Agentes iraníes de nacionalidad venezolana gestionan instalación de misiles
Pese a que Irán negó la compra de misiles por parte del régimen de Nicolás Maduro, agencias de inteligencia de tres países aseguran que la negociación continúa
Por: Sabrina Martín
Fuente: PanAmPost
Pese a que Irán negó la compra de misiles por parte del régimen de Nicolás Maduro, agencias de inteligencia de tres países aseguran que la negociación continúa.
El régimen de Nicolás Maduro otorgó nacionalidad venezolana a agentes iraníes encubiertos que estarían en Venezuela para la instalación y manejo de los misiles que la tiranía quiere comprarle a Irán. Pese a que el régimen iraní negó la compra de misiles por parte del régimen de Maduro, agencias de inteligencia de tres países aseguran que la negociación continúa.
Johan Obdola, analista y experto en seguridad internacional, dijo al diario colombiano El Tiempo que hay evidencia de que hace semanas un contingente iraní llegó a Venezuela para recorrer zonas militares donde se puedan instalar depósitos para armas y donde se ensamblarían los misiles. «El día domingo 9 de agosto se trasladaron a los estados de Carabobo, Yaracuy, Lara y Portuguesa en un helicóptero de propiedad de Plumrose (empresa de cárnicos, de origen danés que cambió de manos)», señaló Obdola a El Tiempo.
De acuerdo con el diario colombiano, también le fue expedida la cédula de identidad (C. I.) venezolana a funcionarios iraníes como «Alí Asghar Sassani, quien porta el documento CI.V-17.754.727; Simón Thomas Yokhana, con la identificación CL.V-24.041.282, y Pedro Khalil, quien porta el CI.V-14.216.234».
Khalil, quien según el diario colombiano ahora es emisario iraní, fungió también como funcionario del régimen de Maduro. De acuerdo con el portal web Poderopedia, es contratista del Estado venezolano fue presidente de Agroindustria y en 2006 fue nombrado viceministro de Gestión del Desarrollo Turístico.
Simón Thomas Yokhana es un misterioso personaje que además de tener nacionalidad venezolana cuenta con cédula boliviana de extranjero núm. E-0046144. De acuerdo con Edictos.bo reside en La Paz.
El Tiempo reveló que, de acuerdo con las investigaciones, la compra se adelanta directamente con el ministro de Defensa de Irán, Amir Hatami, mientras quien negocia por Venezuela sería una militar venezolana que estuvo casada con un cubano experto en inteligencia.
Según las investigaciones, el desembarco de personal iraní no se limita a los negocios «legales» que ha dado a conocer el régimen de Maduro; por el contrario, dichos acuerdos comerciales serían la fachada para avances en materia de cooperación militar.
«Información de inteligencia también señala que entre los puntos que fueron inspeccionados están Puerto Cabello, en Carabobo, y Acarigua, en Portuguesa, ciudades que tienen un denominador común: vías férreas habilitadas para transportar carga pesada. Además, islas Margarita y La Orchila serían usadas como plataforma para ubicación de misiles», señala el reportaje.
La información coincide con documentos de Foreignpolicy, que revelan que la Isla Margarita, ubicada frente a la costa de Venezuela, es un conocido centro criminal donde los miembros de Hizbulá han establecido un refugio seguro.
El pasado 20 de agosto el presidente de Colombia, Iván Duque, denunció que el régimen de Maduro está gestionando una compra de misiles a Irán. «Hay información de organismos de inteligencia de carácter internacional que dan cuenta de que hay un interés de parte de Nicolás Maduro de adquirir misiles de mediano y largo alcance, a través de Irán», dijo Duque en un conversatorio sobre el futuro de Colombia.
El presidente de Colombia señaló que aún no han llegado los misiles a Venezuela, pero aclaró que se están haciendo «esas aproximaciones». De acuerdo con el mandatario, el usurpador ministro para la Defensa de Maduro, Vladimir Padrino López, estaría detrás de la negociación:
Hay miembros de la guardia venezolana que están triangulando armamento proveniente de otros países, particularmente Rusia y Bielorrusia para los grupos irregulares colombianos que operen en la frontera.
Espionaje iraní
En mayo también se conoció que con la ayuda de Irán el régimen de Maduro estaría instalando un centro de operaciones al norte de Venezuela para monitorear todas las comunicaciones aéreas y marítimas. El comisionado presidencial en materia de seguridad, Iván Simonovis, reveló que dicho centro estaría ubicado en el Cabo San Román en el estado Falcón al noroeste de Venezuela.
