El ascenso de Hezbola en Venezuela.
Fuente: La Libertad
Hezbola ha estado presente en América del Sur desde finales de 1980, e incluso ha logrado llevar a cabo algunos de sus ataques más mortíferos en el área. Los atentados de 1992 y 1994 contra Argentina terminaron con 114 muertos y más de 600 personas heridas.
En América del Sur, principalmente en Brasil, Argentina, Colombia y sobre todo en Venezuela ha estado presente el grupo terrorista Libanes Chiita. Desde el momento que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) encabezado por el ex presidente de Venezuela, Hugo Chávez, subió al poder en 1999, el régimen de Venezuela ha estado liderando una política exterior antioccidental, creando estrechos lazos con Irán. Con la llegada de Maduro al poder, los lazos se han ido forjando, manteniendo la misma política exterior.
Los regímenes venezolanos han permitido que Irán y Hezbola operen dentro del país. Informes del 2008 han sacado a la luz y revelado el urgente objetivo de establecer células militares capaces de cargar y llevar a cabo ataques terroristas por todo el continente. Otro articulado publicado durante la última década en uno de los medios ha revelado que Venezuela estuvo involucrado en el establecimiento del narcotráfico estatal vinculado con Irán, Siria y Hezbola.
Últimamente, la presencia y la fuerza de Hezbollah en Venezuela ha sido tan notada hasta el punto de que expertos internacionales han sacado artículos sobre el tema. En un informe de investigación de 2020 publicado por el grupo de estadounidenses “The Atlantic Council”, en un esfuerzo por restringir su control del poder en Venezuela, el presidente Nicolas Maduro, permitió que los grupos y organizaciones terroristas internacionales, entre ellas la libanesa, chiita Hezbolla, establezcan la llamada “estructura estatal paralela” para evitar que se venga abajo su régimen. Según el artículo, Hezbola y Maduro también han explotado a Venezuela para convertirla en un eje central para el crimen organizado transnacional y para el terrorismo internacional.
Un indicador importante que muestra que tan conectado esta Hezbola con el sistema político en Venezuela es la nominación de Tareck el-Aissami por parte de Maduro como su vicepresidente entre 2017 y 2018. Aisami, que actualmente se desempeña como ministro de Industrias y Producción Nacional de Venezuela, enfrento acusaciones de corrupción, lavado de dinero y tráfico de drogas, sumado a que es parte de la lista de los 10 fugitivos más buscados del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos.
Joseph Humire, fundador del centro “Secure Free Society”, con sede en Washington y experto en las políticas y la infiltración de Irán en América Latina, dijo que, bajo el régimen de Maduro, el-Eiami ha “desarrollado un sistema financiero sofisticado de múltiples niveles. Red que funciona como un oleoducto criminal terrorista que trae militantes islamistas a Venezuela y países vecinos, enviando fondos y drogas desde América Latina al Medio Oriente.”
Según el artículo “Consejo Atlántico”, aunque el régimen de Maduro tiene notorias y claras conexiones con Hezbola, en su mayoría pasan desapercibidas a través de arreglos e intermediarios que no son parte de la jerarquía de Hezbola pero que son vitales para organizar redes de apoyo que vinculan a Hezbola con el régimen de Maduro. Todos estos arreglos provienen de algunos ex ciudadanos libaneses que residen en Venezuela.
Uno de ellos es Ghazi Nassereddine, un ex ciudadano libanes contratado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela durante el régimen de Chávez para encargarse de organizar las reuniones entre funcionarios venezolanos de alto rango y operativos de Hezbola. En el 2008, Ghazi fue sancionado por la OFAC por los vínculos que tenia con Hezbola en el 2008, y catalogado en el 2015 por el FBI como una persona de interés, sin embargo, se le considera un cercado colaborador a Maduro. Su hermano, Abdallah Ghazi Nasseredinne, es un empresario venezolano que se convirtió en una figura influyente, aunque de bajo perfil, en el Partido Socialista Unido de Venezuela, el partido del presidente Maduro.
Los funcionarios de Hezbollah están involucrados en una red criminal transnacional que incluye una amplia gama de negocios latinoamericanos que lavan los fondos de este grupo terrorista. La red de apoyo de Hezbola en Venezuela incluye clanes familiares que forman parte del aparato económico, político y burocrático del régimen de Maduro, como el clan de Nasseredinne. Como evidencia también se sugiere que otros miembros de este clan están involucrados en adoctrinamiento político, entrenamiento paramilitar y contrabando de armas en Venezuela.
