Maniobras de distracción

Por: Otto Martín Wolf
La Prensa (HN)

Maniobra No. 1

Fidel Castro, después de varios años de ausencia en televisión, repentinamente sale ante las cámaras, lo que de por sí ya es noticia.

Fidel no se refirió a ningún tema local cubano, como pudiera ser la terrible situación económica o, mucho menos, hablar de la liberación obligada de más de 50 prisioneros de conciencia de su régimen. Fidel habló sobre la posibilidad de una guerra nuclear en Irán.

Todo empieza cuando un disidente llamado Orlando Zapata (un verdadero mártir de la libertad) inicia una huelga de hambre que termina con su muerte. Inspirado por ese sacrificio otro hombre, que se encontraban en prisión por no pensar igual que los Castro, decide dejar de comer hasta lograr la liberación de esos presos de conciencia; o morir.

La presión internacional fue muy grande, los llamados por la vida de Guillermo Fariñas se producen en todas partes, intervienen la Iglesia Católica, las llamadas Damas de Blanco y todo el mundo libre pide por su vida, el Canciller español viaja a La Habana y el régimen de Castro se ve obligado, finalmente, a ceder.

Es la primera gran derrota del régimen de los hermanos Castro en muchos años y que bien puede significar el comienzo del fin del régimen dictatorial más antiguo del planeta. Lo conseguido por Fariñas no sólo hiere el orgullo de los Castro, sino que también muy pronto puede provocar otros movimientos de libertad y eso no lo pueden permitir.

Por eso Raúl -a cargo del gobierno debido a la enfermedad de Fidel- utiliza la que es quizá la única maniobra de distracción que le queda: provocar una noticia tan grande que, al menos en parte, logre opacar la amargura de la derrota política.

Por esa razón el gobierno cubano se vio obligado a “inflar” a Fidel -quién sabe con qué químicos y otros trucos- y sacarlo a la televisión como una noticia de impacto internacional.

Maniobra No. 2:

En Venezuela el comandante Chávez, un aventajado alumno de Fidel en eso de eternizarse en el poder, se ha visto obligado a buscar en el cementerio una noticia que le ayude a distraer la atención del pueblo venezolano de la horrible crisis económica que enfrenta.

Chávez ha decidido desenterrar el cuerpo de Simón Bolívar ¡para determinar la causa de su muerte!

Bolívar, héroe desprestigiado por el uso que la “revolución” le ha dado a su nombre, puede servir de nuevo para que la gente olvide, al menos por un momento, las penalidades económicas que sufre y la libertad que poco a poco le van quitando.

Maniobras de distracción como esas son un viejo truco empleado por dictadores para llevar la atención de la gente lejos de sus verdaderos problemas y, sorprendentemente, siempre parecen funcionar.

Pero el truco no es eterno, los pueblos son más inteligentes de lo que sus dictadores creen y saben distinguir entre lo real y lo falso.

Por eso a veces, una maniobra de distracción puede más bien servir para que la gente que no estaba enterada se pregunte: ¿Qué es lo que quieren ocultar que ahora vienen con eso?