Según Simonovis, la aerolínea iraní Mahan Air estaría colaborando con la instalación del centro de operaciones, que además se encuentra cerca de la refinería Cardón, una de las más grandes del mundo, y que tanto Maduro como Irán buscan reactivar.
El centro de operaciones en Cabo San Román no sería el único en territorio venezolano. Hay que recordar que en junio de 2019 el secretario general de la OEA, Luis Almagro, denunció que «Irán y Hizbulá tienen una sólida base de operaciones en Sudamérica en alianza con la narcodictadura de Nicolás Maduro».
A pesar que desde hace mucho tiempo Irán y Venezuela comparten cálidas relaciones diplomáticas, en los últimos meses se han estrechado aún más luego de que Maduro designara a Tareck El Aissami como ministro de Petróleo y le pidiera ayuda a Teherán para reactivar refinerías a cambio de pagar con oro.
¿A qué extremo llega la alianza de Maduro con Irán?
Joseph Humire, experto en seguridad hemisférica y director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura, dijo a PanAm Post que la relación entre ambos países es preocupante y aseguró que tanto Irán como Venezuela tienen la intención de provocar al Gobierno de Estados Unidos a escalar más acciones militares en la región. Humire informó que El Aissami, quien es acusado en Estados Unidos por terrorismo y narcotráfico, es una de las «piezas más clave y visible de esta relación».
Irán y Venezuela comparten un desprecio mutuo por Estados Unidos, que ha impuesto varias sanciones a sus respectivas economías. La relación entre ambas naciones ha sido calificada como una amenaza para Estados Unidos, pues el régimen del país suramericano ha permitido que el grupo terrorista iraní Hizbulá utilice dicho territorio como base para expandirse por América Latina.
«Venezuela, en los últimos años, ha firmado gran cantidad de acuerdos con Irán en el lado comercial, militar e industrial; y lo que pasa es que mucho de ese comercio puede ser una fachada para el ingreso de militares iraníes», señaló Humire.
Los vínculos entre Venezuela e Irán van mucho más allá de los acuerdos bilaterales que se conocen entre ambos. Los intereses y la cooperación con el régimen de Maduro realmente se derivan en actividades ilícitas.
Hizbulá, cuya traducción sería “El partido de Dios” y es considerado como un grupo terrorista por la mayoría de los países occidentales, es una organización que nació en el Líbano en 1982 tras la ocupación israelí, que cuenta con un brazo político y otro armado, y funciona con el respaldo de Irán y del Gobierno sirio de Bashar al-Ássad, actuales aliados y amigos del régimen chavista.
«Irán y Hizbulá están en América Latina desde prácticamente el inicio de la revolución iraní, pero en 2005 se juntaron con la alianza bolivariana (ALBA); a medida que creció el ALBA, creció la presencia iraní y de Hizbulá», explicó.
Humire, que se ha enfocado en investigar de cerca la situación, explicó que a partir de 2007 Irán incrementó su presencia militar, especialmente en Bolivia, que se convirtió en uno de sus principales socios estratégicos de la región, y en Venezuela: «Empezaron a incrementar su presencia militar, pero no en la forma convencional con tropas, sino con ingenieros técnicos, personas que son parte de la industria militar iraní».
En el caso de Hizbulá explicó que cada día incrementa su relación con grupos de crimen trasnacional y terroristas de América Latina para prestarles sus servicios de inteligencia, narcotráfico y lavado de dinero.
«Hizbulá es un grupo terrorista, denominado así por más de cincuenta países en el mundo. Hacen actos de terrorismo en América Latina, los más famosos fueron hace 25 años con la AMIA en Argentina, y uno en Panamá en el 94; pero más allá de simplemente ejecutar atentados, también se involucran con otros grupos terroristas en la región y grupos criminales como las Farc y el ELN», explicó. Detalló que Hizbulá tiene una enorme red internacional de lavado de dinero y ofrece sus servicios a los carteles de droga.
Las piezas clave
Aunque es imposible contabilizar cuántos miembros iraníes y del grupo terrorista hay en Venezuela, sí ha sido posible identificar al menos a dos piezas clave que fomentan las labores clandestinas: Tareck El Aissami y Ghazi Nasr al Din.
Por su parte, el actual ministro de petróleo chavista ha utilizado su prominencia política para establecer canales de inteligencia y de finanzas con los países islámicos, particularmente con Siria, Líbano, Jordania, Irak e Irán.
«A lo largo de los años, Tareck El Aissami ha desarrollado una red financiera sofisticada y de múltiples niveles que funciona como una tubería criminal-terrorista para traer militantes islámicos a Venezuela y a países vecinos, así como para enviar fondos ilícitos desde América Latina hasta el Oriente Medio», reporta el informe elaborado por el Centro para una Sociedad Libre.
