Venezuela y el fantasma de los misiles islamistas de Hugo Chávez
La advertencia del presidente de Colombia, Iván Duque, al respecto de la eventual compra...
Por: John Marulanda
Fuente: El Ojo Digital
La advertencia del presidente de Colombia, Iván Duque, al respecto de la eventual compra de misiles iraníes por parte de la nomenklatura madurista, se incluye dentro de la dinámica geopolítica global. Analistas serios señalan que la República Islámica de Irán ha ingresado a la órbita del control chino, en referencia a los acuerdos firmados hace pocas semanas entre el gobierno del Partido Comunista Chino y la teocracia chiíta de los ayatolás. Peligrosa alianza, naturalmente presente en Venezuela. También hace pocos días, el Consejo de seguridad de Naciones Unidas puso fin al embargo de armas contra Irán, enviando un mensaje de inseguridad a Oriente Medio y, con la advertencia de Duque, a esta parte del mundo.
La idea venezolana de conseguir misiles surgió en octubre de 2010, cuando se firmó un convenio entre Hugo Chávez y Mahmoud Ahmadinejad, para establecer una base de este tipo de cohetes en la península de Paraguaná o en isla Margarita. Serían los Shahab-3, con alcance de hasta 2 mil kilómetros, o los Scud, de alcance menor. Tal acuerdo fue informado por el matutino alemán Die Welt. Pero entró en escena Moscú, a quien Caracas eligió comprarle tres baterías de misiles Buk M2E, mismos que en el 2014 derribarían sobre Ucrania un avión comercial de pasajeros perteneciente a la aerolínea Malaysian, perdiendo la vida sus 298 ocupantes. También le compraron a Rusia once baterías de misiles Pechora S-125, de mediano alcance, que ya no se producen; 3 baterías de S-300, de largo alcance y uno de los más modernos del arsenal ruso, aunque ya está a la venta el S-500, cuya adquisición por Turquía ha generado advertencias y presiones de los Estados Unidos; para redondear el negocio, Venezuela adquirió centenares de misiles portátiles Igla-S, de corto alcance.
Por efecto de las precarias condiciones locales en Venezuela, la deserción de militares entrenados para operar este armamento y las dificultades de mantenimiento, gran parte de este arsenal se ha deteriorado, a pesar de los continuos envíos de técnicos rusos para repararlo y mantenerlo operativo. Lo propio sucede con los tanques T-72 y con otro material ruso que es ciertamente eficiente, pero de difícil mantenimiento, en razón de líneas logísticas y de abastecimiento extensas, lentas, y con funcionarios corruptos. Esa sólida defensa antiaérea, la mejor de Latinoamérica, se convirtió en una potencial amenaza contra Colombia cuando, en octubre de 2019, Diosdado Cabello señaló que los sectores residenciales bogotanos serían blancos de los cohetes maduristas. Ahora, a pesar de su desbarajuste, Venezuela busca opciones armamentistas frescas, e Irán es una. Su tecnología misilera y de drones es reconocida.
De adquirir los misiles iraníes, diseñados para ataque tierra-tierra, a diferencia de los rusos (tierra-aire), esta amenaza adquiere una nueva dimensión. Pasará Venezuela de la modalidad defensiva, a la modalidad ofensiva, lo cual sería una escalada significativa, sobre todo por la retórica bélica de ese país; un verdadero polvorín regional. A ello, habrá que agregar la posibilidad de que Evo Morales regrese al poder en las próximas elecciones bolivianas, que Rafael Correa logre otro tanto en Ecuador, y que, en Colombia, la izquierda chavista haga lo propio.
Estados Unidos cuenta con las capacidades técnicas y humanas para detectar el transporte de misiles iraníes a Venezuela, enteros o por partes. En eso, confía Colombi, pero, ¿sería del interés estadounidense prevenir esto o, por el contrario, convertirlo en la justificación total para una acción militar? El alerta de Duque, confirmada por Pompeo, ¿cómo juega en la compleja y agresiva campaña presidencial estadounidense?
La visita de un asesor de Seguridad de Washington al mandatario colombiano, el día anterior a sus declaraciones, son parte especulativa de este juego de presiones geoestratégicas y geopolíticas; apunta a un escenario complejo, como que el gobierno brasileño ha ordenado a sus fuerzas militares prepararse para intervenir en un posible conflicto regional, que podría afectar a sus intereses.
Duque también advirtió de la entrega de armas oficiales de Venezuela a FARC y ELN, otro elemento perturbador que habrá que mirar con detalle, pues en este país vecino abundan los misiles rusos unipersonales Igla-S, que las FARC jamás entregaron, y se construyen drones con tecnología iraní.
Por otro lado, la nación persa viene consolidando, en territorio venezolano, su cabecera de playa para América Latina. Recientemente, la empresa Mahan Air, de la Guardia Revolucionaria iraní, sancionada internacionalmente por vínculos con grupos terroristas, activó, sin ningún tipo de control aduanero ni migratorio, vuelos de 16 horas entre los aeropuertos de Teherán, Paraguaná y Maiquetía. La teocracia iraní ha instalado en Petare el supermercado Megasis, de 20 mil metros cuadrados de superficie, con productos como carne de cordero enlatada, con etiquetas en persa y en inglés. Los precios están en dólares, claro.
La cadena televisiva iraní Hispan TV sigue propagandeando sin pausa, y las células de Hezbolá continúan con su tarea de lavado de dinero, y de inteligencia, en toda la región.
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Sobre John Marulanda
Licenciado en Filosofía e Historia de la Universidad Santo Tomás de Aquino, y Abogado de la Universidad de la Gran Colombia, Marulanda se desempeña como consultor internacional en seguridad y defensa. Es Coronel (R) del Ejército de Colombia.
Etiquetas: Base de Misiles, Iran, Iran-Venezuela, Isla de Margarita, Isla de Margarita - Venezuela, misiles, Republica Islamica de Iran, Túneles Margarita, Turpial Airlines
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