La paz del campo venezolano está en La Haya
Por: Agronotas
Gráfica: Palacio de la Paz en La Haya, sede de la Corte Internacional de Justicia
Apenas comienza el mes de octubre 2010 y ya el Presidente de la República, anuncia por televisión más terror y xenofobia agraria, ordenando expropiar de inmediato la gran empresa privada de agroinsumos y agrofinancista Agroisleña con 50 años de fundada, a la centenaria Compañía Inglesa de ganadería, y 250.000 hectáreas más de tierras en manos privadas en los estados Apure, Lara y Zulia.
Por eso, recordamos aquí es estúpido o sea necio, falto de inteligencia, el gobierno que acaba con el campo. Y aunque en el caso de Venezuela, la motivación gubernamental es definitivamente política, siguiendo los designios del Castro-comunismo en la esclavizada y destartalada República de Cuba, no deja de ser una estupidez acabar con el campo como hace.
Después de estatizar a punta de fusil, tres (3) millones de hectáreas, el monto de la factura anual 2010 de alimentos importados aún reducida ya según estimaciones entre US$ 4.200 y 4.800 millones cuando en 2008 fueron US$ 7.100 millones, debería hacer entrar en razón al comunista más radical que tenga el gobierno o lo asesore desde Cuba, sobre lo equivocado del plan estatizador del campo venezolano. Aparte de ello no solo se trata de cuánto más se gasta en alimentos importados, sino también de hasta cuándo se dispone de petrodólares para comprarlos.
Por sobre todo del abandono del campo, de la miseria y desempleo que traen las estatizaciones y la carga burocrática y presupuestaria que representa al Estado todas esas propiedades confiscadas que solo producen gasto y desencanto.
Acabar a punta de fusil con el derecho a la propiedad privada en el campo, violando la Constitución vigente que lo garantiza y hasta la Declaración de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, puede seguir adelante hasta arrasar con todo y todos, dependiendo del tiempo y las condiciones que logren detentar el poder.
Sin embargo, en algún momento, más tarde o más temprano, la estupidez gubernamental tendrá que acabar y enfrentar entonces la realidad de cómo atender sin poder debidamente, a un país de gente hambrienta sin nada local que alimentar. Inclusive, puede que mucho antes de eso, el Presidente y demás altos funcionarios de su gobierno, tengan que atender las requisitorias de la Corte Internacional de Justicia en La Haya, para responder cargos por el terror y la xenofobia agraria que hoy hasta por televisión con gran alevosía y hasta sadismo anuncian, para de seguida practicar, pues estos son delitos de lesa humanidad que se cometen en Venezuela contra los productores e inversionistas del campo, tanto venezolanos como extranjeros.
Ciertamente, tal como vemos y vamos, a menos que el gobierno rectifique y cese en su política de acabar el campo, la paz del campo venezolano está en La Haya: en el Palacio de la Paz, sede de la Corte de Justicia Internacional.
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