Los médicos “exprés” de la revolución
Por: José Rafael López Padrino
El régimen militarizado del tte coronel ha hecho suyo el
paradigma de la estupidez y de la ignorancia.
Mediante una sistemática satanización del conocimiento pretende
silenciar las voces del saber. Prueba de ello ha sido el desmantelamiento del
Programa de Promoción al Investigador (PPI) y su posterior sustitución por un
bodrio referido como Programa de Estímulo a la Investigación (PEI), donde se
premia más la militancia política o lealtad para con el proceso bolivariano,
que la capacidad académico-científica del investigador. Además, el cierre del
Centro Internacional de Educación y Desarrollo (CIED, la Universidad
corporativa de la industria petrolera), el desmantelamiento académico del
Instituto de Tecnología Venezolana para el Petróleo (INTEVEP), y el
estrangulamiento presupuestario de las Universidades Nacionales. Igualmente, el
sometimiento de la comunidad de investigadores del Instituto Venezolano de
Investigaciones Científicas a un pensamiento único, acrítico y laudatorio.
Un nuevo agravio a la inteligencia ha sido el Programa de
Formación de Medicina Integral Comunitaria (PFMIC). Programa orientado a formar
médicos en forma improvisada, saltándose en forma arbitraria fases
fundamentales de su formación como profesionales de la medicina. Recordemos que
la carrera de Medicina Integral Comunitaria se inició en el año 2005 basado en
la experiencia de la medicina cubana, ignorando la experiencia acumulada por
nuestras Universidades Nacionales en cuanto a la formación de profesionales de
la salud y en investigación biomédica. Es evidente que la creación de este
programa respondió a una decisión de carácter político-populista más que asistencial,
y mucho menos académica.
La aparente excusa para la creación del estos médicos
integrales fue la necesidad de formar profesionales de la medicina con
sensibilidad social y de atender lo más rápido posible el déficit asistencial
existente en ciertos sectores de la sociedad en niveles primarios (tipo Barrio
Adentro). Este programa de “médicos exprés” se basó, principalmente, en el
plan elaborado por Ilizástigui y col.
(1985, 1991) en Cuba en los años ochenta. Este plan de estudios “importado”
tiene una duración de seis años y se lleva a cabo en aulas multipropósitos
basadas en la comunidad y en los módulos de Barrios Adentro y en los Centros de
Diagnósticos Integrales (CDI), bajo la supervisión de médicos cubanos cuya
formación y acreditación académica no ha sido certificada por ninguna
Universidad Nacional o institución académica del país. Vale la pena acotar que
de los 6 mil profesores que actualmente se desempeñan en labores docentes en
dicho programa, sólo el 1,86% tiene reconocimientos profesionales. Además,
fueron escogidas Universidades para la coordinación de dicho programa que en
algunos casos no tienen Facultad o Escuelas de Medicina.
Además llama la atención el diseño curricular del PFMIC. El
mismo ha sido estructurado con un enfoque “inter y transdisciplinario” según
los autores del mismo. Aunque el título del enfoque suena atractivo y
rimbombante, en la práctica el diseño curricular se reduce a un collage de
materias que se imparten en forma teórica, improvisada, sin laboratorios, sin
experiencia clínica hospitalaria y en tiempo record en comparación a los
programas formales que se dictan en las escuelas de medicina de nuestras
Universidades Nacionales. Por razones de espacio me referiré en detalles a los
tres primeros años de la carrera. Por ejemplo en el primer año de PFMIC se
cursan: Morfofisiología I, II, III, que constituye la integración de: i) anatomía humana (sin disecciones en
cadáveres, solo videos), ii) histología normal (sin laboratorios, solo videos),
iii) embriología (sin laboratorios, solo videos), iv) fisiología normal y
patológica (sin laboratorios, solo videos), v) biología molecular y celular
(sin laboratorios, solo videos), vi) genética e vii) inmunología. Además de
Educación Ciudadana, Salud Comunitaria y Medicina I.
