Y NO DIJIMOS NADA

Por: Vladimir Maiakovski


En la primera noche ellos se acercaron
y recogieron una flor de nuestro jardín.
Y no dijimos nada.
En la segunda noche, no se ocultaron
y pisaron las flores.
Y tampoco dijimos nada.
Luego, mataron a nuestro perro:
y no dijimos nada.
Hasta que un día el más débil de ellos entró sólo a nuestra casa,
nos robó la luna y, conociendo nuestro miedo,
nos arrancó la voz de la garganta.
Y porque no dijimos nada,
ahora ya no podemos decir nada.

Dedicatoria de ASERNE:

Este poema lo dedicamos a los indiferentes, indolentes, oportunistas, débiles de espíritu, apáticos, flojos y a todos aquellos quienes piensan y creen que las arbitrariedades, el odio, el terror, la cárcel, la tortura, la violación de sus derechos fundamentales; las persecuciones y la muerte, no les alcanzará.

También, a quienes no les importan las expropiaciones de tierras, apartamentos, edificios, fábricas, porque no tienen bienes expropiables y piensan que no les confiscarán sus sueños.

Finalmente, para quienes callan ante los ataques contra la libertad de expresión, el amedrentamiento a los periodistas y medios de comunicación; las amenazas contra la educación privada, la iglesia, la patria potestad de nuestros hijos.

Si no reaccionamos ante la vulneración de los derechos de los demás, entonces ...¿quienes defenderán nuestros derechos, cuando vengan por nosotros?