23N: Revés de la Idolatría Cesarista
Por: José Rafael López Padrino
El proceso electoral del pasado 23N ha pues-to en evidencia el desgaste y cansancio de importantes sectores populares frente a un proyecto que lejos de transitar por alternativas que rompan con el círculo de la pobreza y la exclusión social, sólo se ha dedicado a manipular con fines electorales la miseria humana en la cual aún viven la mayoría de los venezolanos. Pero además, reflejan la desilusión ante la ineficiencia y la falta de voluntad política para resolver problemas fundamentales tales como la delincuencia, la vivienda, la salud, el abastecimiento alimentario, la educación, etc. Fue un voto castigo ante un proyecto político que no ha construido algo cualitativamente mejor, algo distinto y que sólo ha copiado y magnificado lo peor de lo vivido durante los gobiernos adeco-copeyanos. Una buena parte del país está harta de que en nombre de un supuesto socialismo se promueva una nueva burguesía de Estado (la boliburguesía), de repetir frases huecas y seguir la voz del líder con una fe casi religiosa, en fin, de este simulacro de revolución.
Hay una gran realidad, el oficialismo sufrió una derrota cualitativa el pasado 23N, ello independientemente del malabarismo numérico del rufián de Miraflores, quien clama victoria. El gran mitómano, en su empeño por adulterar la realidad, le da la misma importancia geopolítica a las selvas de Guayana y a los despoblados llanos de Apure y Barinas que a regiones como la Gran Caracas, Zulia, Miranda, Carabobo, Táchira, Nueva Esparta, donde radican grandes concentraciones poblacionales e importantes polos de desarrollo agro-industrial.
Es muy cierto que el PSUV se ha consolidado como primera fuerza política del país. Pero nos preguntamos, ¿cuántos de esos votos rojo-rojitos responden a una voluntad "socialmilitarista", y no a una "mayoría" etiquetada como tal? ¿Cuántos de esos votos rojorojitos responden al vulgar chantaje al cual fueron sometidos por ser trabajadores del Estado o miembros de misiones? Pero más aún, según el Pitágoras de Miraflores, el PSUV obtuvo 5,6 millones de votos; un partido de Estado, que según sus propias cuentas tiene alrededor de 7,2 millones de militantes. Y ni hablar de aquellos diez millones de votos del 12- 2006, que hoy forman parte del baúl de los recuerdos de la robolución. ¿Dónde radica la victoria de la cual hablan? El revolcón electoral del 23N ha llevado al tte coronel a retomar su discurso confrontacional, cargado de odio y de intimidaciones públicas contra todos aquellos que él define como sus enemigos; es la reedición del viejo terrorismo de Estado puesto en práctica por los regímenes nazi-fascistas en el siglo pasado ("traumas masivos"). Sueña con minimizar la derrota sufrida, y revertir el efecto desmoralizador que ésta ha causado en las filas de sus simpatizantes. Escamotea la realidad y huye hacia delante al convocar una nueva contienda electoral cuyo objetivo no es otro que el perpetuarse en el poder. Se avecinan días de grandes esfuerzos unitarios, que permitirán propinarle al tte coronel y a su proyecto cesarista su tercera gran derrota electoral.
El proceso electoral del pasado 23N ha pues-to en evidencia el desgaste y cansancio de importantes sectores populares frente a un proyecto que lejos de transitar por alternativas que rompan con el círculo de la pobreza y la exclusión social, sólo se ha dedicado a manipular con fines electorales la miseria humana en la cual aún viven la mayoría de los venezolanos. Pero además, reflejan la desilusión ante la ineficiencia y la falta de voluntad política para resolver problemas fundamentales tales como la delincuencia, la vivienda, la salud, el abastecimiento alimentario, la educación, etc. Fue un voto castigo ante un proyecto político que no ha construido algo cualitativamente mejor, algo distinto y que sólo ha copiado y magnificado lo peor de lo vivido durante los gobiernos adeco-copeyanos. Una buena parte del país está harta de que en nombre de un supuesto socialismo se promueva una nueva burguesía de Estado (la boliburguesía), de repetir frases huecas y seguir la voz del líder con una fe casi religiosa, en fin, de este simulacro de revolución.
Hay una gran realidad, el oficialismo sufrió una derrota cualitativa el pasado 23N, ello independientemente del malabarismo numérico del rufián de Miraflores, quien clama victoria. El gran mitómano, en su empeño por adulterar la realidad, le da la misma importancia geopolítica a las selvas de Guayana y a los despoblados llanos de Apure y Barinas que a regiones como la Gran Caracas, Zulia, Miranda, Carabobo, Táchira, Nueva Esparta, donde radican grandes concentraciones poblacionales e importantes polos de desarrollo agro-industrial.
Es muy cierto que el PSUV se ha consolidado como primera fuerza política del país. Pero nos preguntamos, ¿cuántos de esos votos rojo-rojitos responden a una voluntad "socialmilitarista", y no a una "mayoría" etiquetada como tal? ¿Cuántos de esos votos rojorojitos responden al vulgar chantaje al cual fueron sometidos por ser trabajadores del Estado o miembros de misiones? Pero más aún, según el Pitágoras de Miraflores, el PSUV obtuvo 5,6 millones de votos; un partido de Estado, que según sus propias cuentas tiene alrededor de 7,2 millones de militantes. Y ni hablar de aquellos diez millones de votos del 12- 2006, que hoy forman parte del baúl de los recuerdos de la robolución. ¿Dónde radica la victoria de la cual hablan? El revolcón electoral del 23N ha llevado al tte coronel a retomar su discurso confrontacional, cargado de odio y de intimidaciones públicas contra todos aquellos que él define como sus enemigos; es la reedición del viejo terrorismo de Estado puesto en práctica por los regímenes nazi-fascistas en el siglo pasado ("traumas masivos"). Sueña con minimizar la derrota sufrida, y revertir el efecto desmoralizador que ésta ha causado en las filas de sus simpatizantes. Escamotea la realidad y huye hacia delante al convocar una nueva contienda electoral cuyo objetivo no es otro que el perpetuarse en el poder. Se avecinan días de grandes esfuerzos unitarios, que permitirán propinarle al tte coronel y a su proyecto cesarista su tercera gran derrota electoral.
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