido derroque al maldito régimen. La hermana república está triste, deteriorada, desmotivada pero conserva la sagrada esperanza: el fin de una era desdichada impuesta por narcotraficantes de facha socialista-comunista, marxista-leninista, y revolucionaria.
El cartel de los Soles es el que dirige la revolución bolivariana en complicidad de los totalitaristas de Miraflores, encabezada por el vicepresidente Tareck El Aissami, reconocido narcotraficante a nivel mundial. Del mismo modo, los narco-sobrinos de Nicolás Maduro, llamados Efraín Campos Flores y Franqui Flores de Freitas. Sin olvidar a Diosdado Cabello, criminal encargado de financiar a los grupos que siembran terror en Caracas y Maracaibo.
No es un secreto que los venezolanos de bien están expuestos a la locura de unos mafiosos, no es fácil enfrentarlos, pero es menester atacarlos de manera unida. Para combatirlos es necesaria la resistencia civil interna o la intervención de una mega-potencia como Estados Unidos. Solo el pueblo unido cuenta con la facultad de derrocar a los narco-bandidos que se han perpetrado en el poder, y para ello es indispensable el apoyo de la comunidad internacional. La tiranía venezolana es cobarde toda vez que su proceder ha radicado en atropellar al pueblo, ante ello, la respuesta debe ser a través de la vía armada. Ni el diálogo ni la deliberación encuentran lugar para esta situación.
El régimen Castro-Chavista es el culpable directo de la narco-dictadura organizada, fueron Fidel Castro y Hugo Chávez, los responsables de la consumación de dicho modelo de Estado: Robarle al pueblo bajo la excusa de lograr una supuesta ‘equidad’ con el fin de incrementar sus mezquinos bolsillos. Ese ha sido el ideal del comunismo desde la revolución Cubana. Empobrecer al pueblo y correlativamente enriquecerse ellos. Es por ello que los denominamos los ‘comunistas capitalistas’. Falsos a más no poder porque nunca conocieron a profundidad la ideología que proliferaban. Ni que decir de Nicolás Maduro, un sujeto burdo, bruto y miserable que no es fácilmente manipulable debido a su escasa educación.
El pueblo venezolano es históricamente grande por su patriotismo y entereza. Es este el único legitimado para ponerle fin a una era maldita. Pero es necesario el apoyo internacional. Ya es hora de que Estados Unidos intervenga, en la medida en que no hay una potencia tan legítimamente facultada como esta para obrar de conformidad.
Etiquetas: Lucha Armada, Lucha No Violenta, Rebelion Popular
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