Frenesí adulatorio
Por: José Rafael López Padrino
La servidumbre intelectual no es un fenómeno ajeno a nuestra vida Republicana. A lo largo de nuestra historia siempre ha habido intelectuales serviles que han puesto su intelecto al servicio del gobierno de turno. Sin embargo, el grado de genuflexión observado en los intelectuales identificados con el régimen facho-bolivariano no tiene parangón en nuestra historia.
El "proceso" ha traído consigo el surgimiento de toda una "camada de eunucos intelectuales", que se han convertido en voceros del proyecto militarista que desgobierna al país. Con perplejidad vemos como irreverentes y críticos del pasado, están hoy convertidos en mansos cortesanos defensores sin escrúpulos del socialfascismo bolivariano del tte coronel. Entre muchos otros voceros de ese frenesí adulatorio podríamos señalar a: Tobi Valderrama, Brito García, Díaz Rangel, los Robertos (Hernández y Malaver), etc. Pensadores que han hipotecado su pasado combativo y honesto, al ponerse al servicio de un régimen que representa ideales contrarios a las posturas ideológicas que decían defender.
Constituyen una camarilla de plumíferos que compiten con el nefasto Martín Heidegger, Rector de la Universidad de Friburgo, cuyo grado de servilismo para con el dictador no tuvo comparación en la Alemania nazi de Adolfo Hitler. Esta casta de neoadulantes son los mismos que hoy practican un "cómplice silencio académico" al negarse a criticar las políticas antinacionales (entrega del petróleo a empresas transnacionales), atropellos e injusticias (políticas antilaborales, represión militar, violación de los derechos humanos), así como una vergonzosa militarización de la sociedad, puestas en práctica por el gobierno del vocinglero de Miraflores.
Políticas que cuestionaron con gran vehemencia en el pasado y que hoy vergonzosamente endosan y defienden públicamente. Son los mismos que proponen una sociedad militarizada y homogenizada, gracias a la acción de un Estado tutelador, represivo y explotador.
Son los abanderados en defender una dictadura comisarial y plebiscitaria propia de los Estados autoritarios-fachos, basada en la relación amigo-enemigo en el ámbito político y donde el orden social se garantiza a través de la violencia (Carl Schmitt). Defienden un empoderamiento efectivo del autoritarismo para acabar sin contemplaciones con el enemigo interno, es decir la disidencia política. Representan a los apologetas del estatismo autoritario, de sus vicios y de sus aberraciones.
Vivimos tiempos donde intelectuales acríticos, y carentes de dignidad aplauden cobardías, y canalladas del tte coronel. Son los abyectos adulantes que yacen tendidos ante los pies del maniqueo de Miraflores dispuestos a retractarse ideológicamente, si fuese necesario, a fin de no molestar la frágil epidermis del comandante. Son lastimosamente los rebeldes de otros tiempos, hoy transformados en lambiscones del iletrado de Miraflores.
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