El regreso de los narco-generales de América del Sur
Por: José R. Cárdenas
Vía: Roger Noriega
Hugo Carvajal, Rangel Silva, Cliver Alcalá |
En la épica película Scarface, que trata sobre la cultura de la cocaína en Miami en la década de los ochenta, el capo de la droga es personificado como un boliviano que vive en una lujosa mansión en las montañas con un puñado de generales bolivianos en su bolsillo. Esta era una película que reflejaba la realidad de aquellos tiempos. (El dictador boliviano, general Luis García Meza Tejada, sería condenado a 30 años de cárcel por tráfico de drogas.)
Sin embargo, a través de la década de los
noventa y en la ultima década, los gobiernos bolivianos habían trabajado con
Estados Unidos para debilitar a los cárteles de drogas que operaban ahí, a tal
grado que la noción de un narco-general de América del Sur parecía haber sido
descartada.
Ahora, gracias a Hugo Chávez en Venezuela y
a Evo Morales en Bolivia, los narco-generales de América del Sur parecen haber
resucitado. La semana pasada, un juez federal de Miami condenó al ex jefe de la
unidad de antinarcóticos de Bolivia, general René Sanabria a 14 años en prisión
por proporcionar protección para un envío de 140 kilos de cocaína desde Bolivia
a Estados Unidos. Sanabria fue capturado en junio en Panamá por la DEA y se
dice que controlaba una red de unos 40 policías corruptos.
Como resultado de esta operación, en 2008
Morales decidió expulsar a la DEA de Bolivia, que es uno de los mayores
productores de cocaína del mundo. Morales, que es un líder sindical cocalero,
dijo que la presencia de la DEA era una ofensa para la “dignidad” del país.
Desde entonces, la producción y el tráfico de cocaína se ha disparado, con
narcotraficantes de Brasil, Colombia, México y otros países que han aprovechado
esta oportunidad para incrementar sus operaciones en Bolivia.
Este mes, el Departamento de Estado
describió de nuevo al gobierno de Morales, como un “fracaso evidente,” en
relación al cumplimiento de sus obligaciones en términos de los acuerdos
internacionales para combatir el narcotráfico.
Junto con Bolivia y Birmania, Venezuela es
otro país que ha fallado de manera categórica en la lucha contra el
narcotráfico, ya que el benefactor de Morales, Hugo Chávez depende en gran
manera de los narco-generales para mantener el poder. A principios de este mes,
el Departamento del Tesoro agregó a otro de los generales más poderosos de
Venezuela, Cliver Alcalá, a su lista de capos, donde se une a otras dos
personas designadas en el año 2008, el Comandante en Jefe de las Fuerzas
Armadas de Venezuela general Henry Rangel Silva y el Jefe de Inteligencia
Militar general Hugo Carvajal. (Esta acción por parte del Departamento del
Tesoro significa que cualquier activo que estas personas tengan en EE.UU. serán
congelados y que los ciudadanos de EE.UU. tienen prohibido hacer negocios con
ellos.)
Los tres están acusados de
complicidad
con las guerrillas en Colombia y los tres fueron nombrados por el capturado
narcotraficante venezolano Walid Makled y señalados por este mismo como
miembros de su nómina y como facilitadores de sus operaciones de tráfico de
drogas. (Desafortunadamente, el gobierno de Obama decidió no continuar con el
proceso de extradición de Makled y este narcotraficante fue extraditado de
Colombia a Venezuela.)
Las agencias de seguridad en EE.UU.- y en
especial la DEA- merecen un gran reconocimiento por dar seguimiento a estas
investigaciones, teniendo en cuenta que el gobierno de Obama ha optado por
evitar confrontaciones con Hugo Chávez y sus cómplices regionales. Por una
variedad de razones importantes, el gobierno de EE.UU. tiene que seguir
presionando para que se siga catalogando a este tipo de individuos como capos
de la droga y para que sean formalmente acusados por sus crímenes, acentuando
la importancia de transmitir una señal inequívoca de que este retroceso
regional en la lucha contra el narcotráfico es una preocupación creciente.
Por ejemplo, en el caso de Venezuela,
Makled afirmó que había videos y otras pruebas documentadas que implican a unos
40 generales venezolanos en sus actividades ilícitas. En Bolivia, miembros de
la oposición creen que el caso de Sanabria es sólo la “punta del iceberg.”
Los casos de Venezuela, merecen aun más
atención, ya que los narco-generales como Rangel Silva y Carvajal se encargaran
de socavar cualquier posibilidad de tener una transición democrática si la
salud de Chávez se deteriora aun más. Ya que la protección que reciben por
parte del actual régimen no podría ser garantizada en una Venezuela
post-Chávez. Actualmente estos individuos pueden estar fuera del alcance de la
aplicación de la ley de EE.UU., pero el seguir catalogando y humillando a estos
narco-generales, y mejor aún, acusándolos legalmente por parte del gobierno de
EE.UU. hará que sean menos capaces de llevar a cabo sus crímenes infames.
Etiquetas: narcoestado
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