Venezuela: La política petrolera
Por: Orlando Ochoa
La Nueva PDVSA, creación de Alí Rodríguez, Rafael Ramírez y la arquitectura intelectual de Bernard Mommer, no ha incorporado una nueva área de explotación petrolera en 11 años. Por el contrario, la incompetente y corrupta gerencia de la empresa actual no ha podido enfrentar el declive de la producción de crudo en Occidente, la cual pasó de casi 900.000 b/d a principios de 2008 a 750.000 b/d en el segundo semestre de 2009. En Oriente la producción de 2008-9 se ha mantenido en 1,4 millones de b/d, al costo de sobreexplotación de los yacimientos con probables daños que limiten la recuperación futura de reservas de crudo. Los perjuicios a la Nación pueden ser gigantes.
A principios de 2010 se hará, finalmente, la ronda de licitación para la selección de socios extranjeros en la explotación del área de Carabobo en la Faja del Orinoco. La exposición al riesgo político, ideológico, económico de Venezuela es evidente, pero existe interés en participar en el desarrollo de las reservas de crudo extrapesado. De superar los escollos iniciales, luego se confrontará la limitada capacidad gerencial del socio mayoritario, PDVSA, en los proyectos y en la construcción oportuna de la enorme infraestructura requerida. Es imposible pensar en menos de 8-10 años para tener quizás 1,2 millones de b/d de nueva producción de crudos mejorados, la cual reemplazaría en parte la pérdida de capacidad productiva por declive y mala explotación de yacimientos.
Mientras esperamos avances en el Proyecto Carabobo, en las últimas semanas Iraq ha realizado una impactante serie de acuerdos con las grandes empresas petroleras para aumentar su capacidad de producción petrolera actual, 2,6 millones de b/d, en la extraordinaria cantidad de 7,3 millones b/d durante los próximos 10 años y competir entonces con Arabia Saudita con una producción total de casi 10 millones b/d. Los recursos financieros mundiales para invertir en exploración y producción de petróleo son limitados y se usarán en forma jerárquica.
La Nueva PDVSA, creación de Alí Rodríguez, Rafael Ramírez y la arquitectura intelectual de Bernard Mommer, no ha incorporado una nueva área de explotación petrolera en 11 años. Por el contrario, la incompetente y corrupta gerencia de la empresa actual no ha podido enfrentar el declive de la producción de crudo en Occidente, la cual pasó de casi 900.000 b/d a principios de 2008 a 750.000 b/d en el segundo semestre de 2009. En Oriente la producción de 2008-9 se ha mantenido en 1,4 millones de b/d, al costo de sobreexplotación de los yacimientos con probables daños que limiten la recuperación futura de reservas de crudo. Los perjuicios a la Nación pueden ser gigantes.
A principios de 2010 se hará, finalmente, la ronda de licitación para la selección de socios extranjeros en la explotación del área de Carabobo en la Faja del Orinoco. La exposición al riesgo político, ideológico, económico de Venezuela es evidente, pero existe interés en participar en el desarrollo de las reservas de crudo extrapesado. De superar los escollos iniciales, luego se confrontará la limitada capacidad gerencial del socio mayoritario, PDVSA, en los proyectos y en la construcción oportuna de la enorme infraestructura requerida. Es imposible pensar en menos de 8-10 años para tener quizás 1,2 millones de b/d de nueva producción de crudos mejorados, la cual reemplazaría en parte la pérdida de capacidad productiva por declive y mala explotación de yacimientos.
Mientras esperamos avances en el Proyecto Carabobo, en las últimas semanas Iraq ha realizado una impactante serie de acuerdos con las grandes empresas petroleras para aumentar su capacidad de producción petrolera actual, 2,6 millones de b/d, en la extraordinaria cantidad de 7,3 millones b/d durante los próximos 10 años y competir entonces con Arabia Saudita con una producción total de casi 10 millones b/d. Los recursos financieros mundiales para invertir en exploración y producción de petróleo son limitados y se usarán en forma jerárquica.
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Lamentablemente, la política petrolera guiada por pautas ideológicas y maximización de la renta a ultranza, tendrá un efecto muy adverso sobre el ritmo de explotación de las grandes reservas de crudo extrapesado venezolano.
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El tiempo juega en contra, pues en pocas décadas el mundo puede encontrar nuevas fuentes de energía limpia.
Etiquetas: Bernard Mommer, Energía y Petróleo
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