En el segundo año de PFMIC se cursan: Morfofisiología IV que
incluye los cursos listados anteriormente (i-vii) en un segundo nivel, pero con
todas las limitaciones docentes antes señalas, así como Morfofisiopatología I y II que engloba
i) laboratorio clínico (sin laboratorios, solo videos), ii) imagenología (sin
laboratorios, solo videos), iii) parasitología (sin laboratorios, solo videos),
iii) microbiología (sin laboratorios, solo videos), iv) patología anatómica
(sin laboratorios, solo videos), v) genética, vi) inmunología, viii)
principales procesos patológicos inmunológicos, hemodinámicos, genéticos y
neoplásicos (sin prácticas hospitalarias, solo videos). Además, Salud Familiar
y Comunitaria I y II, y Tecnología de la Información I y II, así como un curso
de Introducción al Pensamiento Político Latinoamericano con duración de 16
semanas. En el tercer año los estudiantes cursan Medicina Clínica I, II, III y
IV sin asistir a una sala hospitalaria, van solo a los consultorios de Barrio
Adentro y a los CDI que funcionan como instituciones de enseñanza bajo la
dirección de médicos cubanos de dudosa idoneidad académico-científica. Además,
cursan Farmacología I y II (sin laboratorios, solo videos), Salud Familiar y
Comunitaria III y IV. Y ni hablar de los años superiores donde se imparten
materias como Cirugía General (quinto año de la carrera) sin que los
estudiantes asistan a un quirófano hospitalario.
El PFMIC constituye una estafa académica, una respuesta
educativa engañosa, improvisada y populista, sin programas completos y sin
docentes calificados que generará activistas políticos con bata blanca, pero
nunca profesionales de la medicina de acuerdo a los estándares exigidos por el
Consejo Nacional de Universidades. Este fraude académico quedo al desnudo con el
desempeño poco satisfactorio de más del 80%, de los estudiantes de la carrera
Medicina Integral Comunitaria, que fueron asignados a instituciones docentes
asistenciales tales como el Hospital J.M. De Los Ríos, el Hospital Vargas y la
Maternidad Concepción Palacios.
El programa de Medicina Integral Comunitaria ha sido
criticado desde el punto de vista académico y científico por Instituciones como
la Academia Nacional de Medicina, las Escuelas de Medicina Luis Razetti y José
María Vargas de la UCV, así como por las Sociedades Científicas y Asociaciones
Médicas Nacionales. Sin embargo, a pesar de las recomendaciones formuladas por
estas instancias, los títulos en Medicina Integral Comunitaria quedaron
reconocidos para el ejercicio legal de la medicina, gracias a la reforma
parcial de la Ley del Ejercicio de la Medicina (artículos 3, 4, 22 y 35)
aprobada por la “mayoría tramposa” del oficialismo en la Asamblea Nacional
(1-11-2011). Igualmente los mismos serán incorporados a los hospitales
generales y especializados para cubrir las deficiencias de personal de los
hospitales públicos sin cumplir los requisitos de Ley y baremos exigidos por
las Comisiones de Educación de Postgrado de las Universidades Nacionales.
Lamentablemente el conocimiento en nuestro país sufre los
embates de una visión militar autoritaria y populista que nos sumerge en los
espacios del atraso y la decadencia. Seguramente estos nuevos profesionales
“exprés” de la medicina (8.300 aproximadamente) atenderán al público de
galería, a los que desafortunadamente no tienen otras alternativas sino la de
ser atendidos en los hospitales del Estado, mientras que los jerarcas del
proceso seguirán siendo atendidos por verdaderos profesionales de la medicina
en los mejores Centros Hospitalarios Privados del país o simplemente viajarán
al exterior como lo ha hecho el caudillismo vernáculo del Palacio de Misia
Jacinta.
Referencias.
Ilizástigui F, Calvo I, Douala R. El Programa Director de la
Medicina General Integral para el Médico General Básico. Havana: Ministry of
Public Health; 1985.
Ilizástigui Dupuy F, Douglas Pedroso R. Formación del médico
general básico en Cuba. Educ Med Salud. 1991;25:189-205.
Etiquetas: FONDO MONETARIO INTERNACIONAL
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