Venezuela: Chávez, Hacia El Socialismo
Fuente: Editorial de El Universal
El presidente de Venezuela inicia su segundo mandato de seis años abriendo tres frentes: contra la televisora más antigua del país, la Iglesia católica y la Organización de los Estados Americanos (OEA), a cuyo secretario general, José Miguel Insulza, lo insultó y llamó "penejo desde la p hasta la o" por censurar la decisión chavista de no renovar la licencia de un medio de comunicación crítico del gobierno que anuncia se quedará hasta más allá del año 2030.
.
La férrea mano del ex teniente coronel impone su voluntad sin siquiera preocuparse ya en esconderla bajo un guante de terciopelo. Reanimado por el apoyo electoral de masas empobrecidas, caldo de cultivo de todo tipo de populismos, Chávez encaró groseramente las afirmaciones del secretario general de la OEA, quien protestaba por la expropiación de un canal de televisión venezolano, medida que describió como "censura contra la libertad de expresión".
.
También los obispos venezolanos pidieron revisar la decisión y la reacción de Chávez fue igualmente violenta: "La oligarquía nacional intenta refugiarse en las sotanas de la Iglesia católica", les dijo.
.
En lo que parece una fuga hacia delante, ante la baja en los precios del petróleo, materia prima con la que ha comprado voluntades dentro y fuera de su país, Chávez se lanzó ayer además a anunciar que nacionalizará los servicios de electricidad y de telefonía, refrendando que lo suyo es la construcción del "socialismo bolivariano".
.
En el poder desde 1999 su discurso aludió a que "nada ni nadie" podrá evitar ese tránsito y, en efecto, hasta ahora, Chávez, tercer proveedor de petróleo de Estados Unidos, no ha enfrentado una oposición interna organizada y viable ni censura alguna de parte de quienes llenan los tanques de sus Hummers particulares o militares con crudo venezolano.
.
Cíclicamente, Venezuela había transitado de gobiernos democráticos a tiranías militares abiertamente declaradas. Ahora tiene en la Presidencia a un golpista que usa formas de legitimación electoral. Eso es posible porque los desposeídos, los sin esperanza, que son muchos, no sólo en su país sino en toda América Latina, apuestan al hombre providencial, al caudillo, al que enarbola una rabia popular en contra de un sistema económico que no los beneficia hablándoles de la globalización, como "la enfermedad del nuevo milenio".
.
El discurso polariza y las medidas de expropiación aumentarán la ya significativa diáspora de empresarios venezolanos y sus familias hacia Miami.
.
El hombre que dice rechazar la unipolaridad que describe como implícita en el capitalismo del siglo 21 construye la suya propia al silenciar a sus críticos internos e insultar a los externos.
.
En ese complejo marco, el nuevo gobierno de México acaba de anunciar su propósito de revisar las relaciones con Venezuela. Es difícil abrigar demasiado optimismo a la luz de los últimos acontecimientos, sin embargo, no es imposible recordar que la tradición diplomática nacional establece que las relaciones se dan con naciones y con pueblos, y no con sujetos proclives a explosiones temperamentales y lenguaje de proscritos en la civilidad.
1 Comments:
Ser revolucionario consecuente no es una cuestión de proclamas y simples posturas, sino, algo que requiere ante que nada el colocarse del lado de los oprimidos y afectados por el sistema de dominación vigente.
En esta época es indiscutible el predominio del modelo capitalista neoliberal, caracterizado por la hegemonía de las oligarquías financieras a nivel internacional bajo la égida de los grupos empresariales y políticos que dominan el pentágono, y reafirmada después del derrumbe o derrota de los procesos “socialistas” en Europa y algunos países de Asia, y por el predominio político militar de Estados Unidos y la OTAN - 8. Aquellos días del derrumbe se presentaba la victoria del CAPITALISMOS sobre el socialismo y sobre las fuerzas del progreso como terminante y donde las ideas redentoras se desdibujaron a tal grado que el giro hacia la derecha y posiciones conservadoras era casi total no solo en los países en que las izquierdas habían ascendidos al gobierno, sino en todos y cada una de las sociedades del planeta, a tal grado que los procesos contestatarios se redujeron a su mínima expresión. Apenas resistía la heroica Cuba Revolucionaria, aun bajo aquellas circunstancias y maltratos dejados por el derrumbe y sus secuelas y por el incansable asedio de la agresión imperialista.
Pero los pueblos no se suicidan, porque ese modelo capitalista neoliberal atenta contra los propios fundamento de las sociedades y de sus gentes, así como sus fuerzas y energías productiva; por tanto los reclamos de justicia y bienestar empiezan a brotar por todas partes y empiezan a mostrarse la insostenibilidad a largo plazo de ese modelo salvaje de acumulación y expropiación de riqueza.
Es indiscutible el incesante surgimiento de procesos de cambios alternativos a dicho modelo capitalista salvaje en nuestros países, y especialmente en el norte de Sudamérica, así como en centro América. Ello no representa necesariamente una vocación e inclinación de las masas hacia un modelo alternativo bien definido, llámese de transito hacia el socialismo o Socialista, porque en definitiva a ellas no les importa esos, en primera instancia a ellas les importas que dichos procesos de transformaciones se traduzcan en bienestar de corto plazo para si mismo y los suyos y es en base a ello, y solo si, poder proclamar su respaldo a tal o cual proceso. Es la experiencia de las luchas políticas y reivindicativas cotidianas que influirán en la conformación de su conciencia política para esas futuras batallas a que tendrá que avocarse los procesos Venezolanos y Latinoamericanos.
