Guión de salida
Por: Orlando Ochoa P.
Fuente: El Universal
Twitter: @orlandoochoa
www.pensarenvenezuela.org.ve
Dentro del PSUV y el movimiento chavista que lo precede hay diversas tendencias internas. Una civil y otra militar, una democrática y otra solo de conveniencia y fachada democrática, una con sensibilidad social y otra de corruptos oportunistas, una de marxismo sin fundamento intelectual moderno y otra progresista, resignada a pensar que no hay ninguna alternativa mejor.
La absoluta mayoría sabe que el presidente Chávez ha conducido a Venezuela a un proceso de declive económico e institucional marcado por desbordada corrupción. Las consecuencias sociales y electorales ya se hacen sentir. La decisión individual o grupal de oficialistas será básicamente la de prepararse para asumir cualquier excusa y pretender negar la posibilidad de entregar el gobierno a una alianza política distinta al chavismo, o si aceptan la democracia verdadera y se diferencian de los radicales de línea dura, quienes muy probablemente negaran la alternabilidad y la Constitución.
Es en este contexto que veremos diversas posiciones militares y civiles. No hay duda que la decisión del presidente Chávez pesará, pero muchos de aquellos que pueden decidir sin la presión de irregularidades ejecutadas por una minoría en el poder no desafiarán las reglas de la democracia, aunque ese sea el guión de salida que asuma la jefatura chavista. En este dilema individual y grupal pueden surgir diversos caminos de entendimiento o confrontación.
La oposición no puede ser indiferente a este dilema. Recuerdo haber oído a un activo e influyente dirigente de un partido de la MUD decir recientemente “estamos frente a una crisis sistémica de la democracia, no es una situación normal”.
El verdadero esfuerzo de unificación del país pasará por entender lo que ocurre y ofrecer, con autoridad moral, un camino de salida que incluya a los sectores chavista genuinamente democráticos. Asumir la presunta normalidad democrática, pasar a elegir en primarias a un candidato con apoyo de votos partidistas, pero sin ofrecer sinceramente un camino de entendimiento y de rectificación nacional para nuevos y viejos males, sería un grave error guiado por el egoísmo del cálculo electoral. Confiamos en la sensatez.
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Dentro del PSUV y el movimiento chavista que lo precede hay diversas tendencias internas. Una civil y otra militar, una democrática y otra solo de conveniencia y fachada democrática, una con sensibilidad social y otra de corruptos oportunistas, una de marxismo sin fundamento intelectual moderno y otra progresista, resignada a pensar que no hay ninguna alternativa mejor.
La absoluta mayoría sabe que el presidente Chávez ha conducido a Venezuela a un proceso de declive económico e institucional marcado por desbordada corrupción. Las consecuencias sociales y electorales ya se hacen sentir. La decisión individual o grupal de oficialistas será básicamente la de prepararse para asumir cualquier excusa y pretender negar la posibilidad de entregar el gobierno a una alianza política distinta al chavismo, o si aceptan la democracia verdadera y se diferencian de los radicales de línea dura, quienes muy probablemente negaran la alternabilidad y la Constitución.
Es en este contexto que veremos diversas posiciones militares y civiles. No hay duda que la decisión del presidente Chávez pesará, pero muchos de aquellos que pueden decidir sin la presión de irregularidades ejecutadas por una minoría en el poder no desafiarán las reglas de la democracia, aunque ese sea el guión de salida que asuma la jefatura chavista. En este dilema individual y grupal pueden surgir diversos caminos de entendimiento o confrontación.
La oposición no puede ser indiferente a este dilema. Recuerdo haber oído a un activo e influyente dirigente de un partido de la MUD decir recientemente “estamos frente a una crisis sistémica de la democracia, no es una situación normal”.
El verdadero esfuerzo de unificación del país pasará por entender lo que ocurre y ofrecer, con autoridad moral, un camino de salida que incluya a los sectores chavista genuinamente democráticos. Asumir la presunta normalidad democrática, pasar a elegir en primarias a un candidato con apoyo de votos partidistas, pero sin ofrecer sinceramente un camino de entendimiento y de rectificación nacional para nuevos y viejos males, sería un grave error guiado por el egoísmo del cálculo electoral. Confiamos en la sensatez.
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