El pensamiento de Chávez

Por: Francisco Salazar-Martínez

Una de las declaraciones de mayor impacto humorístico que se haya pronunciado en el país durante los 8 años del gobierno chavista, surgió de los pintados y coquetos labios de una diputada a la Asamblea Nacional, quien, sin rubor de ninguna especie y sin que le quedara un Barreto por dentro, llegó a afirmar que, en los colegios del país, hay que establecer como materia obligatoria el estudio del “pensamiento” histórico-político-social, etc., del Jefe del Estado, esto es, lo que Hugo Chávez Frías ha pensado a todo lo largo de su actuación pública sobre economía, cultura, matemáticas, historia, estrategia militar, relatividad, agricultura, ganadería y cuanto Dios crió y creó.

Se supone que el pensamiento de la humorística diputada está impregnado, saturado, empapado, digamos, de la sabiduría ecuménica del hombre que por sus viajes no ha tenido tiempo de saber cómo se gobierna a un país. ¿Estudiar el pensamiento de Chávez en las instituciones educativas de Venezuela? ¿Pero es que esta diputada ha invadido los territorios de la locura, y a la vez del humorismo? Y dónde queda entonces el pensamiento de Andrés Bello, de Don Simón Rodríguez, de Simón Bolívar, de Baralt, de Fermín Toro, el de José María Vargas, de Tomás Lander, de Cecilio Acosta, de Juan Vicente González, de Rómulo Betancourt, hombres de talento, de imaginación y de poderosa fuerza mental, que dejaron una trayectoria de ideas saturadas de patriotismo, que han sido examinadas por críticos y estudiosos del pensamiento venezolano como Mariano Picón Salas, Augusto Mijares, Arturo Uslar Pietri y Luis Beltrán Guerrero, entre otros.

Esos hombres pensaron y sintieron a su patria con noble sentimiento de ciudadanos íntegros, y su dignidad patriótica jamás la hipotecaron a aventurerismos emasculadores de su venezolanismo integral.

Durante los 8 años que lleva Hugo Chávez al frente del poder, no ha hecho otra cosa que tratar de agotar las páginas del diccionario español, buscando los peores epítetos para calificar a quienes se encuentran fronterizos a su métodos de gobierno. En su lengua hay más verbosidad o logorrea, que ideas o talento, reveladores de una buena organización mental o cultural. Pero ¿es que Chávez ha pensado algo serio sobre cualquiera de los múltiples problemas que confronta la vida nacional?

Las botas no piensan. Pisan.