¿Consumismo y socialismo?
Por: Orlando Ochoa
El vertiginoso aumento del consumo desmedido o consumismo puede ser un signo de riqueza en una nación de alto desarrollo económico. En una sociedad como la nuestra con una mayoría empobrecida y dependiente del petróleo, el origen de esta conducta es provocada por las distorsiones económicas y la riqueza fácil generada ostensible e impunemente por la corrupción alrededor de los círculos gubernamentales. Los desequilibrios económicos tienen su expresión más visible en los controles de precios, tasas de interés y tipo de cambio, en un ambiente de alta inflación cercana al 20% causada por los excesos fiscales. Lo sensato sería bajar la inflación anual a menos 5% como en el resto de las economías exitosas de la región y hacer innecesarios los controles.
El consumo anticipado es la respuesta a esta mediocre política. La percepción general es que el tipo de cambio oficial tenderá a seguir al paralelo, y no al revés, y esto lleva a aprovechar los créditos con límites de tasas de interés y a adquirir bienes durables importados como vehículos y electrodomésticos, cuyos precios futuros serán más altos con la inevitable devaluación. Las mayores presiones inflacionarias resultantes, harán que el ajuste macroeconómico requerido en el futuro sea de mayor magnitud.
Giordani, Merentes, Gastón Parra y Rodrigo Cabezas juzgan esta problemática con una pobreza intelectual pasmosa y, aparentemente, calculada por el temor a enfrentar las “ideas económicas” del líder máximo. De nada ha valido la trágica experiencia económica venezolana que se inicia en 1974, ni el conocimiento universal, Hugo Chávez responde a cualquier preocupación con una cita de Simón Rodríguez y dice “inventemos” una nueva economía socialista, humanista, anti-capitalista, etcétera.
La conducta consumista de bienes de lujo por quienes se enriquecen en forma fácil con negocios gubernamentales como contratos con sobreprecio y manejos de los depósitos gubernamentales en la banca, es la otra forma de consumismo en auge y es el complemento poco original que el chavismo le ofrece a Venezuela en su ruta al socialismo del siglo XXI.
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Da tristeza observar que se repiten graves errores económicos y se agregan nuevos, mientras un pueblo ilusionado pareciera pensar que el consumismo actual es la antesala a un desarrollo nacional equitativo. La inflación y la corrupción comienzan a destruir esta esperanza.
Etiquetas: Análisis Económico
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