Por su parte, Nasr al Din, quien se encuentra en Venezuela y cuenta con un «clan familiar» con gran poder económico dentro del país suramericano, fue diplomático de Maduro, ministro consejero de Venezuela en Siria. En 2014 figuró en la lista de funcionarios venezolanos sancionados por el Gobierno de Estados Unidos presentada por el senador Marco Rubio; en 2015 fue calificado como una persona de interés del FBI y en 2018 fue sancionado por Estados Unidos por facilitar la conexión de la dictadura venezolana con Hizbulá.
«Él llegó a Venezuela en los años 90, ascendió a la Cancillería, fue diplomático y fue enviado a Siria para ser ministro consejero en Siria, estuvo principalmente encargado de la embajada en ese país y antes de la guerra civil en Siria en 2011, él estaba en Damasco conectando las redes subversivas que existen en Siria con las redes subversivas de Venezuela y con el Líbano», explicó Humire.
«Él es descendiente libanés y es considerado como el principal nexo contacto con el gobierno de Venezuela y Hizbulá. Trabajó con Maduro cuando fue canciller y también era prácticamente los ojos y oídos de El Aissami en el Medio Oriente durante mucho tiempo», agregó.
«El clan familiar de Nasr al Din es grande. Tiene familiares que se radicaron mayormente en la isla de Margarita, Barquisimeto y la Guajira. En Margarita tienen loterías, centros comerciales y grandes inversiones en la isla, y por lo tanto ayudaron a Hugo Chávez en su campaña antes de que llegara a ser presidente», explicó.
«Nasr al Din está en Venezuela, pero se mueve mucho, a veces está en Colombia, República Dominicana, en México. Está bajo sanciones de Estados Unidos y está siendo buscado por el FBI, pero no está solicitado por la Interpol. Tiene tanto poder que fue una de las principales personas encargadas de diseñar el sistema migratorio que Venezuela utilizó para aportar pasaportes a Hizbulá», agregó Humire.
Nasr al Din ha sido entrevistado en reiteradas ocasiones por medios afines al chavismo como Telesur y RT, y lo califican como «internacionalista».
Hay que recordar que Chávez propició el tráfico humano en el mundo con la entrega ilegal de al menos 10 000 pasaportes venezolanos a ciudadanos de Siria, Irán y otros países del Medio Oriente.
Aunque El Aissami sería la pieza clave entre el régimen de Venezuela con Irán y Hizbulá, existe otro nombre clave que habría impulsado la presencia iraní en el país suramericano. Se trata del general Aref Richany Jimenez, quien fungió con dos cargos: era el encargado de la industria militar venezolana CAVIM y también se ocupó de las relaciones comerciales con Pdvsa.
«Este señor está también sancionado por Estados Unidos; sus primeras acciones para el gobierno de Venezuela fueron con CAVIM y después en Pdvsa porque tenía relaciones con Irán», explicó.
«Tenía doble rol, era comandante de CAVIM y director de relaciones de Pdvsa. Él utilizó Pdvsa para maquillar pagos de Irán a Venezuela, usando de pretexto de convenios de petróleo para insertar a Irán en el ámbito militar de Venezuela. Es una figura muy importante, está supuestamente retirado y vive en la isla de Margarita», señaló.
Durante su gestión, CAVIM fue sancionada por el Gobierno de Estados Unidos por sus proyectos con Irán, ocurrió la explosión de un depósito en Maracay que dejó a un fallecido, y la Fiscalía Militar detectó irregularidades en el proyecto de ensamblaje de la pistola Zamora a través de un convenio entre Venezuela y República Checa.
Las gestiones de Hizbulá en Venezuela
Humire explicó a PanAm Post que Hizbulá realiza labores de inteligencia en Venezuela de manera clandestina y que la mayor parte del personal es de «muy alto nivel con mucha capacidad».
«Hizbulá es clandestino, y en Venezuela parte del problema es que como tiene un sistema migratorio completamente oscuro, yo no descarto que sea posible que miembros del gobierno venezolano, particularmente dentro de las fuerzas policiales o militares, sean también miembros de Hizbulá con una identidad completamente falsa», especuló el especialista
«Hay que recordar que cuando Tareck El Aissami estaba en el cargo de ministro de Interior con una misión bolivariana que se llamó Misión Identidad, al mismo tiempo era el encargado de la misión seguridad con el que transformó el sistema de investigaciones criminales, y por lo tanto tendría lógica que haya podido usar esas dos misiones para combinar una plataforma y que Hizbulá entre al país y pase desapercibido», agregó.
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