Venezolanos Humillados En Su Gentilicio
Humillante la sumisión que se impone sobre el gentilicio
Obra miserable de la izquierda
“… Cuando un pueblo se ha vuelto incapaz de gobernarse a sí mismo y está en condiciones para someterse a un amo, poco importa de dónde procede éste…” George Washington (1732-1799)
Como queda confirmado, la misma izquierda que se impuso desde 1998 bajo el argumento y en nombre de una ruptura con un supuesto poder exterior que ha identificado siempre como el imperialismo norteamericano, hoy, a cincuenta y un años de sus primeros intentos de toma del poder y a ciento cincuenta meses del ejercicio pleno del mando político desde la llegada a Miraflores del “revolucionario” teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías, en función de sus propios y limitados intereses crematísticos, expone a la luz e impone al país, la conocida abyección que le es propia a esa izquierda.
Sin dudas
La izquierda venezolana ha dejado bien sentado y a la descubierta por esa vía, lo material de sus sempiternos objetivos políticos con esta su total y absoluta sumisión y entrega incondicional a lo que no es hoy más que un muerto viviente con más de 50 años de dominio sobre un proyecto de país y con pretensiones imperiales.
Por primera vez quizás en la historia de la humanidad y del surgimiento del Estado como forma y figura de organización política de comunidades humanas, un Estado en la plenitud de sus capacidades políticas, económicas, sociales y militares, renuncia por completo a su condición de ente político de reconocida, aceptada y respetada presencia en el concierto de naciones del mundo, para pedir y aceptar que otro Estado –o proyecto de– asuma de hecho y de derecho el poder político, la gestión y la dirección de su presente y de su futuro.
Ignominia
En este caso se trata del país o proyecto, Cuba, más atrasado y de la comunidad humana más hambreada del continente americano –con las excepción de Haití–; país ayer, proyecto hoy, absolutamente aislado y sin la más mínima posibilidad política, económica, ténicas y humana de salir del marasmo.
Aparte de inspirar lástima a todo aquel que se acerque y observe su presente y devenir, una comunidad, gobierno y territorio que no tiene ninguna importancia en el concierto de las naciones del primer o segundo mundo, salvo, claro está, por razones humanitarias.
Por tanto y sin lugar a duda alguna, un país o proyecto de muy limitadas sino inexistentes capacidades políticas, sociales, económicas, militares, éticas y morales.
Ni siquiera capacitados están hoy sus decrépitas y conspicuas figuras de y en gobierno, para representar los términos y sobre todo los resultados de una pretendida ideología con medio siglo a cuesta en su gestión continuada; fuere esta ideología vigente o fracasada.
La guerra por otros medios
Siendo que ese mismo Estado y gobierno durante los últimos cincuenta continuados años, bajo las expresas órdenes de Fidel Castro Ruz, ha atacado con armas y desempeños militares el territorio y los intereses de Venezuela en y sobre todos los frentes que sus capacidades políticas y militares le han permitido.
Lo habían intentado mediando la vía de los desórdenes y del terrorismo interno, con los sucesivos golpes de Estado y en las continuadas –pero derrotadas– incursiones militares.
Peones, torres, alfiles y… la reina
Esta vez, con tres de sus peones elevados de categoría; de torres en las posiciones de mando vertical y horizontal en Venezuela –y otros muchos a la espera de la oportunidad para mostrar su abyección –; Fernando Soto Rojas, el antiguo segundo al mando del general Arnaldo Ochoa Sánchez en la invasión intentada por Machurucuto, ahora presidente designado en la Asamblea Nacional; el Elías Jaua Milano, por años la activa punta de lanza en los programados y continuados desórdenes armados desde la UCV y ahora vicepresidente de la República.
¿Los caballos?… Esos están en la Mesa de la Unidad MUD
Y sin Fidel Castro hacer más de lo que ya había sembrado y había hecho, sin siquiera disparar un solo tiro, su más eficiente peón, antes trasverso alfil y ahora en funciones de reina, Hugo Rafael Chávez Frías, presidente electo y reelecto, pero que hoy materialmente acobardado ante un país que se le fue de las manos e incapaz ya para ejercer poder político de gobierno desde este peligroso campo conquistado, abandonó el territorio.
Bajo la mampara de una supuesta, si fuere ello así o verdadera gravedad clínica, que en ese caso y en caso de condiciones que le neutralicen o de un desenlace definitivo, con su decisión otorga en su desplazamiento y en teoría al gobierno de Cuba, tiempo suficiente para articular y habilitar una adaptada capacidad de maniobra, la suficiente en tiempo y en espacio.
En esa precipitada agenda exterior Hugo Rafael Chávez Frías abandonó apresuradamente el territorio de Venezuela, para acudir y radicarse en un medio físico seguro, para así, bajo condiciones menos apremiantes, dar continuidad al ejercicio de la delegación de gobierno.