Según los informes, los afiliados de Hezbola en Venezuela también han hecho alianzas con algunos grupos radicales de izquierda que apoyan al gobierno de Maduro. Por ejemplo, recientemente en febrero de 2021, el exalcalde de Carcas, Antonio Ladezma, ahora exiliado en España, expuso en su cuenta de Twitter que Hezbola, junto con dos grupos marxistas radicales, las FARG (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el ELN (Ejercito de Liberación Nacional de Colombia) supervisarían las elecciones regionales de Venezuela. En este sentido, Hezbollah no solo representa una potencia amenaza terrorista para los cuidados venezolanos, habiendo cometido atentados terroristas en Sudamérica, sino que también representa una amenaza para la política local en Venezuela, ya apenas perturbada por el régimen tiránico de Maduro, cuya relación con Irán y Hezbollah parecen ser beneficiosos para ambos lados.
Además, durante las ultimas tres décadas, la Organización de Seguridad Externa (ESO) o “Unidad 910”, cuya única responsabilidad es llevar a cabo operaciones extraterritoriales fuera del Líbano, ha cooptado a muchas familias libanesas en América Central y del Sur, así como en el Caribe. Según en el documento del Atlántico Council, esta unidad también fue relacionada con el tráfico de drogas en el pasado. De las 2000 personas y grupos reconocidos por el gobierno de lo Estados Unidos como capos de narcóticos extranjeros, 200 están vinculados o afiliados a Hezbola.
Sumado a esto, se sospecha que tanto el gobierno de Chávez como el de Maduro proporcionaron pasaportes a miembros de Hezbola durante las últimas dos décadas, según informó CNN en 2017. Esto permitió que los miembros de esta organización terrorista operen libre y secretamente en Venezuela. Según ex chavistas, el ex vicepresidente de Maduro, el-Aissami, estuvo a cargo de este procedimiento. Por lo tanto, Hezbola e Irán, que expresan su apoyo al régimen de Maduro, se han claramente beneficiado del mandato de Maduro como presidente, al igual que su predecesor.
En términos estratégicos, la red criminal terrorista de Hezbola en Venezuela facilita la cooperación de Irán con Maduro. Según el atlántico Council, el apoyo de Irán al régimen de maduro en Venezuela es similar a su apoyo al régimen de al-Assad en Siria: mientras Siria asegura al puente terrestre de Irán a través del Levante, la Venezuela de Maduro con su ubicación estratégica en el cruce del caribe: proporciona a Irán un puente aéreo logístico entre Carcas, Damasco y Teherán: A cambio, Irán proporciona al régimen de Maduro equipo y armas militares, inteligencia, entrenamiento, fondos y suministros. Es importante recordar que Irán y Hezbollah no solo se han infiltrado en Venezuela, sino también en algunos otros países sudamericanos, incluidos algunos de los vecinos de Venezuela, como Colombia. Mas recientemente, en 2021, la inteligencia militar colombiana informó que hombres libaneses de Hezbola habían estado espiando a empresarios estadounidense en Bogotá. Además, en 2008 se revelo que Hezbollah tenía una red de delincuencia y terrorismo en Colombia y Venezuela, luego de una investigación de dos anos que condujo a 130 arrestos y la incautación de 23 millones de dólares de fondos ilícitos. En esta a operación se cerró una gran red de distribución de drogas y lavado de dinero dirigida por Hezbollah.
Por ejemplo, Ghazo Nassereddine, ya mencionado anteriormente, organizo en 2009 una reunión en Siria entre operativos de Hezbola y el exjefe de inteligencia venezolano Hugo Carvajal y Tareck el-Aissami, quien era entonces ministro del Interior de Venezuela en el régimen de Chávez. Según los informes, la reunión condujo a un acuerdo de cocaína por arnas en 2014 entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Ejercito del Pueblo (FARC), en el que Hezbola llevo un avión de carga lleno de amas pequeñas a caracas que fueron entregadas a una base militar local. Las FARC y varias otras milicias colombianas que se oponen al gobierno colombiano, incluido el Ejercito de Liberación Nacional (ELN), están activas en Venezuela (todas están designadas como organizaciones terroristas extranjeras), según un informe del grupo de Investigación InSight Crime con sede en Colombia y EE. UU. Estos grupos tienen estrecha vinculación con Hezbola, que se reveló, por lo que es probable que este equipo o armamento militar mas (como drones, que recientemente Irán entrego a Venezuela) termine en manos de disidente de las FARC o combatientes del ELN que operan a lo largo de la frontera venezolana con Colombia, ya que están algo aliados con el actual régimen venezolano.
Los intentos de Hezbola e Irán de asesinar a ciudadanos israelíes en Colombia en 2021 justifican un mayor escrutinio de la expansión de Hezbola en América del Sur, como escribe el Washigton Institute For Near Easty Policy. Teniendo en cuenta el modus operandi de Hezbola y su proximidad a Venezuela, y debido a que Colombia esta a semanas de una campana dividida, cuyo favorito es Gustavo Petro, un izquierdista incondicional y exguerrillero del M19, todas las miradas puedes desviarse de la vecina Venezuela a Colombia.
Etiquetas: Hezbollah, terrorismo
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