La organización es imperativa
Por: Roberto Carlo Olivares
El mensaje que recibo de cientos de lectores es muy claro: NO HAY ORGANIZACIÓN, lo cual conlleva a la desesperanza y a la frustración. Los compatriotas que me escriben en su mayoría tienen algo en común, dicen estar dispuestos a dar la vida por Venezuela, pero no a la ligera y mucho menos por el liderazgo actual de oposición. Algo sumamente grave, porque es ese precisamente el meollo real de la precaria situación nacional.
No existe un liderazgo respetable, ni cohesionado y mucho menos patriota.
El país mayoritariamente y de forma exponencial rechaza la cubanización de Venezuela, pero no se identifica con la dirigencia opositora por considerarla colaboracionista, desfasada y sobre todo, elitista. Gracias a esa dirigencia eunuca que no tiene agenda propia y sencillamente se limita a esperar el libreto que los domingos, les impone el dictador entre insultos y sandeces en su tragicómico programa, es que se nos está perdiendo la patria de manera irreversible.
Lo peligroso de la situación actual es que el país tiene cifradas sus esperanzas en una nueva elección, que de darse, sólo servirá para re-legitimar al sátrapa y sumir a la población en un nuevo trance hipnótico de desaliento, desasosiego y amargura. Lo más triste del caso es que la mayoría de las personas van a votar a sabiendas de que el régimen manipula su voto, pero no tienen alternativa.
O se quedan en sus casas sintiéndose culpables y traidores, o van a votar esperando un milagro que nunca llega, esperanzados en una dirigencia opositora que es experta en mercadear con las ilusiones y el futuro de los benevolentes electores.
¿De verdad creen ustedes que cuando se consuma el fraude masivo y descarado del 26 de septiembre, ultrajando una vez más la soberanía popular, Omar Barboza, Pompeyo Márquez, Julio Borges, María Corina Machado, Teodoro Petkoff o algún idiota de la Mesa de la Unidad Democrática va a defender nuestro voto? ¿Creen ustedes que ellos no tienen es su manos las pruebas de los fraudes anteriores?
¿Creen ustedes que ellos caen por inocentes o es que viven en el limbo deshojando la margarita? ¿Por qué creen ustedes que el país es llevado al matadero en cada elección trucada sin explorar otras vías legales y constitucionales de resistencia y rebeldía? La respuesta es muy sencilla: No les importa un carajo ni el país, ni los humildes tripones de la patria.
Muchos se preguntarán: ¿Pero por qué la dirigencia opositora le hace el juego a Chávez y se burla de nosotros?
Simple y llanamente porque es un saco de gatos que prefiere convivir con el régimen, subsistiendo de migajas en cada elección, cual rémoras politiqueras que solo defienden su “status quo”. Lo más siniestro de esta relación simbiótica entre el dictador y la dirigencia opositora, es que se necesitan mutuamente para perdurar en el tiempo.
Son un binomio perfecto en un engranaje mortífero de élites que persiguen un mismo fin: Dominar a las masas, vivir a expensas del estado a través de jugosos contratos y mercadear con los votos e ilusiones de la plebe. Nuestro peor enemigo actualmente es la oposición que hace caso omiso al sentir nacional, y pretende enterrar definitivamente los restos insepultos de nuestra marchita democracia.
Su proceder ilícito y traidor es harto conocido y sus penas serán proporcionales al delito, no saldrán lisos de este embrollo castro-chavista.
Es por eso precisamente que debemos organizarnos y estar preparados en cada vecindario, parroquia y ciudad. El 26 de septiembre debemos volcarnos a la calle apenas los resultados viciados de las elecciones sean anunciados. No esperen por dirigentes ni líderes de pasquín, cada quien es responsable de movilizarse a las plazas, a las sedes regionales del CNE, a los cuarteles militares, o al frente de su casa, dependiendo del caso.
Ese día debemos crear el punto de quiebre. Cuando las movilizaciones a nivel nacional cobren fuerza y el efecto dominó se replique en las masas, debemos exigir la destitución inmediata del dictador y su corte criminal. El que todavía cree en el voto pues que vaya a votar, pero después que salga a la calle a defender su voluntad, apoyando así al resto de los ciudadanos en la cruzada libertaria de restauración nacional.
Lo peligroso de la situación actual es que el país tiene cifradas sus esperanzas en una nueva elección, que de darse, sólo servirá para re-legitimar al sátrapa y sumir a la población en un nuevo trance hipnótico de desaliento, desasosiego y amargura. Lo más triste del caso es que la mayoría de las personas van a votar a sabiendas de que el régimen manipula su voto, pero no tienen alternativa.
O se quedan en sus casas sintiéndose culpables y traidores, o van a votar esperando un milagro que nunca llega, esperanzados en una dirigencia opositora que es experta en mercadear con las ilusiones y el futuro de los benevolentes electores.
¿De verdad creen ustedes que cuando se consuma el fraude masivo y descarado del 26 de septiembre, ultrajando una vez más la soberanía popular, Omar Barboza, Pompeyo Márquez, Julio Borges, María Corina Machado, Teodoro Petkoff o algún idiota de la Mesa de la Unidad Democrática va a defender nuestro voto? ¿Creen ustedes que ellos no tienen es su manos las pruebas de los fraudes anteriores?
