La izquierda express
Por: Alberto Barrera Tyszka
Diario El Nacional
Si gritas veinticinco veces Patria, socialismo o muerte, ya nadie se preguntará por tu pasado. La revolución siempre comienza hoy.
Teodoro Petkoff, hace ya unos años, señaló la existencia de dos izquierdas: una religiosa, esquemática, más ligada al control del poder que al desarrollo de un proyecto social alternativo; y otra más moderna, que ha integrado las propuestas de justicia y de equidad con la transformación económica y la profundización de la democracia. Me temo que en Venezuela, sin embargo, abunda otra corriente, más simple y de más rápido contagio: la izquierda express.
.Una de las áreas donde el gobierno ha sido más exitoso es, precisamente, en la frivolización de las ideas. La izquierda también puede ser una mercancía. Se vende igualito que el vergatario. El socialismo está de moda, es lo in. Con el socialismo te pones en la buena, consigues dinero, amor, trabajo, beneficios sociales. Pásate a la izquierda. Conviértete al socialismo. Para de sufrir.
.Se trata de una ideología instantánea. Fácil de adquirir, no tiene demasiadas exigencias; es cómoda, sencilla, no se recalienta, puede usarse todos los días y dura y dura y dura. Viene en distintos modelos: radical, light y el conveniente miti-miti, que tiene todas las ventajas de las otras dos opciones pero además ahorra combustible. Ni muy muy, ni tan tan. Es el propio diseño nacional: una conciencia móvil, una ética revolucionaria variable, el bolivarianismo quita y pon.
.¿Es difícil abrazar esta nueva fe? Para nada. ¿Son muchos los requisitos? ¡Por favor! Ni siquiera necesitas un curso introductorio. Sólo hay tres elementos indispensables para formar parte de este nuevo movimiento efervescente: lo primero es apropiarse de una jerga más o menos sencilla, con cadencia sesentosa. No importa qué dice. Lo que importa es que suene, que suene mucho. Es una gramática construida a partir de consignas, de frases musicales. Tenlas siempre a mano. Cada vez que puedas habla en contra del capitalismo, de la riqueza inhumana, del tan horrible consumismo. Piensa que esas palabras son tus mejores armas, que sólo así podrás conseguir el negocio que tanto buscas. ¡Sal de abajo! ¡Hazte socialista! Lo segundo es inventarte un pasado. La izquierda express viene sin historia. Pero tampoco necesitas dar demasiados detalles. También puedes, tan sólo, actuar como si ya tuvieras ese pasado de izquierda, sin ofrecer mayores explicaciones. Es asombrosa la cantidad de gente que, de repente, milagrosamente, ha cambiado su propia historia.
.Poetas, periodistas, músicos, cineastas, intelectuales, gente de los medios y de la cultura por mencionar sólo el sector que más conozco que antes eran liberales descreídos y que ahora se presentan como si hubieran nacido con pañales rojos, como si hubieran militado en la izquierda desde hace años. De pronto, se hicieron prechavistas: aún antes del golpe del 92, ya ellos supuestamente luchaban porque apareciera el comandante.
.Quizás no está de más recordar que el propio presidente Chávez, en los inicios de su carrera política, aseguró que él no era de izquierda. Es algo que tal vez ahora desee olvidar, borrar. Para alguien que está empeñado en colarse en el firmamento de las leyendas revolucionarias del continente, no debe resultar demasiado épico un traspiés así en su historia personal. Contradice la memoria que él mismo ha ido construyendo paso a paso, vocal a vocal, durante los últimos años. La ficción Chávez, que se renueva cada día, tiene ese duro escollo en su expediente: No soy de izquierda ni de derecha. Soy bolivariano. Y aún más: llegó a afirmar que era partidario de una tercera vía, casi se declaró seguidor de Tony Blair.
.¿Cómo queda entonces todo ese cuento del Bolívar socialista y todas las fábulas del soldado que, desde muy joven, seguía el ejemplo severo del Che Guevara y ya se consideraba fidelista? Tampoco importa. Nada importa. Para eso existe, justamente, la izquierda express. Si gritas veinticinco veces Patria, socialismo o muerte, ya nadie se preguntará por tu pasado. La revolución siempre comienza hoy.
.Lo tercero es lo fundamental: la devoción. Eso es lo único que vale. El saludable y natural culto al líder. No se te ocurra hablar en público sin mencionar su nombre. Sin él, nada existe. Todo lo demás es lo de menos. Ese libraco del húngaro Mészáros también forma parte del decorado.
.La revolución bolivariana ha hecho de la izquierda una estrategia provisional. Son un raro club de gente que trata de hacerse millonaria, venerando a un tipo que pregona que ser rico es malo.
.Esta semana, la policía del gobierno detuvo a Douglas Bravo. Él tampoco tiene el carnet de la izquierda express.
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