Cáncer: “Los verdaderos mentirosos”
Por: Merval Pereira
Fuente: Blogdomerval.com.br
El caso de la enfermedad del presidente venezolano Hugo
Chávez es ejemplar de los trastornos que un régimen cuasi dictatorial puede
causar en su actividad cotidiana de esconder los hechos y manipular
informaciones.
El periodista Nelson Bocaranda, con prestigio consolidado en
Venezuela después de haber dado el año pasado un tubazo periodístico sobre el
tratamiento del cáncer de Chávez en Cuba, fue atacado ferozmente por haber
publicado en su blog y divulgado por el twitter el pasado lunes, que Chávez
había regresado a Cuba, acompañado de varios parientes, inclusive su madre.
La noticia de que el estado de salud de Chávez había
empeorado fue negada por el gobierno de manera perentoria, y el Ministro de la
(des) Información, Andrés Izarra, dijo que ella era parte de una “guerra sucia
de la canalla”.
El líder oficialista en el Congreso, Diosdado Cabello, llegó
a afirmar que Chávez estaba saludable, diciendo también por el twitter que
“Bocaranda está enfermo del alma”.
De esta forma, después que el jueves publiqué en mi blog
(Blogdomerval.com.br) que el cuadro de salud de Chávez había empeorado, con
informaciones de médicos brasileños que habían analizado exámenes del
presidente de Venezuela indicando la posibilidad de metástasis en dirección al
hígado, Maximilien Arvelaiz, pomposamente titulado como “embajador de la
República Bolivariana de Venezuela en Brasil” envió una carta al diario Globo
afirmando que “el tratamiento contra en cáncer, al cual fue sometido el
presidente Hugo Chávez en 2011, fue exitoso, estando el Presidente gozando de
buena salud”.
El embajador bolivariano llega a ser irónico sin darse
cuenta al afirmar en su mensaje que observaba en la noticia una falta de
transparencia en el texto “al reproducir el falso diagnóstico” adjudicado a
“médicos” que no poseen ni identidad”.
Además de demostrar que desconoce sobre periodismo en un
país democrático, donde se puede preservar el secreto de la fuente, llega a ser
risible el representante de un país que esconde todos los hechos de la
enfermedad de su presidente, hablar de “falta de trasparencia”. Aún más cuando
se sabe que Chávez rechazó tratarse en Brasil porque no fue posible aceptar sus
exigencias de secreto absoluto.
El presidente venezolano, con el espíritu dictatorial que le
es propio, quería clausurar dos pisos del Hospital Sirio Libanés de São Paulo y
colocar al Ejército para custodiar el hospital y requisara todos los
visitantes. Además estaría prohibido divulgar boletines médicos.
El rechazo de Chávez al Hospital Sirio-Libanés se
justificaba, desde el punto de vista autoritario, justamente por el sistema
abierto de informaciones, que hizo que fuera revelada hasta la presencia del
para-normal João de Deus en el hospital, para un tratamiento espiritual
paralelo al tratamiento oficial.
La falta de transparencia en Venezuela es tal que hasta el
momento no se sabe oficialmente en que lugar del cuerpo de Chávez está
localizado el primer tumor. Se sabe que podría estar en la región pélvica, tal
vez en el colon o el recto, pero no hay más detalles.
De esta manera, las informaciones sobre el segundo tumor,
que obligará a Chávez a una nueva cirugía en Cuba, salieron de la boca del
propio interesado, el propio Chávez. En São Paulo, siendo las exigencias las
mismas resulta imposible la operación, aun cuando las condiciones técnicas sean
mejores.
La víspera de viajar a Cuba para los exámenes que
confirmaron que él tiene un nuevo tumor, Chávez apareció en público para negar
la noticia que yo había divulgado por el blog y el Globo de papel, afirmando
que el cáncer “se fue” de su cuerpo. Así como cuando regresó de Cuba después de
la primera operación, se declaró “curado”.
Cuando el presidente venezolano dice que no se trata de una
metástasis, sino de un nuevo tumor encontrado en el mismo sitio, no tenemos
ninguna evidencia médica para comprobar. Puede ser lo que los médicos llaman
una “recaída local” cuando el tumor surge en el mismo lugar del cual fue
extirpado o puede ser efecto de un proceso de metástasis.
Existen otras hipótesis como la expuesta por la agencia de
noticias Reuters, de que Chávez sufre también de síndrome de lisis tumoral
(SLT), complicaciones metabólicas que pueden ocurrir después del tratamiento de
un cáncer, más común en linfomas y leucemias, que puede causar entre otras
cosas insuficiencia renal aguda.
La quimioterapia puede precipitar el síndrome, más el tratamiento
con esteroides también puede tener como consecuencia un SLT.
El periodista Nelson Bocaranda dijo en su blog que el
presidente Hugo Chávez estaba usando esteroides últimamente para enmascarar los
síntomas de su dolencia, tratando de tener una apariencia más saludable. Los
esteroides atacan también el hígado, pudiendo incluso provocar cáncer.
Todas estas especulaciones se deben apenas a la falta de
transparencia con que el gobierno venezolano, como todas las dictaduras, trata
la enfermedad del Presidente, como si ella no fuese un asunto de interés
público.
La manera más fácil para un gobierno democrático de acabar
con las especulaciones sobre la salud de un Presidente es la divulgación
integral de los exámenes médicos, lo que disiparía cualquier duda.
En los casos del expresidente Lula y de la presidente Dilma,
las informaciones médicas fueron dadas con la transparencia posible hasta el
momento.
Incluso los médicos brasileños que tuvieron acceso a los
exámenes de Chávez, algunos a pedido del propio Lula, no tuvieron autorización
para verlos todos y analizaron piezas aisladas como si montasen un
rompecabezas.
En Venezuela, el twitter no para con bromas sobre los
“verdaderos mentirosos” el ministro de Comunicaciones Andrés Izarra y el líder
del Congreso, Diosdado Cabello, “los chavistas desinformados”.
Etiquetas: MUERTE
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