Intelectuales abyectos

Por: José Rafael López Padrino

Gramsci durante su reclusión en las mazmorras del régimen fascista italiano, se abocó a estudiar el rol de los intelectuales en la construcción de una contrahegemonía libertaria para confrontarla al proyecto de dominación. Especial atención le prestó a aquellos que él denominó intelectuales orgánicos.

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Consideraba Gramsci, que la organicidad de un intelectual venía dada por la funcionalidad intrínseca a su actividad, bien a favor de la consolidación de la hegemonía existente, o por el contrario, en contra de ella a través de una contrahegemonía.

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Los intelectuales orgánicos del régimen, identificados con el socialfascismo bolivariano, lejos de representar una contrahegemonía libertaria, constituyen un grupete de serviles al servicio de la hegemonía boliburguesa. Estos vasallos con toga y birrete, son peones del pensamiento único, al servicio de una oligarquía cívico-militar, que por razones de conveniencia, utiliza una retórica socialista como tarjeta de presentación en el mercado de las ideologías.

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Para el proyecto hegemónico socialfascista explotador, no solo le es vital controlar los medios de producción, mediante estatizaciones grotescas, sino también la conciencia de los ciudadanos (la forma de pensar del individuo). De allí la urgencia por aplastar cualquier tipo de disidencia en el campo de la cultura, la ciencia y la academia, así como la necesidad de formar a sus propios intelectuales orgánicos en instituciones identificadas curricularmente (Universidad Bolivariana, UNEFA) con el aberrante proyecto militarizado del tte coronel y su logia cívico militar.

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Para los intelectuales de pacotilla del régimen, la critica y el debate, reivindicados de forma vehemente en el pasado, son ahora elementos despreciables, desestabilizadores, y conspirativos, que atentan en contra del proyecto liderizado por su “comandante amado”. Son los nuevos mujiquitas dedicados a la diseminación de información al servicio del proyecto tropero, a publicitar una estructura de sometimiento, una racionalidad instrumental cuartelaria, con la finalidad de disciplinar y someter al ciudadano en su forma de pensar, así como de actuar.

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Estos intelectuales orgánicos, cumplen la tarea de legitimar y argumentar, las brutalidades y atropellos que el régimen comete en contra de todos aquellos que no comparten su visión militarista. Son ellos, quienes se encargan de divulgar a través de la maquinaria propagandística del régimen, lineamientos dirigidos a influir en la conciencia y el comportamiento de los venezolanos. Como buenos socialfascista, tratan de establecer dicotomías claras: positivo o negativo, el bien o el mal, amigo o enemigo, verdad o mentira.

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El viejo Marx entre muchas otras reflexiones afirmaba, que detestaba el servilismo, esa personalidad típica de quien asume deliberada y gozosamente su destino de criado, que se humilla y arrastra ante el poder, que carece que autoestima, orgullo y dignidad.