En esa Venezuela, hoy hay que fijar postura en cuanto a la defensa de esa constitución y las conquistas que representa, en cuanto a la profundización de las trasformaciones socioeconómicas y en el marco de la leyes in-habitante subyacentes en dicha ley suprema, en los esfuerzos de los procesos cooperativistas, etc., en la necesidad de profundizar en la autogestión comunitaria, en el poder popular y la democracia participativa, en cerrarle paso a los sectarismos y visión autocráticas, mantener las críticas en su justa dimensión contra cualquier pretensión de negarse a avanzar por el camino de la plena democratización de esa sociedad.
En Venezuela se ha iniciado un proceso revolucionario que no solo es reconocido por las fuerzas reaccionarias locales, sino a nivel regional y global, las cuales no recesan en aras de revertirlo. Ese proceso quizás esté llenos de deficiencias y son innumerables las cosas que hay que construir y avanzar; pero estigmatizarlos como lo hacen esas fuerzas es alearse en la dirección contraria. Hablar del socialismo en este nuevo siglo en Venezuela es una propuesta de la(s) vanguardia(s) de ese proceso que puede ser utilizado para empujar a un saldo cualitativo de mayor profundidad en cuanto al tipo y alcance de las transformaciones pero ello jamás podrá asegurarse sin el pleno consenso y movilización permanente de las mayorías. El gobierno de Chávez es un a un gobierno revolucionario de clara postura anticapitalista, que podrá estar infectado por el burocratismo, la tendencias antidomocráticas, y afectado por la corrupción; pero es mediante el proceso de construcción de nuevas procesos económicos que relancen nuevas fuerzas productivas a la par de fomentar la construcción de gobierno de autogestión popular y de participación de las instancias populares y democráticas en el ejercicio del Estado que se podrán contrarestar esas tendencias anacrónicas del nuevo proceso.
La participación en ese proceso junto al pueblo es lo que nos colocara a su lado o en su contra. Este es un reto que los reales revolucionarios tenemos por delante. Las definiciones en abstractos de lo que es o no revolucionario nos puede inducir a los mismo errores cometidos por los supuestos autoproclamado comunista de Nicaragua en tiempo de la revolución Sandinista que en la practica se convirtieron en peones de la derecha y la contrarrevolución.
Vale la ocasión para hacer apuntar algunas crítica del líder indiscutible del proceso Venezolano, que es un proceso latinoamericano y continental. Vale la ocasión para anotar el posible ensimismamiento del comandante Chávez, o respecto a lo del culto a la personalidad y el cierre a la posibilidad de un proceso con mayor profundidad en torno a la promoción de la diversidad y pluralidad que evite los errores del fracasado socialismo en Europa y Asia. Pero a la vez hay que reconocer entre tantas cosas la gallardía del Presidente Hugo Chávez y las fuerzas revolucionarias de ese proceso de aprovechar los avances alcanzados en materia de luchas reivindicativas de los más oprimidos, plasmada en gran medidas sobre la Constitución Bolivariana de Venezuela, para poner sobre el tapete un debate que tiene que ver no con lo que es o ha sido ese proceso, sino con lo que pretende o aspira a ser en tanto a propuesta de transito y superación del capitalismo dependiente y atrasado de Venezuela: El debate de “El Socialismo” y “El Socialismo del Siglo XXI”. Ello de entrada representa un mérito que por mucho las fuerzas del progreso a nivel planetario tendrán que agradecer a ese proceso bolivariano porque ha roto la hegemonía ideológica imperialista a nivel planetario y a relanzado las ideas de que un nuevo mundo construido sobre otros parámetros y paradigma del Capitalismo y el Neoliberalismo es posible; lo que ha relanzado y realimentado múltiples procesos revolucionarios en otras latitudes.
Para los revolucionarios es cruciar entender el carácter y naturaleza del conjunto de las contradicciones de clases en cada no de nuestros países y de su correlación con otros procesos políticos regionales y globales para empujar en la dirección correcta en esa lucha política, ideológica, cultural, mediática, etc., contra las fuerzas enemigas de la humanidad y el bienestar de nuestros pueblos. Asimismo es crucial saber deslindar aquellas contradicciones que definen las tendencias y perspectivas de dichos procesos y en base a ello poder definir desde que ángulos y contra quienes dirigir nuestras luchas.
Perder la perspectiva en el accionar de la lucha de clases nos podría inducir a desarrollar estrategias erróneas que en lugar de coadyuvar a avanzar el proceso hacia la profundización de las políticas en beneficios de las masas trabajadoras, campesinas, chiriperos, pequeños y medianos productores y comerciantes; así como sectores empresariales afectados por el modelo de capitalismo salvaje y neoliberal que domina el mundo contemporáneo, nos induciría a apuntalar los esfuerzos contrarrevolucionarios de la derecha local, regional y mundial.
F. Severino
Publicar un comentario
<< Home