Tomás Sánchez y Red Mafiosa de la Supeintendencia Nacional de Valores
Fuente: Citizan News Agency
Tomas Sánchez y los Interventores serán citados a declarar en Estados Unidos
El giro que comienza a tomar el caso de la red organizada por Tomas Sánchez, Superintendente Nacional de Valores y los Interventores por él designados, estableciendo una organización para la extorsión que en varios casos se efectuó en territorio norteamericano, puede afectar a más de cien personas. El conjunto de evidencias y el rastreo de transferencias de fondos a allegados y familiares de los Interventores y del propio Tomas Sánchez, así parece indicarlo. Para los fiscales norteamericanos y rastreadores de fondos internacionales, la vieja estrategia de “follow the money” sigue siendo la más sencilla y certera de aplicar. La creencia de que es posible burlar los sofisticados mecanismos de rastreo de fondos por improvisados técnicos financieros del chavismo revolucionario, se derrumba cuando, como en estos casos, la mayoría de las transferencias pasan por los caminos electrónicos de Estados Unidos. Algunos Interventores a quienes se les establecia como condicion que parte de sus ingreos se destinaran a un “pote” en beneficio de sus designantes pudieran contribuir con la investigacion. El blog Venepirámides en su edición del día de ayer abunda en las características de este repugnante caso en el que sus protagonistas pronto serán absueltos por la Suprema Corte de Justicia Unipersonal que ejerce el Mandatario Nacional en sus “Aló Presidente”.
Dice Venepiramides: “Tomás Sánchez, Superintendente Nacional de Valores, trajo consigo a la Superintendencia Nacional de Valores (antes Comisión Nacional de Valores) el estilo propio de un guapo de barrio. Rodeado de un enjambre de escoltas, portando un arma a la vista de todo el mundo y luciendo en ocasiones un chaleco antibalas, ha cometido toda suerte de vejámenes, atropellos e ilícitos con la venia de su mentor, Jorge Giordani, y del mismo Hugo Chávez.
Amparado en el deseo de Chávez de destruir todo centro de poder que se le pueda oponer o financiar a sus opositores, el sector bursátil fue un blanco oportunístico al cual achacar la escalada de la inflación del mes de abril como producto de la subida del tipo de cambio en el mercado paralelo. La arremetida fue brutal y desproporcionada, plena de allanamientos, detenciones arbitrarias e intervenciones. El deseo de arrasarlo todo llevó inclusive la la derogatoria de la Ley de Mercado de Capitales, para sustituirla por la regresiva Ley de Mercado de Valores, con la que puede intervenir a las empresas relacionadas, dominadas y dominantes de los Operadores de Valores e inclusive hasta a las personas naturales mismas. Además, criminalizó toda transacción con valores denominados en divisas al margen del SITME y de las regulaciones dictadas por el Banco Central de Venezuela.
En este ambiente, Sánchez se sintió guapo y apoyado, intocable e infalible, y decidió aprovechar la oportunidad para financiar un retiro digno, organizando y dirigiendo una red de extorsión y chantaje, cuyo blanco fueron los operadores bursátiles, a través de sus inspectores, interventores y liquidadores, que son designados, dirigidos y removidos por él, y solo a él rinden cuentas.
Pero uno de sus subalternos, Rafael Ramos de la Rosa, Interventor de Uno Valores Casa de Bolsa, pisó el peine que le puso una de sus víctimas, y fue grabado, filmado y capturado con el cuerpo del delito de la extorsión en sus manos: un flamante cheque por USD 750.000.
Y acá la cosa se complica porque la justicia del Imperio no se manipula como la criolla, y los trapos sucios salen al aire. Y en el elenco de testigos figura Tomás Sánchez, a quien Ramos de la Rosa reportaba, y con quien compartía el botín. Sánchez corre el riesgo de ser sometido a preguntas incómodas si acude a la citación, pero más grave aún, podría ser detenido vistas las evidencias acumuladas por el FBI. Basta ver de qué madera está hecho Sánchez; si es guapo de verdad y está dispuesto a cometer perjurio o desacato antes las autoridades federales americanas o, por el contrario, se chorrea en los pantalones como mico mandante-presidente en el Museo Militar”.
Etiquetas: colección vacas sagradas, Tomás Sanchez
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