Terroristas del Agua
Por: GUSTAVO AZOCAR ALCALA
...Pero ellos toman agua mineral en botellita |
Recuerdo que,
incluso, metieron presos a un par de ingenieros de Corpoelec, a quienes
acusaron de actos de sabotaje y de terrorismo. Al final, resultó ser que
la autora de aquellos actos terroristas que dejaban a medio país sin
energía eléctrica era una Iguana.
De los “terroristas
de la luz” ahora pasamos a los “terroristas del agua”. Mañana quizás
también veamos a los terroristas del transporte, a los terroristas de la
basura, a los terroristas de la comida y a los terroristas del
desempleo.
El Presidente de la
República, Hugo Chávez, molesto por las denuncias que han sido
difundidas a través de diversos medios de comunicación sobre la pésima
calidad del agua potable que se consume en Venezuela, exhortó (en la
Revolución, exhortar equivale a ordenar) a la Fiscal General de la
República y a la Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, para que
actuaran contra aquellos a quienes denominó “terroristas del agua”.
Según la óptica muy
particular de Hugo Chávez, el venezolano Carlos Ilich Ramírez Sánchez,
alias “el chacal”, sentenciado y condenado a prisión por las autoridades
francesas por haber asesinado a varios policías de ese país y por haber
colocado artefactos explosivos en diversas partes del mundo, no es un
terrorista. Para Chávez, Carlos es un venezolano ejemplar, digno de los
más grandes elogios, un caballero merecedor de las más altas
condecoraciones por su lucha anti imperialista al que se le brinda ayuda
económica y jurídica para tratar de sacarlo de la cárcel.
Para Chávez los
verdaderos terroristas son los que protestan en las calles de toda
Venezuela porque en sus casas no hay agua potable. Según Chávez,
Terrorismo no es secuestrar a un grupo de diplomáticos como lo hizo el
Chacal, sino quienes se valen de los medios de comunicación para
denunciar por ejemplo, que el agua que llega a las casas de Maturín, en
el estado Monagas, está llegando con rastros de aceite y con fuerte olor
a petróleo, como consecuencia del derrame ocurrido en el rio
Guarapiche.
Para Chávez, los
terroristas no son los miembros de las FARC, que desde hace cuarenta
años están colocando bombas y explosivos en diversos puntos de la
hermana república de Colombia, asesinando a personas inocentes, y
secuestrando a decenas de miles de colombianos indefensos.
Para Chávez,
los terroristas son los periodistas como Delvalle Canelón, que
utilizaron sus cámaras y sus micrófonos para que la gente de Maturín
expresara sus molestias a través del canal de noticias Globovisión,
exigiendo que se castigara a los culpables de haber mantenido a la
capital de Monagas durante más de 40 días sin agua como consecuencia de
la incompetencia y de la ineptitud.
Chávez llama
“terroristas del agua” a decenas de miles de venezolanos que en Valencia
y otras poblaciones del estado Carabobo protestan por la mala calidad
del agua del Pao Cachinche. O a los que reclaman por la pésima calidad
del agua potable que llega a centenares de miles de hogares en Caracas
por la contaminación del embalse de La Mariposa. O a los que denuncian
la contaminación de las aguas del Lago de Maracaibo.
Para Chávez,
terroristas no son los miembros de Al Qaeda, responsables de los
atentados contra las Torres Gemelas que dejaron más de dos mil muertos y
desaparecidos. Para Chávez, terroristas son quienes exigen a
Hidrocentro y a Hidrocapital que muestren los estudios científicos en
los que se compruebe que el agua que estamos consumiendo es de buena
calidad.
Para Chávez,
terroristas no son los de la ETA, que han dejado miles de víctimas
inocentes tras la colocación de centenares de artefactos explosivos en
España. De hecho, uno de esos presuntos terroristas, el señor Cubillas,
trabaja para el gobierno revolucionario de Hugo Chávez. Para el
Presidente, terroristas son los medios de comunicación independientes,
que ejercen un periodismo libre y de denuncia, advirtiendo al país sobre
las graves consecuencias de tomar agua contaminada.
Mientras esta
revolución llega a su fin, lo cual ocurrirá el 7 de octubre, recomiendo a
los lectores que hiervan el agua antes de consumirla. No le crean al
ministro del ambiente Alejandro Hitcher, quien juró que bebía agua del
chorro. Vean las imágenes de los Consejos de Ministros que se transmiten
por el canal ocho para que se convenzan: todos beben agua mineral en
botellitas. Esta revolución tiene el agua al cuello. Y como dice el
refrán: agua que no has de beber, déjala correr.
Etiquetas: agua contaminada, Terrorismo de Estado
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