El general Qasem Soleimani, el estratega de Irán
Por: LUÍS MIQUEL HURTADO
Fuente: El Mundo
El general iraní Qasem Soleiman en una imagen de 2015. EFE/EPA
"¿Oíste hablar de Karla? Es un zorro viejo. Trabaja con tanto secretismo que algunos ni siquiera saben que existe", confiesa Irina a Peter Guillam en la adaptación de la BBC de 'El Topo', de John le Carré. Irina mencionaba el nombre en clave del espía soviético que, desde las sombras, tejía intrincadas operaciones que desafiaban al agente británico George Smiley. Por algo similar Karla podría haber sido, también, el apodo del misterioso general iraní Qasem Soleimani, al que EEUU ha matado en un ataque con misiles en Bagdad.
El paramilitar lideraba el ala de operaciones exteriores de la Guardia Revolucionaria, la llamada Fuerza Quds, declarada grupo terrorista por Estados Unidos. En un comunicado, el Pentágono ha subrayado que su ataque tenía ánimo "disuasorio", y ha acusado a Soleimani de estar planeando futuros ataques contra diplomáticos estadounidenses.
"Al mundo árabe le falta un líder como el general Soleimani", sentenció hace unos años Sadegh Kharazi, ex diplomático y consejero del ex presidente iraní Mohamad Jatami. Esta frase condensaba no sólo el valor que tenía para la diplomacia iraní el líder de la clandestina Fuerza Quds (Jerusalén en persa), sino también manifiesta la importancia de esta tropa de élite en el tablero regional.
En las jugadas de Teherán, Soleimani, héroe en la "sagrada defensa" contra Irak (1980-1988), encarnaba la ficha reina. Por ser tan desconocido, Soleimani, de 62 años, permitió que todo tipo de gestas, algunas peculiares, trufen su leyenda.
En 2011, funcionarios de EEUU lo vincularon a un complot que supuestamente pretendía matar al embajador saudí en Washington usando sicarios de un cártel mexicano. Otros medios lo erigieron como puntal del levantamiento en Yemen de los hutíes. Más creíble, a Soleimani se le vio en los últimos años porfiando en Siria, cuyo Ejército definió en 2012 como "inútil". En Irak llamó "idiota" al ex 'premier' y jefe de Defensa Nuri Maliki. Allí frenó al Estado Islámico, y en Siria armó fuerzas capaces de aguar el plan de Occidente y del Golfo de tumbar al presidente Bashar Asad. "Soleimani opera en un área que le es familiar, traza conexiones forjadas en las últimas tres décadas", subrayaba en 2015 Ali Vaez, analista del International Crisis Group.
"Soleimani sirve en escenarios regionales que la Guardia Revolucionaria -de la que depende la Fuerza Quds- ve cruciales, donde quiere establecer su fuerza", decía el investigador de la fundación Carnegie para la paz Renad Mansour. "Cuando Siria fue importante, él estaba allí, y lo mismo Irak", añadió. Un ex agente de la CIA aseguró al 'Daily Beast' que Soleimani era "el agente más poderoso de Oriente Próximo". Mansour restaba romanticismo: "Es un hombre al servicio de Irán, no un cerebro".
Sea servidor o maquinador, una cámara indiscreta lo captó hace unos cuatro años en la estratégica provincia de Lataquía, justo cuando Damasco anunciaba una gran ofensiva para retomar Alepo. En la foto, un puñado de soldados, en cuclillas, escuchan embelesados a Soleimani, erguido y con pose mesiánica. Su pelo era corto, grisáceo y se prolongaba en la típica barba rasa de paramilitares basiyíes y súbditos del Líder Supremo.Soleimani no hablaba con la prensa. Quienes lo conocían aseguran que era parco en palabras, pero con ademanes ceremoniosos, serenos, exquisitos.
No fue hasta entonces cuando empezó a aficionarse a los 'selfies', que algunos servicios secretos occidentales, incrédulos hasta entonces, confirmaron su existencia. Mansour relacionaba esta multiplicación de apariciones con la "necesidad [del Gobierno iraní] de mostrar que tiene a sus efectivos luchando contra el Estado Islámico". Mientras, Teherán negaba haber desplegado tropas, y sólo reconocía el envío de "asesores". Reuters anunció en aquella época la llegada de "cientos" de soldados iraníes a Damasco, que se sumarían a las milicias afganas, iraquíes y del partido chií libanés Hizbulá que, se creía, llevaban años siendo entrenadas en Irán y trasladadas a Siria para sostener a su mermado ejército regular.
A pesar del secretismo con que Irán maneja sus hilos en Siria, la presencia de la Guardia Revolucionaria en el país en guerra lo acreditaba que varios volvieran de allí dentro de un ataúd. Entre ellos el ex general de la Fuerza Quds Hossein Hamedani, mano derecha de Soleimani. Al morir a las afueras de Alepo a principios de octubre de 2015, se convirtió en el militar de mayor rango muerto en operaciones exteriores desde la Revolución de 1979.
Irán fue, desde el inicio del levantamiento contra Asad uno de los grandes apoyos del presidente. "Irán se ve como protector de las fuerzas musulmanas no suníes de la región y el crucial eje regional Siria-Líbano",explicaba Hakan Günes, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Estambul. El pacto nuclear y la inclusión de Irán en las conversaciones de Viena probaban que esta estrategia de usar Siria para ganar protagonismo funciona.
Etiquetas: Fuerzas Quds, Pentágono, Republica Islamica de Iran
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