UNA JUNTA PATRIOTICA. (Por qué?).
Por: DR. VALENTIN ARENAS AMIGÓ
Es un hecho evidente que la inmensa mayoría del país ya no apoya a este régimen pero tampoco confía en los partidos opositores. Las encuestas así lo confirman. O sea, que la mayoría de los ciudadanos no se siente representada políticamente por nadie. Ahí hay un vacío de liderazgo y decisiones que necesita que alguien lo llene. Este vacío puede y debe llenarse por una Junta Patriótica de ciudadanos de prestigio, que nos sobran, para que la sociedad democrática no siga sin una cabeza en una situación tan peligrosa como esta.
Nadie le dice a esa mayoría cual es el Proyecto de País a ejecutar para que tengamos todos los venezolanos un sistema de democracia política con justicia social. Ni capitalismo ni comunismo tampoco pues los ciudadanos, como persona humana que somos, nos merecemos y aspiramos a algo mucho mejor. Este pueblo necesita conocer, ahora más que nunca, para donde va su futuro porque no quiere otro desengaño más.
Nadie le dice que las protestas sectoriales-explicables-no tienen fuerza suficiente para hacerle frente a un régimen autocrático al cual se le dejó tener mucho poderío. Las protestas parciales es un derecho ciudadano, pero ellas son insuficientes en la actual crisis de la institucionalidad democrática. Se necesita coordinar todas esas protestas en UNA SOLA que refleje el modo de sentir de esa inmensa mayoría que hoy no tiene una dirección o liderazgo confiable. Si la Junta Patriótica logra motivar y movilizar al ciudadano con propuestas concretas para construir un Nuevo País todo será diferente. Ahora se habla mucho del “poder popular”. Bueno vamos a demostrar en las calles, de manera pacífica y dentro del texto constitucional que otros tanto mencionan pero muy poco respetan, quien tiene el poder popular en Venezuela si el régimen como propaganda o la Junta Patriótica como realidad.
Los regímenes fracasados similares, de las que este es solo una copia, utilizan como arma el odio, el terror y los homicidios no le importan nada, la división entre los ciudadanos tampoco. Por eso se impulsan con el odio social. Con la destrucción del aparato económico el hambre generalizada facilita el dominio sobre quienes tienen que ocuparse primero de sobrevivir. Identifiquemos estos instrumentos a tiempo y pasemos cuanto antes de la preocupación y el stress que causan los homicidios, los secuestros y la inflación, a la acción en defensa de nuestro derecho a vivir en una patria libre y feliz por la que sí luchó el Libertador. Usar ahora su nombre glorioso para destruirla es demasiado.
Etiquetas: Consejo Situacional
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