¿Creen ustedes que ellos caen por inocentes o es que viven en el limbo deshojando la margarita? ¿Por qué creen ustedes que el país es llevado al matadero en cada elección trucada sin explorar otras vías legales y constitucionales de resistencia y rebeldía? La respuesta es muy sencilla: No les importa un carajo ni el país, ni los humildes tripones de la patria.
Muchos se preguntarán: ¿Pero por qué la dirigencia opositora le hace el juego a Chávez y se burla de nosotros?
Simple y llanamente porque es un saco de gatos que prefiere convivir con el régimen, subsistiendo de migajas en cada elección, cual rémoras politiqueras que solo defienden su “status quo”. Lo más siniestro de esta relación simbiótica entre el dictador y la dirigencia opositora, es que se necesitan mutuamente para perdurar en el tiempo.
Son un binomio perfecto en un engranaje mortífero de élites que persiguen un mismo fin: Dominar a las masas, vivir a expensas del estado a través de jugosos contratos y mercadear con los votos e ilusiones de la plebe. Nuestro peor enemigo actualmente es la oposición que hace caso omiso al sentir nacional, y pretende enterrar definitivamente los restos insepultos de nuestra marchita democracia.
Su proceder ilícito y traidor es harto conocido y sus penas serán proporcionales al delito, no saldrán lisos de este embrollo castro-chavista.
Es por eso precisamente que debemos organizarnos y estar preparados en cada vecindario, parroquia y ciudad. El 26 de septiembre debemos volcarnos a la calle apenas los resultados viciados de las elecciones sean anunciados. No esperen por dirigentes ni líderes de pasquín, cada quien es responsable de movilizarse a las plazas, a las sedes regionales del CNE, a los cuarteles militares, o al frente de su casa, dependiendo del caso.
Ese día debemos crear el punto de quiebre. Cuando las movilizaciones a nivel nacional cobren fuerza y el efecto dominó se replique en las masas, debemos exigir la destitución inmediata del dictador y su corte criminal. El que todavía cree en el voto pues que vaya a votar, pero después que salga a la calle a defender su voluntad, apoyando así al resto de los ciudadanos en la cruzada libertaria de restauración nacional.
No se nos volverá a presentar una oportunidad similar hasta diciembre del 2012, y para entonces, tal vez ya sea demasiado tarde. A continuación coloco el enlace de un vídeo producido por la señora Ana Guía de Díaz, ex funcionaria del CNE, en donde se hace referencia a los fraudes electorales demostrando de forma técnico-científica la vulnerabilidad del sistema de votación automatizado: http://farsaelectoralvenezuela.wordpress.com/
También tenemos que estar muy pendientes de la repercusión que traerá el “show” mediático del supuesto terrorista salvadoreño Francisco Chávez Abarca, detenido en Caracas y deportado a Cuba, ya que a todas luces pareciese un montaje muy bien diseñado para involucrar posteriormente a militares y civiles patriotas que luchan a diario por la causa libertaria.
Algo se traen entre manos y la inteligencia cubana es experta en estos menesteres.
Repito una vez más que el 26 de septiembre debe ser aprovechado como un punto de quiebre, debemos ser nuestros propios líderes y entender de una vez por todas que en la unión está la fuerza. Debemos trabajar como las hormigas de manera mancomunada y con el mismo norte: el derrocamiento del tirano.
Mantengamos la fe intacta y proyectemos una nueva Venezuela, una Venezuela de prosperidad, paz, armonía y sobre todo reconciliación.
La bota comunista por mandato divino no se ha de imponer en la patria de Bolívar, construyamos nuestra propia historia y disfrutemos en un futuro cercano del reconocimiento generoso de las nuevas generaciones.
También tenemos que estar muy pendientes de la repercusión que traerá el “show” mediático del supuesto terrorista salvadoreño Francisco Chávez Abarca, detenido en Caracas y deportado a Cuba, ya que a todas luces pareciese un montaje muy bien diseñado para involucrar posteriormente a militares y civiles patriotas que luchan a diario por la causa libertaria.
Algo se traen entre manos y la inteligencia cubana es experta en estos menesteres.
Repito una vez más que el 26 de septiembre debe ser aprovechado como un punto de quiebre, debemos ser nuestros propios líderes y entender de una vez por todas que en la unión está la fuerza. Debemos trabajar como las hormigas de manera mancomunada y con el mismo norte: el derrocamiento del tirano.
Mantengamos la fe intacta y proyectemos una nueva Venezuela, una Venezuela de prosperidad, paz, armonía y sobre todo reconciliación.
La bota comunista por mandato divino no se ha de imponer en la patria de Bolívar, construyamos nuestra propia historia y disfrutemos en un futuro cercano del reconocimiento generoso de las nuevas generaciones.
“Renunciar a nuestra Libertad es renunciar a nuestra calidad de hombres, y con esto a todos los deberes de la humanidad”
Jean Jacques Rousseau
¡Patria, Democracia y Libertad!
Etiquetas: Julio Borges Junyent
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