Esta vez desde Cuba y al amparo y bajo las condiciones de seguridad del sustituto designado y a la vera de la permanente lisonja e inmediata indicación de su líder y el eterno jefe in pectore de la izquierda venezolana: Fidel Castro Ruz.
CAP reactivó a Fidel Castro (1.989)
La miserable y paupérrima República de Cuba en manos de los hermanos Fidel y Raúl Castro; el primero de ellos el más denodado, activo y actuante enemigo de la Venezuela libre y soberana.
Ese país o proyecto, Cuba, en términos imperiales sustituye a cualquiera haya sido la expresión de uno anterior y constituye hoy en esta disque revolución de izquierda de Hugo Rafael Chávez Frías, un imperio extranjero dominante, al cual por propia y activa voluntad, se somete a Venezuela.
Multicolores o de un solo color
Entiéndase bien, de toda la izquierda en su conjunto, la vieja y la nueva, en el gobierno o en la oposición, blanca, amarilla, verde, azul, naranja, roja o multicolor, esté dentro o fuera de fronteras y sin que la más mínima expresión individual o colectiva de resistencia o desacuerdo sea pronunciada; no existe la disidencia en esta izquierda venezolana, menos con los hermanos Castro al mando.
Toda esa izquierda venezolana, admite y materializa –sea por convicción, por conveniencia, por circunstancial cálculo político electorero o por la más abyecta de las cobardías– la dominación política que desde la década de los años sesenta del siglo pasado había trabajado devotamente; ayer y hoy, a consciencia plena y en beneficio de los intereses de ese ya decrepito anciano –cadáver insepulto diría Rómulo Betancourt– Fidel Castro Ruz.
Han sido, son y seguirán siendo siempre, unos intereses supuestamente revolucionarios continentales, pero absoluta y totalmente ajenos a los propios a una Venezuela libre y soberana y asquerosamente denigrantes y en perjuicio del gentilicio venezolano; hoy, por ellos, sujeto a la más vil de las humillaciones.
Hugo Chávez regala el país
Al amparo de esta izquierda Hugo Chávez Frías sustituyó a la URSS como la fuente de financiamiento para Fidel Castro Ruz y su proyecto de país; los momentos, cifras y modalidades de los aportes financieros, son conocidos e interminable sería revisarlos.
Tanto es la expresión de esa entrega servil de toda esa izquierda venezolana descrita y que conocemos de siempre, hasta el punto de no sólo admitir sino también apoyar con sus expresiones de adhesión y/o con el cobarde silencio de sus multicolores figuras representativas, que el presidente electo de Venezuela, fuere por propia voluntad o bajo la orden y control de los hermanos Castro, gobierne desde afuera.
Y así Hugo Rafael Chávez Frías ya está instalado, despacha y ejerce a plenitud gobierno sobre Venezuela, desde La Habana, la capital de ese empobrecido proyecto de país.
Marcados quedarán unos
Humillante ha sido y es la sumisión que se le impone a nuestro gentilicio, la derivada de esta miserable materialidad de las supuestas ideas políticas y de los desempeño populistas de la sempiterna izquierda venezolana, sea de rojo o no, militarista o no.
La historia lo registra y en su momento emergerá en la cita y el recuerdo; cada personaje de esta sumisa versión de izquierda de ayer y de hoy, tendrá sus oportunidades para un mañana de asegurada remembranzas, las de sus hijos, las de sus nietos, las de los demás herederos y las de todos los venezolanos de entonces.
… A nadie le quitan lo bailado…
Esa misma izquierda de ayer y de hoy, cuyos operadores aún presentes en posiciones de poder y jugando bien fuerte en función exclusiva de sus intereses crematísticos en cada día de aquel agitado momento de la historia, con sus bombas, su terrorismo, sus secuestros, sus desapariciones y asesinatos, sus atracos a bancos y financieras, sus asaltos y robos a los fondos del tesoro nacional, con los repetidos alzamientos miliares y los sucesivos intentos de invasión de fuerzas militares de Fidel Castro Ruz, en cada momento y circunstancia de ese ayer, con la voluntad y las esféricas en su puesto, sobre todos los frentes armados, el militar y el civil, el citadino o el de la provincia, las derrotamos una y otra vez.
Y cada una de esas veces la derrotamos sobre aquel siempre recordado triángulo que pragmática e imaginariamente construimos a los efectos sobre tres términos determinantes en el necesario ejercicio de las actividades de policía destinadas a imponer sobre el terreno las leyes vigentes.
Pluma, plomo y plata
Quien tiene plata tiene con que pagar el del plomo en un extremo y el de la pluma en el otro; quien carece de plata, le queda la alternativa del plomo por propia mano y la habilidad con la pluma y cuando, circunstancialmente, no ha llegado aún el momentos para el plomo, queda la pluma para continuar.
Que así sea.
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