Venezuela: Las conexiones del terror
Fuente: Inforafael.com
El terror tiene muchas caras y más formas, desde el inofensivo creado en la industria cinematográfica destinado a sacudir a la población de la tranquilidad experimentada en la vida diaria, hasta el verdadero, el que atenta contra la sociedad, que mata mutila y humilla con distintos supuestos fines, aunque siempre está motivado por el odio.
En el mundo hay en actividad distintos grupos que se auto-adjudican la verdad y detrás de esa farsa se dedican a sembrar el terror como si de un juego macabro se tratara, insistiendo en hacer prevalecer por las armas lo que por la razón no pueden.
Desde la tan mentada Al Qaeda y su lucha contra el imperialismo americano y cualquier cosa que tenga algún vestigio de occidentalidad, hasta los trasnochados de las FARC que se adjudican la voz de los pueblos latinoamericanos aunque en realidad lo único que representan son sus mezquinos intereses, sin olvidar a ETA, la más ridícula de todas, que sostiene una batalla fratricida en el corazón del primer mundo y engarzados en la cultura del bienestar.
La subsistencia de estos grupos criminales y anacrónicos se basa en la escasa pero real simpatía que algunos particulares tienen por las misma, además de algunos jefes de Estado, que por distintas razones, todas reprochables, mantienen viva la ayuda que permite que estos sembradores seriales de odio continúen funcionando.
El mayor exponente de esta irresponsabilidad que es casi criminal, es la de Hugo Chávez, una especie de dictador demagogo, quien no sólo ha sido sospechado de tener fuertes vínculos con las FARC, a quien aparentemente provee de armas y de seguridad en territorio venezolano, sino también es sospechado de haber convertido a Venezuela en el santuario de ETA, donde miembros de esta organización disponen de la libertad para moverse y conspirar contra el estado español.
La verdad es que la lista de cosas para reprochar a Hugo Chávez es demasiado extensa como para detallarla en este artículo, pero este atentado contra la paz y la tranquilidad en la que el mundo aspira a vivir es digna de la mayor reprobación.
Nadie sabrá jamás a ciencia cierta el nivel de responsabilidad real que tiene el eterno presidente venezolano en la muerte de miles de personas, ni cuántos atentados fueron posibles gracias a su apoyo, lo que si es un hecho es que estos grupos execrables no podrían subsistir sin el apoyo de apologetas del crimen tales como Chávez.
Lo que sí es estimable es lo mejor que estaría el mundo si estos hombres con propensión al mal se alejaran de los puestos de poder y perdieran su capacidad para la toma de decisiones.
Pobre pueblo venezolano, pobre mundo en general, mientras persistan estos cultores del odio que siembran dolor y terror por todos los rincones del planeta.
Pedro.theler@hotmail.com
Etiquetas: Terrorismo de Estado
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